Intervenidas y llevadas a un museo reliquias árabes y romanas del siglo I de un restaurante de Almería
Varias reliquias de origen árabe y romano de cerca de 2.000 años de antigüedad y «de incalculable valor histórico» que decoraban un restaurante de Almería han acabado en un museo. La Jefatura Provincial almeriense de la Unidad de Policía Adscrita de Andalucía ha recuperado los objetos después de que el dueño del establecimiento no pudiera acreditar su origen.
Los agentes han intervenido ocho ánforas de origen romano y árabe que se encontraban expuestas en el establecimiento, además de una columna arenisca y dos cepos de ancla de plomo de la época romana.
Según manifestó el propietario del local, aficionado a las antigüedades, algunos de esos objetos fueron sacados del mar por sus antepasados y otros los compró a coleccionistas. En todo caso, no pudo justificar la compra de dichos objetos, por lo que se procedió a su retirada y posterior depósito en el Museo Arqueológico de Almería para su conservación y estudio por parte de los técnicos, que verificaron su autenticidad.
Por su parte, la Junta de Andalucía ha detallado que la colección de objetos resulta «de un valor histórico incalculable» y su origen data de «entre los siglos I y II».
Denuncia anónima
Los agentes tuvieron conocimiento de los hechos a través de una denuncia anónima que incluía una fotografía donde varios de estos objetos de origen romano, a primera vista auténticos, se encontraban en el citado restaurante, ubicado junto al mar.
Así, miembros del Grupo de Medio Ambiente y Patrimonio Histórico de la Jefatura Provincial de Almería inspeccionaron el establecimiento y comprobaron que, además de los objetos que aparecían en la fotografía, el propietario tenía en su poder numerosos objetos arqueológicos guardados en el almacén desde hace más de 50 años.
Las ánforas, siete de origen romano y una de origen árabe, podrían proceder del expolio de pecios, por lo que forman parte del patrimonio histórico de la arqueología submarina del mar Mediterráneo. Se trata, en su mayoría, de ánforas oleícolas, que eran utilizadas para el transporte de aceite procedente de la zona bética de la península y embarcadas para su traslado a Roma.
En cuanto a los cepos de plomo, de entre 180 y 200 kilos, pertenecen también a diferentes pecios y servían para posarse horizontalmente en el fondo marino. Gracias a su tamaño se puede calcular la medida del ancla y el tamaño del barco al que pertenecieron.
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