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El Gobierno de Mallorca de PP y Vox protegerá el monumento de Sa Feixina que la izquierda quería derribar

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El nuevo equipo de Gobierno del Consell de Mallorca de PP y Vox que el pasado sábado ocho de julio echó a andar, tras la investidura como presidente del popular Llorenç Galmés, protegerá el monumento de Sa Feixina que la izquierda pretendía y quería derribar, tal y como establece, el punto 106 del acuerdo conjunto de gobernabilidad alcanzado entre ambos partidos.

En el mismo se indica, textualmente, el compromiso de materializar «la protección de Sa Feixina, ejecutando la sentencia que lo declara Bien Catalogado iniciando los trámites para declararlo Bien de Interés Cultural (BIC)».

Es un acuerdo programático que, de concretarse, impedirá la desaparición de esta escultura de homenaje a las víctimas del Crucero Baleares, adaptada hace más de una década a la Ley de Memoria Histórica, y despojada de toda connotación franquista.

Pese a ello, y hasta con una sentencia firme del Tribunal Supremo que obliga desde el pasado mes de enero al Consell de Mallorca a inscribirlo en el Catálogo de Patrimonio, el anterior gobierno insular se negó a protegerlo, incumpliendo lo dictado por el juez.

La hasta ahora vicepresidenta independentista de Cultura de Més, Biel Busquets, optó por dilatar el asunto todo lo que pudo, y lo hizo solicitando incluso al TSJB la no ejecución de la sentencia hasta que el Tribunal Constitucional se pronunciara sobre el recurso de amparo elevado por la asociación Memoria de Mallorca.

Ahora ya no tendrán las formaciones del anterior gobierno insular más herramientas jurídicas a su alcance para intentar ejecutar el derribo del popular monumento, tras perder también el pasado mes de febrero la batalla judicial emprendida hace dos legislaturas.

Hasta el Govern balear de la ex presidenta socialista, Francina Armengol, intentó maniobrar para lograrlo, fracasando también en el intento.

En septiembre del año pasado, el Ejecutivo balear presentó enmiendas a la nueva Ley de Memoria Democrática, en las que pedía, sin base legal ni fundamento jurídico alguno, que este monumento sea declarado contrario a la memoria democrática.

Finalmente, la Ley de Memoria Democrática aprobada por el Senado en octubre no contempló el derribo del monolito de Sa Feixina que fue inaugurado en 1947 por Francisco Franco, y las enmiendas presentadas desde el Govern fueron rechazadas por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Ese último intento acabó con el lamento del senador autonómico de Més per Mallorca y hoy número uno de Sumar al Congreso, Vicenç Vidal, por la «escasa sensibilidad de los socialistas» al no incluir las 22 enmiendas con reivindicaciones del movimiento memorialista de Baleares.