EL CUADERNO DE PEDRO PAN

Joan Moll se nos fue en el ecuador de una semana grande

Sobresalía su firme compromiso con la cultura y fue idea suya el ciclo de conciertos de Un Hivern a Mallorca 

Joan Moll
El músico y pianista mallorquín Joan Moll ha muerto a los 87 años.

Entre el domingo 26 de noviembre y el domingo 3 de diciembre se abrían una serie de actividades convirtiendo este período en semana grande para las artes escénicas, especialmente en lo referido a ópera, teatro y música.

El domingo 26 despedíamos la primera de las citas con la 38 Temporada de Ópera del Principal de Palma, exquisita producción del propio teatro y además presentando por primera vez al completo, en aquel coliseo, una de las curiosidades de Giacomo Puccini: Il Trittico. En el coso, una directora noruega, Anna Hartmann, y todo lo relacionado con el escenario confiado a dos mallorquines: Rafel Duran en la dirección de escena y Rafel Lladó en la escenografía. En el reparto se daban en abundancia los debuts y además la presencia de voces mallorquinas era igualmente numerosa. El resultado, una maravilla que nos iba cautivando más, conforme avanzaba el tríptico.

El miércoles 29 comenzaba en el Teatre del Mar Rayuela 2023, el festival   itinerante que organiza la asociación En CompañíaS, que reúne a colectivos del teatro independiente que llevan como mínimo 25 años en activo. Iguana Teatre jugando el papel de anfitrión como compañía residente, que es, en el Teatre del Mar. Inaugurar ciclo se confiaba a los sevillanos Atalaya Teatro, que este 2023 celebran precisamente el 40 aniversario de su fundación. 

No hablo de cualquier compañía, cuya relevancia pone de manifiesto que el año 2008 recibió el Premio Nacional del Teatro. El miércoles se presentó la producción de 2022 dedicada a Esperando a Godot de Samuel Beckett, lo que es una anomalía en Atalaya cuando lo normal en sus montajes es darse a las grandes escenografías. Después el jueves, la proyección de Abrazo en el tiempo, documental que relata los 40 años de trayectoria. Hablé largo y tendido con Ricardo Iniesta, emitiendo la entrevista en Cuaderno de Notas, mi programa de radio la tarde-noche del viernes 1 de diciembre.

Rayuela 2023 continuaba el resto de la semana con presentaciones diarias de producciones, además de talleres y mesas redondas. Me voy a permitir subrayar la clausura, el domingo 3: El viejo y el Mar, adaptación de la novela corta de Hemingway por los aragoneses Teatro Che y Moche.  

Situados en el jueves 30 la actualidad reclamaba acudir a Es Baluard para asistir a la presentación del libro, Round About Tete, que conmemora el 90 aniversario del nacimiento del pianista catalán Tete Montoliu, asimismo la razón de ser del concierto homenaje que cerrará el XVI Jazz Voyeur Fest el 15 de diciembre en el Principal de Palma. Pere Pons Macías, su autor, se empleó a fondo en la descripción de esta mirada coral a la vida y obra de Tete. Una exposición exhaustiva, para entretenimiento del personal. 

Después, corriendo hacia el Trui Teatre esa misma noche, cuando ya había comenzado otro más de los desordenados conciertos de abono de la OSIB, esta vez para escuchar el Concierto para piano de Chopin en competencia directa con el recital de Daniel Ligorio que aguardaba a la misma hora en el Auditórium de Palma. Me perdí el estreno de Microsimfonies de Miquel Àngel Aguiló, pero al menos a tiempo de escuchar la Novena de Dvorak. 

Luego a dormir y en ese tiempo incierto, cruzado el ecuador de esta semana grande, fallecía el pianista mallorquín Joan Moll, hijo del ilustre lingüista y  filólogo Francesc de Borja Moll y hermano de Josep (político socialista), Aina (activista de la llengua) y Francesc (librero). Joan, en mi opinión, era el que más se parecía a su padre, inmenso humanista y dotado asimismo de un corazón de oro. Joan Moll no solamente era reputado intérprete apodado en petit comité el Chopin mallorquín. Sobresalía su firme compromiso con la cultura. Fue idea suya el ciclo de conciertos de Un Hivern a Mallorca y trabajó en un proyecto para fomentar la Mallorca Musical, conjuntamente  con sus contactos en Alemania donde había residido durante una década. 

No me van los obituarios, pero sí me parece de justicia recordar su legado. 

Él, un enamorado del piano, que permanecía desde hace años alejado de su instrumento e imagino que echando de menos esta certeza: «Tengo fijada mi personalidad en la calma y suelo salir al escenario bastante seguro de mí mismo, además disfrutando de la comunicación con el público».  

Mi relación fue la del periodista que soy con el músico, aunque siempre me dedicó su sonrisa y aprecio las veces que coincidimos. Puede que debido a que los dos compartíamos la inquietud de ver a Mallorca reconocida. Él a su manera, yo a la mía. Dejando a un lado su afamada condición de solista  y su labor pedagógica de cuyo compromiso da cuenta su excedencia en el Conservatorio porque no aceptaba las convenciones al uso, queda como su labor destacada investigar, recopilar y divulgar la obra de compositores mallorquines con el objetivo de consolidar el legado de Jaume Mas Porcel, Joan Maria Thomàs, Baltasar Samper, Antoni Torrandell, Guillem Massot y Miquel Capllonch, entre otros. Sus grabaciones para RTVE dan fe.

Sobre el origen de esta faceta de su carrera, Joan Moll recordaba que fue el detonante la música de Capllonch (Francesc de B. Moll había sido alumno suyo). «Muy sensible, de corte romántico, me sirvió para iniciar mi labor de descubrimiento y de difusión de los compositores mallorquines». 

Quiero recordar por su significado, la participación de Joan Moll en el ciclo Piano Romántico Español que organizó la Fundación Juan March los meses de abril y mayo de 1981. Joan Moll protagonizó el segundo de los recitales y el programa de mano ya era un abanico de sus investigaciones: Guillem Massot (la plena asimilación del romanticismo), Miquel Marquès (parte de su popularidad se debía a la zarzuela El anillo de hierro), Andreu Torrens (inscrito en la corriente intimista), Antoni Noguera (destacado folclorista, enamorado del canto popular) y Antoni Torrandell (de amplia producción sinfónica de cámara). Al igual que su padre, fue un sólido investigador.

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