Carmona: para esto de una p. vez

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El exportavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona (Foto: Getty)

Amistades y admiraciones aparte, desde un punto de vista estrictamente profesional he de concluir y concluyo que Antonio Miguel Carmona es uno de nuestros políticos con la cabeza mejor amueblada. Socialdemocracia en estado puro. Lo cual tiene su mérito teniendo en cuenta que son malos tiempos para una ideología que ha dado grandes tardes a este país en concreto y a Europa en genérico. Los que dentro de la sociedad civil (empezando por los periodistas filosocialistas), que al fin y al cabo es la que marca tendencia, antaño se encuadraban en ese ámbito político ahora se han pasado en masa a Podemos, que no es ni más ni menos que una moda de ésas de quita y pon. Porque, si rascas un poquito, tampoco hace falta mucho, compruebas en milésimas de segundo que lo poco que hay es tejido podrido. 

Carmona es de los mejores exponentes de un PSOE que fue grande, el más grande en términos cuantitativos, gracias a ese esfuerzo por buscar el centro de Felipe González que le deparó los mejores resultados electorales de nuestra joven democracia y el más largo periodo de Gobierno. Básicamente, porque a los que estaban en el centroderecha no les daba miedo votarle. Al punto que muchos de ellos se fueron al PSOE y jamás volvieron ni a la UCD –entre otras cosas, porque lo de este maravilloso proyecto colectivo fue un visto y no visto, el medio y el fin eran lo mismo– o a la postrer Alianza Popular que en 1990 devino en Partido Popular.

Por todo ello ni he entendido, ni entiendo, ni entenderé cómo el centrado y centrista Antonio Miguel pudo consentir el pacto con una banda, la de Carmena, que desde el primero hasta el penúltimo de los madrileños sabíamos lo que era. Tampoco comprendí cómo dejó pasar, casi a beneficio de inventario, el caso Zapata. No se atrevió a exigir a esa loba con piel de cordera la destitución inmediata del malnacido concejal. El tipejo que se mofó de los seis millones de judíos gaseados e incinerados en el Holocausto –«¿cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero–, de Irene Villa, de las niñas asesinadas en Alcàsser por Antonio Anglés y de una Marta del Castillo que sus padres aún no han podido enterrar.

Menos aún me cabe en la cabeza que auparas con tus votos al poder a personajes como el hacker Pablo Soto, que reclamó en varios tuits «guillotinar» a Alberto Ruiz-Gallardón, o a Jorge García Castaño, que propuso en la misma red social «empalar» al ex UPyD y actual ciudadano Toni Cantó. No lo entiendo, de verdad, porque a gente que opina así, a sujetos que tienen tan enferma la cabeza, no hay que darles ni agua, ni los buenos días, ni las buenas noches, ni na de na.

Creo yo, querido Antonio, que ha llegado el momento de que pongas encima de la mesa lo que hay que poner. Que no es un par de redaños sino una miaja de dignidad, de decencia, de sentido común, de ética y hasta de estética. Con un poquito basta. El asunto es tan obvio que casi os debería dar vergüenza que os lo reclamemos. A mí no me vale con que aludas a la obediencia debida a Ferraz. Te recuerdo, y perdón por la exagerada comparación, que esta conducta es la que ha permitido las mayores atrocidades de la historia de la humanidad. Ocurrió en el nazismo, en el estalinismo, en la juntas militares argentinas y en la antigua Yugoslavia. «Yo hice lo que me ordenaron», clamaban soldados y mandos intermedios del nazismo en Nuremberg, de las dictaduras del Cono Sur cuando llegó la democracia y se hizo justicia y los jerarcas serbios cuando les tocó rendir cuentas ante esa bendición que es el Tribunal Penal Internacional. No olvides, pues, que la obediencia debida es un eufemismo para esconder lo que no es sino cobardía moral. Antes que Ferraz, que Luena, Sánchez y cía, está tu dignidad, querido Antonio. Y, sobre todo y por encima de todo, la dignidad de todos los madrileños, que no votamos a esta inmundicia que nos gobierna. Perdón, desgobierna.

Estáis permitiendo por omisión que los inversores salgan corriendo de Madrid. Que los chinos de Wanda se vayan con sus cientos de millones a otra parte, que por extensión se olviden de los 3.000 kilazos de Campamento y que la antaño denominada Operación Chamartín (entre 6.000 y 10.000 millones del ala) quede en papel mojado. Los empresarios extranjeros que apuestan por la capital no sólo contemplan anonadados que hay inseguridad jurídica sino que, además, alucinan cuando encima el Ayuntamiento les maltrata y se dirige a ellos poco menos que como si fueran unos delincuentes. Estás consintiendo también por tu obediencia debida que estos pájaros retiren calles a troche y moche metiendo en el mismo saco a auténticos franquistas y a demócratas sin tacha como Enrique de la Mata Gorostizaga, que además de presidir la Cruz Roja acompañó a Adolfo Suárez en el tránsito de la dictadura a la democracia. Por no hablar de la ciscada que supone retirar el nombre de una calle a Juan Pujol, alias Garbo, espía y responsable de una de las más bellas acciones de la historia de la humanidad, engañar a los nazis sobre el desembarco de Normandía. Genialidad, por cierto, que permitió salvar a miles de judíos. La jefa de la Memoria Histórica se cubrió de gloria: ¡¡¡confundió al Juan Pujol bueno con el homónimo Juan Pujol malo, un destacado propagandista franquista!!! Claro que todo se entiende cuando te desvelan que la jefa de la Memoria Histórica que va a «limpiar» las calles de Madrid de vestigios del régimen anterior es la hijastra de Fidel Castro, uno de los mayores asesinos y sátrapas del siglo XX.

Tampoco entiendo que no pidieras una sola explicación cuando OKDIARIO desveló que la alcaldesa había comprado parte de un chalé con 100.000 euros en metálico, en billetes de 500, tal y como figura en el Registro de la Propiedad. ¿Te imaginas la que hubieras montado, la que hubiéramos montado más bien con toda la razón del mundo, si en lugar de figurar en la escritura el nombre de «Manuela Carmena» nos encontrásemos con que quien aparecía era una tal «Esperanza Aguirre»? No habría páginas, ni programas de televisión, ni espacios de radio en el mundo, para acoger el escándalo que provocaría una noticia así. La actual jefa de la oposición municipal se tendría que ir a Australia y enterrarse en una playa virgen para que no la encontrasen nunca jamás porque no sería capaz de soportar el pollo que se montaría. Y, desde luego, no entiendo que no la liases con motivo de la Cabalgata de Reyes: un atentado contra la libertad religiosa en toda regla que sería impensable en Francia, Alemania, Reino Unido o Escandinavia. Me replicarás que tú ya no eres el jefe del Grupo Municipal. Cierto. Tanto como que Purificación Causapié no es nadie –¿who is Purificación Causapié?– y tú uno de los más prominentes, honrados, ilustrados y prestigiosos políticos no sólo de Madrid sino de toda España.

Tampoco he visto que hayas dicho esta boca es mía después de lo ocurrido en el barrio de Tetuán, información adelantada por este periódico a media tarde del viernes. Si después de saber que esta gentuza organiza títeres infantiles en los que apuñalan monjas y policías, se ahorcan banqueros y jueces y se dan vivas a ETA continúas sin alterar el status quo municipal, todos te señalaremos como responsable in vigilando e in eligiendo de que la casa de todos sea la el coto privado de una serie de facinerosos y fascistas de la peor calaña. Esto no aguanta más. Esto va a reventar y se llevará a todos por delante. Lo peor de todo es que no podrás evitar que todos te apunten a ti por mucho que la culpa sea, que lo es, de Sánchez y de Luena.

Conviene que tengas presente otro insignificante detalle: en el equipo de gobierno municipal no está representada, ni de lejos, la voluntad mayoritaria de la ciudadanía. Lo diré más alto pero no más claro: lo que está sucediendo es una prostitución de la decisión que los madrileños tomaron el 24 de mayo. No puede ni debe ser que quienes obtuvieron 519.000 votos hagan y deshagan fascistoidamente a su antojo sobre quienes lograron 998.000, que es la suma de los sufragios de PP, PSOE y Ciudadanos. El PP se anotó de la mano de Esperanza Aguirre 563.000, el PSOE 249.000 contigo y C’s 186.000 con Begoña Villacís. Y convendrás conmigo que entre vosotros, populares y ciudadanos hay el triple de coincidencias y puntos de encuentro que con esa banduki que está provocando el enfrentamiento civil entre madrileños, el ensalzamiento del terrorismo, la huida de la inversión y la consiguiente multiplicación del número de parados. Tú decides: o de Madrid vamos al cielo o al infierno. O somos el faro y el rompeolas de todas las Españas o la vergüenza. O el Madrid de Tierno o el de los okupas y los proetarras.

Tú que puedes, para esto de una p. vez. De una puñetera vez, quería decir.

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