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Los jueces de paz de Baleares celebran su almuerzo de Navidad con la amenaza de su inminente extinción

La nueva ley del Gobierno sobre eficiencia de la Justicia contempla el fin de esta figura creada hace casi dos siglos

Jaume Casasnovas: "Los jueces de paz tenemos los días contados. No han valorado nuestro trabajo ni el servicio que damos"

Cuando están al borde de la desaparición después de dos siglos de existencia, los jueces de paz de Baleares se han reunido un año más para celebrar la Navidad y el fin de año. Ha sido un encuentro también para reivindicar la continuidad de estas figura. La Ley de Eficiencia Organizativa del Servicio Público de Justicia, que viene a modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial y otras en esta materia y que se encontraba en fase de tramitación parlamentaria antes de la convocatoria de elecciones, contempla la desaparición de los jueces de paz y su sustitución por las denominadas Oficinas de Justicia Municipales.

​De momento, los jueces de paz de Baleares, y de toda España, siguen con su labor teniendo la espada de Damocles encima y sabiendo que tarde o  temprano, tal vez este próximo año 2024, van a desaparecer.

Los jueces de paz desarrollan una importante labor en sus municipios y entre sus funciones está interceder en las conciliaciones entre vecinos con la finalidad de evitar que los problemas que pueden resolverse de forma personal no acaben en los juzgados.

También son los responsables del Registro Civil y la cooperación judicial entre otros estamentos de la Justicia. Aún así, de cada día van perdiendo más competencias y su continuidad peligra mucho con los cambios legislativos que tiene preparados el Gobierno y que, de hecho, ya se están empezando a implantar.

Durante el almuerzo de la Asociación de jueces de paz de Baleares, celebrado en el restaurante Ca n’Arabí de Binissalem, el  presidente de la entidad, Jaume Casasnovas, ha reconocido que sin no hay un cambio de postura por parte del Gobierno, «los jueces de paz tenemos los días contados. No han valorado nuestro trabajo, pero sobre todo no han valorado el servicio que damos y que reciben los ciudadanos. Una atención cercana y esmerada que, con el paso de los años, ha evitado muchos problemas que ahora tendrán que resolverse en los juzgados».

Según recoge el digital Fora Vila, Casasnovas ha proseguido su intervención con estas declaraciones: «Por mucho que nos expliquen, no lo entendemos. De hecho, no lo entienden ni ellos mismos, los legisladores, claro. Por ahora, todavía no he encontrado ni un juez ni abogado, ni persona relacionada con el mundo judicial dentro del ámbito que sea, que esté de acuerdo con nuestra desaparición».

Camino de la desaparición

El camino hacia la desaparición de los jueces de paz ya se ha iniciado. En los juzgados de paz pertenecientes a la zona de Palma, ya se ha puesto en marcha el nuevo programa informático que les quita una parte de las competencias en materia de Registro Civil y así se irá imponiendo en el resto de zonas como se hace en todo el estado español. Judicialmente Mallorca está dividida en las zonas de Palma, Inca y Manacor.

El proyecto de Ley de Eficiencia Organizativa del Servicio Público de Justicia defiende que las Oficinas de Justicia Municipales ofrecerán un servicio más cercado al ciudadano y con un funcionamiento más acorde a los tiempos que corren. Para su entrada en funcionamiento, se han implantado ya experiencias piloto en la provincia de Albacete.

Este nuevo sistema ya ha quitado competencias a los jueces de paz en lo que hace referencia a los nacimientos y defunciones quedando sólo la celebración de bodas civiles. Estas tareas se envían informáticamente al registro de Palma y el letrado de Justicia es el responsable de firmarlo y  devolverlo al juzgado que lo ha remitido. Se ha perdido la agilidad que ofrecían los juzgados de paz.

La boda civil se celebra en los juzgados de paz, pero las certificaciones también deben enviarse a Palma y los novios reciben dos días después un correo electrónico con el certificado. Según Jaume Casasnovas,  «la Administración de Justicia se está informatizando mucho, pero se está deshumanizando. Ya no tenemos libro de familia, los padres de niños recién nacidos y familiares de difuntos, así como los novios, reciben un correo electrónico. No entendemos nada, pero mucho menos lo entienden los ciudadanos».

Los Juzgados de paz se crearon en 1885. «En todos los pueblos de la Monarquía en los que haya Ayuntamientos, habrá jueces de paz, cuyas atribuciones serán las que se determinan en la Ley de Enjuiciamiento Civil», decía el Real Decreto de su creación. Los jueces de Paz son elegidos por la mayoría absoluta del Pleno del Ayuntamiento. Son nombrados por la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de la comunidad autónoma por un periodo de cuatro años. En Baleares hay 50 jueces de paz.