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Un ex alumno israelí en Zaragoza: «Me sorprende el boicot al único país democrático en Oriente Medio»

Vino a estudiar con 24 años español a la Universidad de Zaragoza

Ahora, esta Universidad ha roto relaciones con cualquier universidad y centro de investigación de Israel

OKDIARIO conversa con un joven israelí de 34 años que vive en el Distrito Central del país y que estudió hace diez años en la Universidad de Zaragoza para aprender español, la lengua que hablaban sus antepasados. Si volviera ahora a esta institución se encontraría con una comunidad universitaria polarizada, que ha firmado recientemente un comunicado en el que rompe con cualquier universidad o centro de investigación isrealí hasta que el país no condene la guerra contra Hamás.

Este joven que vive por su trabajo, en continuo contacto con árabes y palestinos, ha preferido mantener su identidad en secreto por miedo a las represalias. Cuando sucedió el ataque de los terroristas contra Israel el pasado 7 de octubre, donde asesinaron unas 1.200 israelíes, en su mayoría civiles y otras 250 fueron tomadas como rehenes, fue llamado como militar de reemplazo y tuvo que desplazarse, como su hermano pequeño, a la Franja de Gaza. Esta es su historia y su visión del conflicto.

«En la universidad israelí hay libertad»

PREGUNTA.- Hace diez años visitaste Zaragoza para estudiar español y cultura española. ¿Qué impresión te deja que esta Universidad termine sus relaciones con universidades, empresas y centros de investigación israelíes, como otra en el país?

RESPUESTA.- Duele en el aspecto emocional. Cuando llegué a Zaragoza no estaba seguro de qué estudiar como profesión, y fue ahí donde comencé mi carrera académica. Aprendí un poco de español unos años antes, por el deseo de conocer otro idioma extranjero y porque es un idioma común en el mundo. Un lenguaje que suena como arte para mí, y también es el lenguaje de mi abuela, que nació fuera de Israel, en Turquía, donde llegó a una comunidad judía después de la expulsión de España y que ha conservado aspectos antiguos de la lengua española en forma de Ladino, que es una mezcla española condimentada con influencias hebreas.

Grafiti en la Universidad de Zaragoza.

En el sentido racional, entiendo que los valores democráticos son importantes para España en general y, en particular, para la Organización Española de Universidades (CRUE), y por ello me sorprende la decisión de boicotear al único país de Oriente Medio que representa exactamente estos valores.

Las universidades israelíes son un elemento liberal significativo en la sociedad de este país y permiten la libertad de expresión, que algunos dirían que es incluso excesiva. Por ejemplo, todos los años, algunos estudiantes que son palestinos residentes en Israel protestan en las universidades para conmemorar el día de la Nakba, un día que lamenta el establecimiento del Estado de Israel.

Creo que muy pocas instituciones académicas en todo el mundo permitirían a los estudiantes expresarse de esta manera contra la existencia misma del país en el que se están quedando, por lo que me parece absurdo que las universidades en Israel, que son tan abiertas en cuanto a valores liberales y pluralistas, son los que están en el centro del boicot. ¿Qué pretende el boicot? En las manifestaciones estudiantiles occidentales se viralizan las ideas antisemitas. Hay países y lideres mil veces peores que Israel. Es inaudito que la gente crea que es un deseo normal y legítimo decir que paremos de existir. Y no, la frase popular «desde el río hasta el mar Palestina será libre» no es un llamamiento para la solución pacífica, sino uno para la masacre y la aniquilación de Israel.

Los españoles y la propaganda

P.- Zaragoza, España, están vinculada en la cultura judía, ¿sientes que os hemos dejado de lado?

R.- Me impresionó que España no negara su pasado con el pueblo judío e incluso, noté la presencia y huella judía, así como la contribución a su cultura, como también reconocer su difícil pasado con los judíos. He visto referencias a los judíos en todo tipo de sitios históricos en toda España, incluyendo la palabra ESPAÑA, una palabra que viene del hebreo.

Pero al mismo tiempo, no se reconoce a los judíos que sobrevivieron a lo que pasó en su pueblo, que en realidad somos nosotros, los judíos que permanecieron en el mundo y constituyen alrededor del 0,2% de la población mundial, aproximadamente la mitad de los cuales vive en Israel (la población española es de aproximadamente el 0,59%). Más allá del desconocimiento, hay una resistencia activa a aceptarnos en la familia de las naciones.

Creo que la mayoría de los españoles son víctimas de una propaganda consistente de acusar a Israel de varios crímenes (genocidio, Gaza como prisión, etc.) y eso los coloca con esta línea de pensamiento. La mayoría de las acusaciones son falsas, pero el daño se hace por el hecho de que se escucha una y otra vez… Cuando un mensaje ha estado incrustado así durante años, es muy difícil convencer a la gente de que el Estado de Israel es un Estado de bien, tal como el Estado de España.

P.- ¿Te imaginabas que por ser israelí sería marcado de nuevo?

R.-Esta es una pregunta muy compleja, en general no pensé que pasaría, pero la base para los judíos en general y los israelíes en particular es mantener un bajo perfil cuando están en el extranjero, para pasar lo más desapercibidos posible, evitar una camisa con un escrito en hebreo o caminar con un collar con una estrella de David (que es equivalente a caminar con una cadena de la cruz), evitando decir de dónde somos. En la situación actual y los acontecimientos, esta situación ha aumentado varios niveles, ahora estamos mucho más marcados y expuestos a ser hostigados.

«Volveré a ser reservista en la guerra»

P.- Estuviste en el frente como reservista tras el ataque del 7 de octubre de Hamas, tienes 34 años. ¿Cómo te afectó y pensaste que tal situación podría suceder?

R.- Lo estuve y probablemente lo estaré de nuevo. No me imaginaba una guerra así, a pesar de que estamos acostumbrados a un estado de guerra permanente aquí. Israel absorbe misiles, violencia y terror como una cuestión de rutina. Incluso en las primeras horas de aquel 7 de octubre creí que era algo así.

Era consciente de que algo estaba sucediendo a través de la aplicación Comando del frente Interior que nos informa de las alarmas «color rojo» en todo el país. Esta vez, el número de advertencias fue enorme. Unas horas después, recibí la llamada diciéndome que fuera a las reservas. El ataque de Hamas tuvo lugar justo antes de la ampliación de los acuerdos de paz entre Israel y otros países de la región, lo que podría traer estabilidad y promover el diálogo en el futuro.

Las guerras duelen. Todos conocemos a alguien que fue herido de alguna manera. Israel es un país pequeño, cabe dos veces y un poco más en Aragón, y esto incluye los territorios de la Autoridad Palestina y Gaza.

En el departamento en el que trabajo, la mayoría de los médicos y enfermeras provienen de las aldeas árabes. Yo, como judío israelí, conozco la situación. Pues bien, los enfermeros árabes testifican que no habrían tenido una buena vida y los derechos que disfrutan aquí en otro país árabe. Ellos mismos reconocen que habrían sido abusados y masacrados por los yihadistas incluso antes que los judíos porque eran herejes que atienden también a los judíos. Otras enfermeras, no obstante, expresan opiniones aterradoras, incluida la negación de la invasión de la organización terrorista, o afirman que los judíos lo merecen, y otras desean la muerte a los soldados.

P.- ¿Vives con miedo? ¿Cuánto cambiaste después del 7 de octubre?

R.- El miedo que sentimos como sociedad está conectado a dos niveles. Uno más local, en el sentido de seguridad personal que se remonta a décadas atrás. La guerra lo está intensificando, especialmente en la frontera norte, donde el fuego de cohetes continúa y partes enteras del país todavía están siendo evacuadas.

El segundo temor es a nivel global, la opinión pública, el comportamiento de los gobiernos y las manifestaciones fuera de control. Como resultado de las violaciones colectivas que fueron tan brutales y documentadas y publicitadas con orgullo, se esperaba que alguna organización de derechos humanos y del derecho alrededor del mundo los condenara, pero no.

Israel se vio obligado a demostrar que esto sucedió mediante pruebas de laboratorio y diversas verificaciones y a ser acusado de producir «propaganda» y promover «noticias falsas» y sólo meses después estas organizaciones se vieron obligadas a condenar la violencia sexual más grande y documentada de la historia.

De nuevo, el pueblo judío no parece ser humano. Hemos visto ahora lo que nuestros antepasados han pasado durante siglos. A diferencia de ellos, ya tenemos cierta capacidad de protección, pero lo que es similar entre entonces y ahora es que de nuevo somos culpables de pogromos que hemos pasado y el mundo está a la espera y aplaudiendo a los agresores.

P.- ¿Consideras que esta guerra es una guerra del mundo árabe en Israel? ¿Qué impacto tiene en Occidente? Israel es la única democracia en la región…

R.- El conflicto ha sido llamado históricamente árabe-israelí, pero desde la revolución islámica que pasó, Irán se ha vuelto  muy prominente en él y no es árabe.

La opinión que prevalece aquí, entre los diversos sectores, es que no se trata de un problema regional, sino de una guerra entre el islam radical y Occidente en la que solo somos el aperitivo. Irán, por ejemplo, es un país que se destaca en este tema, no es un país árabe, es un país musulmán y tuvo la revolución islámica, de ahí su conexión con el eje de ciertos países árabes que lo apoyan, y el mismo participó en la guerra actual.

A ellos se unen países, a menudo no democráticos y/o que obtienen una orientación antioccidental o anti liberal de otras partes del mundo. Las actividades anti israelíes suelen ser llevadas a cabo por organizaciones que se encuentran en países cercanos y reciben apoyo financiero y armas para este propósito. Que yo sepa, los países árabes considerados moderados (con ojos occidentales) están más preocupados por sus intereses y su desarrollo y no dedican energías a la destrucción de otro país.

P.- ¿Hay una falta de contexto histórico para entender el conflicto de lo que está sucediendo entre Israel y Palestina?

R.- Sí, estamos en una posición que nos obligan a explicar el contexto de por qué un país lucha por su propia existencia. La justificación de la actividad asesina de las organizaciones terroristas es simplemente delirante a mis ojos, pero me veo obligado a relacionarme con ella debido a las afirmaciones «pro- palestinas» repetidas. Occidente no termina de entender de dónde viene y a dónde va el pueblo judío.

Primero hubo antisemitismo y comportamiento asesino hacia los judíos (incluyendo pogromos en Palestina en una población judía antigua que no era necesariamente sionista) y sólo después hubo el establecimiento de un estado para ellos en parte de la tierra que queda en Palestina.

Palestina es el nombre de un territorio que incluía diferentes grupos étnicos y, por lo tanto, la negación de uno de ellos (en este caso, los judíos) es inválida. Repito, los judíos son parte de Palestina. La ecuación que dice que el 100% de los habitantes del lugar son musulmanes es errónea y deriva de la ignorancia.

Mapa del primer ataque (EP).

Casi toda la población que reside aquí es el resultado de la emigración. Esto incluye a la población judía que vino de Europa, Oriente Medio y África como refugiados, más de la mitad de ellos expulsados alrededor de la Segunda Guerra Mundial. La población musulmana, algunos de los cuales hoy se llaman palestinos, vinieron a raíz de la conquista del islam y como trabajadores migrantes. Según la lógica occidental en estos días: casi todos aquí tienen que irse (no sé a dónde) y si no salen de aquí, entonces está bien que tengan terrorismo. Por cierto, el liderazgo de la población palestina, antes del establecimiento de Israel, estaba comprometido con la solución final de Hitler y los judíos de Palestina casi fueron enviados a ser exterminados en la Segunda Guerra Mundial (el ejército alemán fue derrotado en Egipto – con frontera con Palestina).

En una época marcada por la creación de nuevos Estados nacionales en Europa, Oriente Medio y África, el control inglés y el control francés por la región también estaban a punto de terminar. Palestina, también, se ha dividido y parte de ella se ha convertido en lo que hoy es principalmente Jordania y parte de Israel y quedan dos territorios más que son árabes.

Desde aquel momento se declara una guerra con el fin de exterminar a Israel y los judíos, antes derivada por muchos países árabes y después por grupos que se identifican como palestinos. Hoy en día, sigue el consenso palestino que el establecimiento de su propio país está en condicionado a que Israel no estará.

«Creímos que Gaza sería Suiza»

P.- Cuando Gaza se independizó de Israel en 2005, la gente pensó que podría convertirse en Suiza. ¿Qué fracasó en esta historia?

R.- De hecho, recuerdo una serie de nombres que surgieron como ejemplo de la futura Franja de Gaza, incluyendo Suiza, Singapur y la Riviera francesa (debido a las hermosas playas de la Franja). Viene por del hecho de que mientras Gaza estaba bajo ocupación israelí, la población judía que residió en la franja desarrolló infraestructura agrícola avanzada (Israel se considera fuerte en esta área y es muy relevante aquí debido a la falta de agua) y siempre han oído hablar de sus hermosos invernaderos. Por lo tanto, la lógica decía que cuando se fuera la potencia ocupante los residentes palestinos prosperarían. En la práctica, desde el momento en que los judíos fueron evacuados por el gobierno israelí, todo lo que dejaron fue incendiado en un día.

La esperanza de que Gaza se convierta en Suiza se dice desde una perspectiva occidental, que ve a Suiza como una especie de ideal de paz que hay que buscar, pero probablemente no como una meta a la que aspiraban los habitantes de Gaza.

El régimen de Hamás (que combina ideológicamente la yihad con el gobierno y se opone a los derechos humanos básicos) fue elegido por mayoría de votos por los residentes de Gaza, lo que llevó a la situación actual en la Franja. Como mencioné, desde que salimos de Gaza ha habido cohetes constantemente desde allí, mientras Israel protege a sus ciudadanos por medio de refugios fortificados (hay por las calles, en edificios y en pisos). De hecho, absorbe la destrucción y el hecho de que hay víctimas a pesar de la Cúpula de Hierro y a pesar de los refugios.

«El antisemitismo crece»

P.- ¿Qué significa el reconocimiento internacional de Palestina? ¿Por qué Israel no lo reconoce?

R.- La mera afirmación de que Israel no está dispuesto a reconocer a Palestina es un error y, en vista de los proyectos de los acuerdos de paz por Olmert y Barak, reconocidos y con apoyo internacional, tuvieron otras oportunidades a lo largo de las décadas. El vector en este momento es la Yihad, que no reconoce la posibilidad de Israel, A lo largo de los años, ha habido una constante negativa Palestina a aceptar propuestas para el establecimiento de un Estado.

La Franja de Gaza es un ejemplo vivo de lo que podría suceder. ¿Reconocimiento internacional?, ¡Por favor! Estoy convencido de que la mayoría de los israelíes habrían firmado el establecimiento de un Estado palestino si esto significa que la guerra contra nosotros ha terminado, si aceptan nuestro derecho a existir. Debemos recordar que ser un Estado incluye obligaciones y no solo derechos (Israel está siendo juzgado en tribunales internacionales en La Haya) y no sé en este momento acerca de un régimen palestino que muestra voluntad de cumplir con estas obligaciones.

Además, en el contexto actual, sirve como un estímulo para la violencia y no para la paz porque significa que se puede ser un fundamentalista que actúa bajo un mandato divino (desde su perspectiva) que no se requiere para reconocer a los demás y sin demanda para el diálogo y puede lograr objetivos políticos dignos por medios bárbaros.

P.- ¿Hay un  blanqueamiento de las organizaciones terroristas en el mundo?

R.- Imaginen cualquier organización terrorista que conozcan, digamos ISIS, que les diga que su propósito es matarlos a todos de manera cruel y que no tienen ninguna capacidad de negociación en el tema porque tiene un comando divino.

P.- ¿Cuáles son las consecuencias de eso? ¿Le preocupa el aumento del antisemitismo?

R.- Desde el momento del ataque contra nosotros y días antes de que Israel pudiera responder y hasta antes de entrar en la Franja de Gaza, el antisemitismo comenzó a aumentar de manera exponencial y cada día se siguen reportando datos similares, y esto es particularmente prominente en Occidente. Un aumento entre 130 y 700% dependiendo del país.

El daño se hace principalmente a los judíos que viven en estos países que no son necesariamente israelíes, y en muchos casos no son sionistas cuyo único crimen fue nacido judíos. Esto incluye marcar hogares, enviar amenazas a escuelas o casas particulares, apuñalamientos, cortar lazos sociales, quemar sinagogas y violencia o asesinatos. La ola de antisemitismo ha sido descrita como la más grande desde la Segunda Guerra Mundial.