OkBaleares

Del dicho al hecho

Para ponernos en contexto recordaremos que la directiva de los Phoenix Suns, el club de baloncesto de la NBA regido por los mismos dueños que los del Mallorca, fueron señalados como la peor directiva del deporte profesional de la canasta en USA. Entonces todavía regidos por Robert Sarver, obligado a deshacerse de la franquicia al ser acusado de racismo y acoso sin que sepamos a qué dedica ahora su tiempo libre, puesto que también abandonó el Mallorca, club en el que Andy Kohlberg ha tenido que buscar nuevos socios.

Dicho sea porque, aunque los propietarios desembarcaron en Palma a país conquistado, con las instituciones a su servicio y ni asomo de crítica en los medios de comunicación, no pueden sorprendernos los graves tropiezos surgidos en la gestión social que ya hemos enumerado bastante y la deportiva, con el primer equipo desandando el camino recorrido y el filial como hazmerreir de todo el fútbol modesto en competiciones de la RFEF.

Escucharán y leerán que la fuga de algunos de los mejores jugadores que quedan en Son Bibiloni, no sé si buenos o malos, han decidido marcharse porque el club no acepta sus exigencias de subir a la primera plantilla cuando lo que ni los chicos ni sus padres quieren es perder año tras año, temporada tras temporada, en un equipo apañado para competir en regional sin la menor posibilidad de progresar, ni garantía alguna de futuro.

En cuanto a la papeleta con la que tendrá que lidiar Arrasate, que no levantará la voz ni atado porque es un tío noble, se enfrenta a un final de liga con un equipo diezmado, que paga el esfuerzo de la primera vuelta, que nadie diseñó pensando en la Supercopa, no reforzado en la medida adecuada y que, salvo traspasos en entredicho, tampoco lo hará el próximo verano.

Entretanto han desmotivado a Larin con filtraciones sobre su traspaso, han renovado a Abdón ni se sabe hasta cuándo (y eso que se quiere ir a Japón), han traicionado sus principios sociales con el asunto Maffeo-Kings League, tontean con la renovación de Muriqi como hicieron con la de Valjent y pretender consolidar, eso afirman, un proyecto sin presupuesto o inversión que lo ampare. Ya, fijado el objetivo en los 40 rutilantes puntos sumados hasta la fecha, se vive cómodamente en la convicción que, salvo cataclismo, esta vez pinta que habrá más equipos peores, no muchos, que los tres de siempre. En la NBA, si; pero no hay descensos.

«Dios ¡qué buen vasallo!, si tuviese buen señor». (Del Cantar del Mio Cid)