Andalucía

OKDIARIO en el bar de Sevilla que regentan los okupas de Sandra: se ponen chulos, intimidan y amenazan

El Café Bar Crisma, ubicado en la sevillana calle Alberto Durero, está regido por quienes han okupado la casa de Sandra, una joven sevillana que si no consigue expulsar a estos delincuentes antes de que finalice el mes de octubre tendrá que dormir en la calle. Sin embargo, no parece que sus okupas tengan muchas necesidades, toda vez que regentan un bar, curiosamente, el mismo tipo de negocio que Sandra se vio obligada a cerrar por la crisis del coronavirus.

Los amigos de los delincuentes, por supuesto, estaban preparados para que tarde o temprano alguien les localizara y, apenas comenzamos a grabar el negocio, que resulta ser de quienes entran y salen de la casa de Sandra prácticamente a diario, nos abordaron tratando de intimidar a OKDIARIO. Cuando el periodista de este periódico se hace ‘el loco’, uno de los que nos abordan defiendiendo a los okupas reconoce que no quieren que el bar sea grabado porque «hay un problema y estamos esperando a que vengan a darnos el coñazo, y no quiero que graben el bar sin nuestro permiso».

Una vez admitimos que somos periodistas, el tono sube. Y al hombre que nos trató de impedir que grabáramos se une una mujer, precisamente la que Sandra nos ha señalado como una de las personas que entran y salen de su casa desde hace tres meses. 

«No estoy autorizando a que se me grabe. Estoy pidiendo protección. No autorizamos a que se grabe», señalan a OKDIARIO, que cuestiona a la okupa que pida protección cuando están, precisamente, vulnerando la de Sandra. Este periódico señala directamente a la okupa, que lo niega, aunque admite que «ahí vive mi hijo» porque «tiene un contrato de alquiler». Efectivamente, un contrato de alquiler falso, tal y como hemos podido comprobar.

Posteriormente, un hombre se acerca de nuevo pensando que hemos dejado de grabar y nos exige que borremos todo. Ante la negativa de OKDIARIO, la mujer se envalentona y, con auténtica cara de odio, nos exige que nos vayamos y nos amenaza con denunciarnos. En este tiempo, otra joven que sale del bar comienza a grabarnos.

«No estamos de okupas. Mi hijo tiene un contrato de alquiler, y ya está todo denunciado y no tenemos nada que hablar con la prensa», insiste la mujer, que dice que uno de los vecinos de Sandra dice que «va a denunciar a todos porque esa casa estaba vacía desde hace siete años y es del banco». Mentira, por supuesto.

Cuando OKDIARIO le explica a esta señora que no es que estuviera vacía, sino que estaba de reformas, la respuesta es: «¡Pero qué estás hablando chiquillo!». De hecho, insiste la mujer en negar que la casa sea de Sandra por el hecho de que «no lo puede demostrar, no tiene nada». Nueva mentira, toda vez que basta con acudir al registro para comprobar que, efectivamente, el inmueble es de Sandra.

«No se van a ir porque tienen un contrato. Que ese contrato sea falso porque esa señora no tuviese autorización para hacer un contrato, ahí nosotros no podemos entrar, eso lo tendrá que decidir un juez. Pero hay un contrato y se le está pagando a esta señora un alquiler», insiste el hombre que, de nuevo, cuando cree que hemos dejado de grabar, nos trata de intimidar persiguiéndonos.

«¿Me puede enseñar la acreditación por favor?», nos exige el hombre que, además, trata de hacer que nos quedemos ahí hasta que él quiera. «Quédese aquí», ordena. Ante la obvia negativa de OKDIARIO, continúa siguiendo al periodista: «Te acompaño a tu casa. Voy a tu casa contigo».

«No le estoy persiguiendo, estoy paseando», explica el hombre que nos sigue hasta que subimos en un taxi. Con esa persecución, sin embargo, dicen que no tratan de intimidarnos. Otra cosa es que no lo consigan, como sí han logrado con todo el vecindario de Cerro Alto, la urbanización de Espartinas (Sevilla) donde se encuentra el chalet de Sandra en el que se han instalado y que bajo ningún concepto pretenden abandonar.