Aragón
OKUPACIÓN ILEGAL

Acuchillamientos, peleas y okupación en el peligroso barrio de Delicias (Zaragoza): «Tengo miedo»

El barrio de las Delicias de Zaragoza es el distrito que más población tiene de la ciudad, superando los 100.000 habitantes

La situación en el barrio de Delicias en Zaragoza, debido a los okupas y la inmigración ilegal está sembrando el caos en la zona. La noticia reciente de dos acuchillamientos en la calle de Montañés próxima a una de las zonas más comerciales de la ciudad, ha puesto el foco de la Policía.

OKDIARIO ha visitado este barrio de Zaragoza y ha entrevistado a los vecinos sobre cómo se sienten tras el incremento de pisos okupas y la creciente violencia en esta zona comercial, de la calle Delicias, que dio nombre al barrio, y que ha sido conocida en la ciudad por sus numerosas tiendas a las que los zaragozanos de otros barrios solían visitar con asiduidad hasta hace una década.

En este distrito se asientan más de 100 mil habitantes, lo que lo convierte en el más poblado de Zaragoza, con 694.109 habitantes en total. La población inmigrante que vive en el barrio Delicias supera el 23%. De estos, según denuncian los vecinos de la zona, muchos de ellos son inmigrantes ilegales, que viven en viviendas okupadas. Un reflejo de la multiculturalidad que sufren muchos barrios que acaban convirtiéndose «en el oeste», según explican algunos de los entrevistados.

El último caso se ha vivido hace escasamente una semana. A menos de 20 metros de la transitada calle peatonal de Delicias, la Policía Nacional accedió a un garaje okupado, desde 2021, por más de una veintena de personas, la mayoría inmigrantes ilegales que han sembrado el terror con frecuentes reyertas e incluso acuchillamientos con armas blancas.

Además, en 2023, hubo también tres apuñalamientos en el barrio. Uno a plena luz de día, precisamente en esta concurrida calle. Un escenario que ha despertado todas las alarmas de los vecinos que llevan tiempo quejándose de la inseguridad.

OKDIARIO ha intentado en vano recobrar el testimonio de los establecimientos de la zona. Y salvo una peluquería, ninguno ha querido hablar por miedo a ser víctimas de represalias si los reconocen. No ha pasado lo mismo con los vecinos. La mayoría que ha sido preguntada, ha estado dispuesta a denunciar lo que sufren cotidianamente.