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Las obras del Pacto del Agua que Sánchez se resiste a impulsar en Aragón: «Se ha avanzado muy poco»

El Pacto del Agua se firmó en 1992 con un amplio consenso

Desde 2021, la ministra Ribera no ha acudido a la comisión mixta de seguimiento

Hace más de 30 años que se firmó el Pacto de Agua de Aragón. Un amplio proyecto que gozó de un gran consenso, que buscaba asentar las bases de las políticas hidráulicas de la comunidad para mejorar la ordenación del territorio, ser eficientes en los recursos hídricos, proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida a los aragoneses.

Este Pacto del Agua se erigió en 1992, como pieza clave en la reivindicación de las obras de regulación largamente demandas, algunas desde 1915, y que se elevaban a rango de ley mediante su incorporación a los sucesivos Planes Hidrológicos Nacionales.

En un principio, este Pacto definió 151 actuaciones a ejecutar en la cuencas del Ebro y del Júcar, para asegurar las necesidades necesidades futuras de abastecimiento a la población, regadíos o usos industriales, saneamiento y depuración de las aguas, con una inversión total de más de 3.300 millones de euros.

Si bien, en palabras del presidente Jorge Azcón, «en estos 30 años, se ha avanzado muy poco», tal y como ha afirmado este jueves en la sesión plenaria de las Cortes de Aragón. Un asunto que desde el comienzo de esta legislatura, el Gobierno del bipartito, PP y Vox, han insistido en la necesidad de retomar las negociaciones con el Gobierno de España, en continuidad con las demandas del ex presidente socialista Javier Lambán.

Voluntad de la ministra Ribera

Precisamente, ya este pasado septiembre, Azcón anunció que solicitaría una reunión con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que se hizo efectiva a primeros de este mes de mayo, y en la que instó a una «mayor atención» a las obras pendientes del Pacto del Agua.