Vehículos desguazados, barcas abandonadas, electrodomésticos, bombonas de butano y un sinfín de basura y residuos. Esta es la realidad que padece el vertedero ilegal de Son Güells, ubicado en el extrarradio de Palma y próximo al Estadio Balear

A razón de ello, la junta de gobierno del Ayuntamiento de Palma ha aprobado declarar de emergencia la limpieza del solar de Son Güells, con un coste final que supera el millón de euros. El adecentamiento de la zona comenzará este miércoles 21 de septiembre y tiene un plazo de ejecución de dos meses, según ha informado el concejal socialista de Medio Ambiente, Ramon Perpinyà.

La empresa municipal Emaya será la encargada de retirar todos los residuos. En detalle, se calcula que en este solar se han acumulado unas 15.000 toneladas de residuos de construcción, 60 toneladas de fibrocemento, una veintena de vehículos, diez embarcaciones y otros restos y piezas de vehículos, 25 electrodomésticos y una cincuentena de bombonas de helio y oxígeno, entre otros materiales.

Este servicio de retirada, transporte y tratamiento de los residuos ubicados en el vertedero ilegal Son Güells se ejecuta en cumplimiento del requerimiento judicial del Juzgado de Instrucción número 4 que se recibió el pasado 2 de septiembre.

Y es que el juzgado instó al Ayuntamiento a realizar esta limpieza ante un posible riesgo de contaminación e incendios. No obstante, el auto del juzgado no dejaba claro en un primer momento que la actuación municipal se realizaba subsidiariamente, a cuenta de la propiedad del solar, por lo que se solicitó que se aclarara este punto, con el fin de que los costes de la limpieza se puedan repercutir sin problemas legales.

Sobre esto, el edil y presidente de Emaya ha puntualizado que Cort «recibió en octubre del año pasado un requerimiento del juez que decía que debía limpiarlo, pero no dejaba claro que se pudieran repercutir los costes». Por ello, los servicios jurídicos municipales pidieron una aclaración.

No obstante, Perpinyà ha avanzado que el Consistorio reclamará los gastos de la limpieza a la propiedad del terreno, que «hace bastantes años que se ha utilizado de forma ilegal». En concreto, «el servicio de recogida de residuos se ha adjudicado por 383.000 euros y el tratamiento por 762.000 euros», que se abonarán al Parque de Tecnologías Ambientales de Mallorca (Tirme) y Mac Insular, respectivamente.

Es importante resaltar que el área de Medio Ambiente tiene un expediente abierto por el vertido de residuos en este solar de 27.500 metros cuadrados. A requerimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, se abrió una causa en el Juzgado de Instrucción, porque en este solar se han acumulado durante años un gran volumen de residuos, buena parte calificados como peligrosos.

Ahora, ante los riesgos de contaminación que comporta esta acumulación de residuos, por la generación y filtración de lixiviados, la proximidad al torrente de na Bàrbara y el riesgo de incendios, el juzgado ha instado al Ayuntamiento de Palma a realizar la limpieza por la vía de emergencia.

Si bien el Ayuntamiento de Palma ya había procedido al cierre del solar en diciembre de 2021 para evitar nuevos vertidos, este mes de agosto Emaya ha completado las labores de desbroce, imprescindibles para facilitar la limpieza y retirada de los residuos.

Entramado mafioso

Cabe recordar que hace aproximadamente un año en este solar se produjo un operación de la Guardia Civil, conocida como operación Stercus, en la que se desactivó un entramado mafioso detrás del vertedero ilegal de Son Güells.

Las reiteradas denuncias vecinales fueron las que propiciaron la investigación policial que reveló la intervención de clanes gitanos para controlar la actividad en el vertido de restos de obra, coches abandonados, embarcaciones… en los terrenos de la finca de Son Fornari. Una parcela que, además, no disponía de ningún tipo de acondicionamiento para evitar filtraciones contaminantes al subsuelo.

Lo más sorprendente del caso fue que se hubiese podido llevar a término esta actividad ilegal durante años sin que los servicios de inspección pública se percatasen de ello.

Por su parte, el Seprona había vigilado secretamente el asentamiento y sabía lo que se iba a encontrar, pero una vez dentro de Son Fornari, los agentes quedaron sorprendidos por la montaña de escombros. Una pirámide de basura. Con una particularidad curiosa: los delincuentes habían trazado un circuito en forma de u por el que podían entrar los camiones y furgonetas a descargar ilegalmente el material, sin ser vistos desde la calle.

El negocio era redondo. Por ejemplo, tratar en un gestor autorizado una tonelada de televisores vale 756 euros. Y una tonelada de electrodomésticos 557 euros. Sin embargo, la banda que controlaba Son Güells lo hacía por 50 euros. Curiosamente, entre tanta basura, los agentes no se toparon con oleadas de ratas, como intuían. La explicación es que los residuos no eran orgánicos. La operación fue un éxito y se detuvieron a los seis miembros del clan gitano que se habían enriquecido aceptando escombros sin control, en una finca que ni siquiera era suya porque la habían okupado.

A su vez, las acusaciones por delito ambiental podrán ser más o menos graves dependiendo de lo contaminado que estuviera el paraje colindante con el polideportivo de Germans Escalas. En cualquier caso, el Seprona no actuó solo en esta operación: Emaya, la Conselleria de Agricultura y el Instituto Geológico y Minero Español apoyaron el dispositivo.