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Lo de su ministerio es usura, señor Escrivá

Una cosa es que la Administración combata el fraude y otra, bien distinta, que su voracidad recaudatoria se cebe con aquellos perceptores del ingreso mínimo vital que han recibido una oferta de empleo y han trabajado durante unos meses, superando de este forma el mínimo de ingresos que exige el Ministerio de Seguridad de José Luis Escrivá. No parece, a la vista de las cartas que han recibido varios de los afectados, que la amenaza de reclamarles unos intereses del 25% más el tipo de interés estipulado en cada momento, si no proceden a devolver lo percibido en un plazo máximo de 15 días, guarde proporcionalidad alguna. Eso más bien parece usura. Se da la circunstancia de que, a veces, los perceptores del ingreso mínimo no tienen capacidad para devolver cantidades que en algún caso rozan los 2.000 euros ya que han perdido su empleo temporal. Se encuentran sin trabajo y sin la ayuda, porque se les ha extinguido, y con una deuda de casi 2.000 euros. Estamos hablando, en todo caso, de personas con una situación laboral precaria, razón de más para que un Ministerio que se denomina de Inclusión no se cebe de esta manera con quienes, con independencia de haber superado el umbral exigible para recibir el ingreso mínimo vital, no están en condiciones de hacer frente al pago que les reclama la Seguridad Social de manera inmediata.

El tono de las misivas no es aceptable ni en el fondo ni en la forma, porque los recargos son abusivos y porque el carácter imperativo de las cartas demuestran una falta de tacto insuperable. No son defraudadores, ministro, sino gente que tuvo la ‘fortuna’ de encontrar un trabajo temporal y superar el umbral de ingresos exigido por su Departamento para recibir la ayuda. Les trata usted como delincuentes en potencia y les cruje a recargos superiores, incluso, a los que se imponen a quienes defraudan de verdad. ¿Ministerio de Inclusión? Anda ya.