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El edificio de Ciudad Jardín que lleva más de una década okupado sin que nadie haga nada

El inmueble de tres pisos está ubicado en la calle principal de Ciudad Jardín y provoca molestias a vecinos y comerciantes

Está tomado por los okupas desde la primera hasta la última planta y su fachada está degradada

Los vecinos: "Son muy problemáticos, protagonizan peleas y tiran cosas. Tienen múltiples denuncias pero nadie hace nada"

Los okupas tienen tomado desde hace más de una década un edificio de Palma ubicado en un lujoso barrio residencial y a tan sólo 100 metros de la playa: Ciudad Jardín. Los tres pisos de este inmueble, propiedad de un banco, están repletos de personas, muchas de origen extranjero, que se instalaron allí impunemente y que provocan molestias entre los comerciantes y vecinos de la zona.

Se trata de un edificio ubicado en la calle principal de Ciudad Jardín, Cardenal Rossell 9a, cuya fachada salta a la vista a ojos de cualquiera que pasa caminando debido a sus enormes grafitis, sus cristales rotos y sus ventanas destrozadas o tapiadas. La puerta principal está abierta y los okupas van saliendo y entrando a lo largo del día.

El inmueble es propiedad de una entidad bancaria y fue abandonado a su suerte durante la crisis financiera del año 2008. Con el paso del tiempo ha ido degradándose, una circunstancia que los okupas han aprovechado para instalarse y ahora lo tienen totalmente tomado desde la primera hasta la última planta.

Esta situación lleva muchos años así, sin que las instituciones hayan hecho nada para solucionarlo, ocasionando molestias a los comerciantes de la zona y a muchos vecinos de este barrio palmesano, que han asegurado a OKDIARIO que lo peor de este edificio okupa es el olor que desprende al no contar con tuberías.

Puerta principal del edificio por donde acceden los okupas.

«Son muy problemáticos y se meten en peleas»

Una comerciante de un establecimiento cercano al inmueble okupado que ha preferido mantenerse en el anonimato explica que por culpa de la peste que desprende el edificio «en verano la gente no quiere sentarse en nuestra terraza porque el olor llega hasta aquí».

Además, esta misma trabajadora apunta que muchos individuos que viven en el interior «son muy problemáticos, protagonizan peleas y tiran cosas. Tienen múltiples denuncias pero nadie hace nada».

Por otro lado, un vecino de Ciudad Jardín que vive en la misma calle del edificio okupado manifiesta que «mucha gente que está viviendo aquí vive del cuento, sin trabajar y sin hacer nada. Desde que el edificio quedó abandonado está okupado, los ves salir y entrar como si nada. Hace tiempo que decían que lo iban a solucionar pero nadie hace nada».

Otra vecina, nacida en Sineu pero que lleva 25 años viviendo en Ciudad Jardín, también apunta al olor como uno de los principales problemas del edificio. «A veces percibes la peste porque tienen las cañerías rotas, aún así mal no viven aquí dentro». Sin embargo, según esta residente, no le constan problemas por parte de los okupas aunque sí afirma que el edificio «no le hace bien al barrio».

Las ventanas del edificio están rotas o tapiadas.

«Es horrible tener esto en el barrio»

Por su parte, esta vecina ha explicado que el inmueble «se dejó a medio hacer en la crisis del 2008, pero los pisos estaban acabados por dentro porque los miré en su día. Asimismo, denuncia que para Ciudad Jardín es muy negativo tener un edificio en tales condiciones. «Es horrible tener esto aquí».

Según ha podido saber este diario, entre los vecinos se rumoreaba que el banco propietario de este edificio de Palma que alberga a okupas ofreció dinero para que salieran y dejaran de vivir en el inmueble. Sin embargo, tras más de una década, la situación sigue exactamente igual que el primer día y no parece que vaya a cambiar mucho en un futuro cercano.

El fenómeno de la okupación se extiende por toda la ciudad de Palma, sobre todo en barrios como Pere Garau, Son Gotleu o Camp Redó. Cabe recordar que el Ayuntamiento de la capital balear gobernado por el PP acordó con Vox el pasado mes de diciembre crear una oficina antiokupas, una medida que contó con el rechazo de toda la izquierda del Consistorio palmesano.