LA VOZ DE LOS EMPRESARIOS DE LOS POLÍGONOS DE SON CASTELLÓ Y CAN VALERO

Antonio Cabot Fornés, más de un siglo ofreciendo el mejor servicio en climatización, fontanería y saneamiento

El abuelo de Antonio Cabot Company, Antonio Cabot Cañellas, fundó la antigua Casa Cabot en 1910

"El cliente sabe que puede confiar en nosotros, sabe que el compromiso y la palabra dada se respetarán"

El libro 'Empresarios con Valor II', editado por ASIMA, recoge la trayectoria de Antonio Cabot Fornés

Mayfe, 60 años como referente en el suministro de maquinaria y ferretería para la construcción

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Antonio Cabot Company, un empresario nonagenario con las ideas claras. ASIMA

El abuelo de Antonio Cabot Company, Antonio Cabot Cañellas, fundó la empresa Casa Cabot en 1910. «Era una persona con mucha iniciativa, creativo y que tenía fe en el futuro», resalta.

Esta empresa se ha convertido en una de las más consolidadas del sector de fontanería, calefacción y climatización en Mallorca. Más de un siglo de existencia, ofreciendo el mejor servicio a sus clientes.

El libro Empresarios con Valor II, editado por ASIMA, recoge la trayectoria de la empresa Antonio Cabot Fornés. En él, Antonio Cabot (1929) explica que a su abuelo le preguntaron: «¿Es cierto que has hecho trabajar a tus hijos en instalaciones de electricidad?». A principios de siglo había pocas casas con luz eléctrica, pero su abuelo respondió: «Piensa que habrá un día en que todas las casas tendrán electricidad». Otra de sus iniciativas fue la construcción de molinos de viento.

Antonio Cabot Cañellas inculcó a sus nietos la capacidad de compromiso: «Piensa que tu firma se puede falsificar, pero tu palabra sólo la puedes dar tú». Este compromiso con clientes, proveedores y trabajadores es sin duda una de las claves de la supervivencia de la empresa.

Antonio Cabot es actualmente un nonagenario de gran clarividencia. Cuenta en el libro que la empresa siguió con las instalaciones eléctricas y la construcción de molinos de viento, y algunos todavía están en uso.

Cuando su padre se hizo cargo de la empresa, comenzaron a hacer instalaciones de fontanería y calefacción. A finales de los años 40, el negocio entró en una fase expansiva, trabajando en grandes instalaciones.

Con Casa Cabot en la senda del crecimiento, llegan los años 60. «Es cuando empezamos a tener fe en la Asociación Sindical de Industriales Mallorquines (ASIMA)», asegura. «Nos encontramos que las instalaciones de la Plaza de la Reina se habían quedado pequeñas y los locales vecinos no eran adecuados para crecer. Por lo tanto, compramos un terreno en el polígono de Son Castelló y construimos una nave».

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El empresario Antonio Cabot en su despacho. ASIMA

Recuerda que vendían televisores Zenith y esta marca les dio «un prestigio y unas ventas increíbles». «Cuando vinieron los televisores en color, la diferencia entre la marca Zenith y las otras era abismal. Tener un producto tan bueno, fabricado en España, aunque originario de Estados Unidos, nos dio muchos años de tranquilidad y prosperidad», relata.

Y añade una anécdota muy curiosa: «Pusimos un anuncio que decía: pagaremos cincuenta mil pesetas a quien tenga más de tres averías al año. No pagamos ni en una ocasión. Lo normal era tener tres averías al mes. Este anuncio llegó a Estados Unidos. Esto demostraba la gran calidad de los fabricantes españoles».

La empresa seguía creciendo en actividad y en personal. Construyeron otra nave en Son Castelló, en Gremi Teixidors, y abrieron una tienda para exposición al lado de la Vía de Cintura.

«Hemos creado una gran masa de suministro y los pedidos salen el mismo día o el día siguiente. También tenemos sucursales en diferentes pueblos de Mallorca. Estas sucursales deben tener un stock enorme para cumplir todos los compromisos y así los clientes están muy satisfechos», explica este veterano empresario.

«En primer lugar están los clientes»

Antonio Cabot pone en valor otro lema que les transmitió su abuelo: «El
capital más importante de la empresa son los clientes. Nos vino casi a decir que en primer lugar están los clientes, antes que vosotros».

En los años 80 llegaron las grandes superficies comerciales y en esta empresa familiar tuvieron claro que su venta iba más dirigida a los profesionales que al cliente particular, apostando siempre por la calidad de los productos.

«No consideramos al cliente sólo como una persona que viene a comprar. Le facilitamos información, ponemos a su alcance las mejores marcas. Fuimos uno de los primeros distribuidores de la casa Roca», manifiesta con orgullo y resalta que han vuelto a «distribuir material eléctrico».

Además de empresario, es un gran aficionado a la pintura, que cultivó durante diez años, y ha publicado un libro de cuentos titulado El caballero ciprés. «Le voy a dar la fórmula para llegar a los noventa años. Es infalible. Se trata de no morirse antes. Ayuda a llegar a esta edad conservar el sentido del humor», afirma divertido en el libro.

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Esta empresa familiar la fundó Antonio Cabot Cañellas en 1910.

Cree que hay que ayudar a las empresas y a los autónomos para que los trabajadores no tengan que vivir de subvenciones que «en última instancia se pagan con los impuestos de todos». Y afirma con rotundidad que «las personas que generan ingresos, pagan impuestos y crean puestos de trabajo son los empresarios».

Recuerda que hicieron grandes instalaciones de fontanería, como la de la Policlínica Miramar o el edificio de La Caixa. Trabajaron igualmente en hoteles de la cadena RIU, hasta que su hijo introdujo un cambio de rumbo «acertado y dejamos de instalar porque no podíamos tener a los instaladores de clientes y a la vez hacerles la competencia», añade.

En los últimos años esta empresa familiar ha crecido con la apertura de nuevos almacenes y exposiciones para brindar a los clientes e instaladores las últimas tendencias de mercado en saneamiento, fontanería, calefacción y climatización.

Y ofreciendo al cliente un servicio personalizado: «Si viene un cliente nuestro y nos dice he de hacer esta obra con unas determinadas características, le asesoramos. Ponemos a su disposición las mejores marcas del sector, le ayudamos para que presente un buen proyecto», precisa Antonio Cabot.

«El cliente sabe que puede confiar en nosotros. Siempre hemos hecho lo mismo, generación tras generación, y los clientes, colaboradores y proveedores saben que el compromiso y la palabra dada se respetarán», concluye.

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