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Sánchez también amnistía al Barça

No por esperada, la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) de salir en auxilio del Barcelona al permitir la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor en contra de lo acordado por la Liga con el aval de la RFEF deja de ser un escándalo mayúsculo y un atentado en toda regla contra la normativa vigente. Parece obvio que el Gobierno de Pedro Sánchez, de quien depende el máximo órgano deportivo español, ha maniobrado con celeridad para perpetrar un asalto en toda regla al régimen normativo en vigor y salvar al club catalán no ya del descrédito (que eso no puede arreglarlo el Ejecutivo socialista), sino del varapalo económico que habría supuesto que Dani Olmo no pudiera jugar en la Liga española después de haberse gastado el pasado verano en su fichaje más de 50 millones de euros.

Parece evidente que con la decisión del Consejo Superior de Deportes de conceder la cautelarísima al club catalán antes de pronunciarse sobre el fondo del recurso presentado por la directiva de Joan Laporta se adultera de manera flagrante la competición, al otorgar a la entidad catalana un indudable trato de favor y permitirle saltarse alegremente las reglas. Parece obvio que las razones de conveniencia política se han impuesto al orden jurídico, por lo que no es descabellado afirmar que lo ocurrido se parece mucho a una amnistía deportiva.

Al final, el CSD sale en auxilio de un club que se ha caracterizado en los últimos tiempos por trampear de manera indecorosa sus cuentas a base de triquiñuelas y ‘palancas’. Se premia, pues, a quien se salta la norma y se hace causando un perjuicio indudable a sus rivales. Con Sánchez los españoles no somos iguales ante la ley. En el fútbol tampoco. La cautelarísima concedida por el CSD al Barça es un agravio indecente que quiebra de raíz la competición, una adulteración de la Liga española que no tiene precedentes. La mano de Pedro Sánchez ha corrompido también el deporte español