Actualidad
Un momento clave

Los inversores en vilo: ‘Los estímulos que anuncien el BCE y la Fed pueden ser insuficientes’

Los mercados tienen la mirada puesta en la decisión que tomará este jueves el Banco Central Europeo (BCE). Y en la que adoptará la semana que viene la Reserva Federal (Fed). Tanto la decisión de aumentar los estímulos como un retraso de estos tendrá repercusión en la banca, que se está viendo afectada por la política de bajos tipos de interés porque el principal negocio de los bancos es prestar dinero.

¿Qué esperan los inversores de los bancos centrales? El mercado confía en que la Fed baje tipos 25 pb y deje la puerta abierta a más bajadas en caso de que sea necesario. Sin embargo, las mayores novedades podrían esperarse del BCE, del que el mercado aguarda un recorte del tipo de depósito en 10-20 puntos básicos, con un escalonamiento del tipo de depósito para limitar su impacto negativo en los resultados de la banca, y la reanudación del QE. Cualquier movimiento que se salga de aquí podría generar turbulencias.

Según los analistas consultados por OKDIARIO para que el supervisor financiero no decepcione tendría que cumplir con las expectativas del mercado y, además, «prometer más estímulo a futuro si así lo requiere la economía».

Gisela Turazzini, CEO de Blackbird, cree que «más que la cantidad» de los estímulos, «lo que es importante es la calidad»: «Tenemos que tener en consideración que la banca está penalizada y por más que el BCE trate de darles liquidez, mientras la liquidez sea con trampa no llegará a la economía. Dar liquidez a cambio de penalizaciones ha fracasado y tal vez lo que debería de hacer el BCE es dar liquidez a cambio de incentivos, más que penalizaciones. Por lo tanto, lo que contemplaremos será la capacidad que el BCE tenga de entender la actual situación y la complejidad de los estímulos. En función de como se ayude al sector bancario europeo, veremos fluctuar sus cotizaciones. Lo que tengo claro es que el BCE no puede decepcionar al mercado esta vez».

De hecho, según Turazzini, «más que la FED, lo que puede decepcionar al mercado es el BCE». Según la CEO de Black Bird, lo que tiene que hacer la Reserva Federal es mantener su política actual sin variación: «Lo único que tiene que hacer la FED es mantener las políticas monetarias y no reducir su balance. Las veces que la FED ha procedido con el Tapering (retirada progresiva de los estímulos económicos), los mercados han sufrido mucha volatilidad. Por lo tanto, la FED es esclava de sus políticas monetarias y es difícil que pueda reducir el balance sin ver importantes picos de volatilidad. Solamente un proceso alto de inflación podría descontaminar el balance de la FED sin sugerir daños colaterales en los mercados. Lo que sería dar continuidad al atraco armado al ahorrador y al contribuyente».

E insiste en que lo más importante es que se pongan en marcha en Europa estímulos de calidad y que no se penalice a las entidades financieras: «En Europa las políticas expansivas no han sujetado los mercados, por lo que la tarea de desapalancamiento tiene poco impacto sobre los mercados. Lo que queda claro es que el BCE ha generado una gran expectativa al mercado y eso siempre es peligroso. De todos modos, lo que el mercado le pide al BCE es incrementar el programa de compra de activos en calidad y no en cantidad, y retirar las penalizaciones del sector bancario para que el préstamo llegue de una vez a la economía».

Decepción

Por su parte, Aitor Méndez, analista de IG, considera que «la semana podría ir de mal en peor para los bancos, ya que el jueves es muy probable que el BCE cruce el Rubicón y pase del dinero a coste cero al dinero a coste negativo por primera vez en la eurozona». «Esta es la peor noticia que pueden recibir las entidades financieras ya que su actividad principal consiste en comprar dinero a un precio (intereses pagados por los depósitos) y venderlo más caro (intereses aplicados a los préstamos)», remarca.

Méndez avisa de que las entidades financieras serán las que más sufrirán una prolongación de los estímulos monetarios para afrontar la desaceleración: «Si la autoridad monetaria dice que el tipo de interés de referencia, el precio oficial del dinero, pasa a ser negativo, sería casi tanto como obligar a los bancos a vender a pérdidas. A cambio, el BCE podría anunciar un escalonamiento del tipo de depósito (el que el aplica a las entidades por depositar el dinero en sus arcas, que ya se encuentra en niveles negativos) y anunciar inyecciones de liquidez, pero esto solo sería un parche para un sector que lo que menos necesita a las puertas de un cambio de ciclo es que el banco central estreche aún más sus márgenes».

El analista de IG cree que «viendo el guion de las últimas comparecencias de Draghi y Powell, todo parece indicar que, aunque el BCE y la Fed muestren una visión mucho más acomodaticia todavía, medidas de política monetaria incluidas, el mercado volverá a reaccionar con una pataleta al verse decepcionado».

«Los inversores siempre esperan mucho, pero la división entre halcones y palomas en estos dos bancos centrales es lo suficientemente grande como para que no vayan a tomar medidas excesivamente contundentes», opina.

Turbulencias

Por otro lado, Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de Renta4,  considera que «si el BCE no decepciona al mercado la respuesta del sector financiero podría ser positiva», sobre todo si se anuncia el escalonamiento del tipo de depósito que supondría un alivio para el sector.

Pero cree que las turbulencias a medio y largo plazo no desaparecerán: «No obstante, el contexto de fondo para el negocio bancario seguirá siendo negativo con los tipos en mínimos al igual que el Euribor y la falta de visibilidad de un cambio de política monetaria. Asimismo, el deterioro macroeconómico podría suponer una presión adicional para el sector como consecuencia de menores volúmenes de negocio que haría más difícil la recuperación de rentabilidad». «Es por ello que aunque podamos ver una respuesta positiva de las cotizaciones no esperamos que vaya a ser consistente en el tiempo», remacha.

Según la analista de Renta4, el riesgo es que el BCE y la Fed «decepcionen», teniendo en cuenta las elevadas expectativas que tienen puestos los inversores, especialmente en el caso del BCE, donde esperan un gran paquete de estímulo monetario. «Será además especialmente relevante su mensaje al mercado, que prometa más estímulo en el futuro en caso necesario», concluye.