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Política municipal

El alcalde de Palma retrasa un año las obras municipales en su barrio para hacerse la foto electoral

La rehabilitación de Son Ametler, que acogerá el casal del barrio del Vivero, tendría que haber concluido hace un año

Iniciada a mediados de 2020 y con un plazo de 10 meses, se prolongará como mínimo el doble de lo previsto

Arrancan las obras del único equipamiento que hará el alcalde Hila en dos legislaturas

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Las obras del casal municipal de Son Ametler, en el barrio palmesano del Vivero donde reside el alcalde socialista José Hila, acumulan un retraso de un año y las previsiones apuntan a que su finalización y estreno tendrán lugar el próximo otoño, en plena recta final de la legislatura y a las puertas de las próximas elecciones, en una clara maniobra electoralista del primer edil que será, por tercera vez consecutiva, cabeza de cartel del PSOE.

Unas obras presupuestadas en 670.000 euros, que arrancaron en el ecuador del año 2020 con un plazo de ejecución de apenas diez meses y que hasta mayo del pasado año se estaban desarrollando según el calendario previsto, tal y como anunció el propio primer edil palmesano en una visita que realizó a las mismas, acompañado por sus socios de gobierno, los independentistas de Més y Podemos.

Inexplicablemente los trabajos para la conversión de este edificio en un centro cultural que albergue las actividades que desarrollan las diferentes entidades sociales se han demorado el doble de lo previsto sin que, hasta la fecha, el Ayuntamiento de Palma haya aprobado penalización alguna al contratista por este retraso en el calendario establecido.

Y ello, pese a que desde el propio gobierno municipal se reconocía que este espacio sociocultural era un proyecto estratégico para el Vivero y su distrito en una apuesta por «el modelo de ciudad policéntrica que queremos, donde los barrios se convierten en lugares de encuentro», con el fin de «equilibrar las desigualdades entre zonas, fomentando así una ciudad sostenible, cohesionada socialmente y, por tanto, más humana», tal y como apuntó en esa visita a las obras de mayo del pasado año, la concejala independentista de Modelo de Ciudad, Neus Truyol.

En la misma línea, el portavoz del gobierno municipal, Alberto Jarabo, (Podemos) subrayaba que la importancia de que el Ayuntamiento siga trabajando para descentralizar al máximo los servicios que ofrece «y en este caso el Casal es una buena noticia porque les evitará desplazamientos a otros espacios».

Ha pasado el tiempo y el calendario electoral se ha impuesto en las previsiones de un gobierno municipal que, siete años después de desembarcar en el Ayuntamiento de Palma, se presentará a los próximos comicios, si todo marcha según las previsiones, con las nuevas piscinas municipales de S’Aigo Dolça en el Terreno a punto para su inauguración, pero no para su apertura al público y este casal municipal en el barrio del alcalde.

Un escaso bagaje para un equipo de gobierno que ha manejado presupuestos de gasto históricos en estas dos legislaturas. Las denominadas Cases de Son Ametler forman parte del catálogo de edificios protegidos, y consta de una superficie total construida de 1.585 metros cuadrados divididos en dos plantas. Una vez finalizadas las obras, este equipamiento municipal tendrá cabida para 230 personas, recuperándose también los pequeños jardines de la parte posterior del inmueble.