El legado de los mayas adorna México
Es uno de los lugares más visitados (o con deseo de ser visitados) en todo el mundo. La península del Yucatán mexicana es famosa en todo el globo por albergar algunas de las playas más espectaculares. Y por supuesto, por las ruinas del Imperio Maya. No vamos a entrar en lo que el viajero puede disfrutar en las primeras (que es mucho), sino que nos vamos a centrar en el legado de los mayas. Y como cualquiera habrá escuchado y leído sobre el célebre Chichen Itzá, en este recorrido vamos a visitar el resto de los templos más conocidos.
Los mayas en Tulum
Como se puede ver en la imagen, Tulum se encuentra en un lugar privilegiado. Es, sencillamente, espectacular. Su enclave frente al mar Caribe, las playas de aguas cristalinas donde nos darse un baño… Destaca además por su accesibilidad. Esto le hace ser la segunda ruina maya más visitada de México.
Los mayas en Uxmal
Uxmal está considerada una ciudad maya de primer rango, tanto por la extensión que ocupó, como por sus magnificas edificaciones. En ella es posible visitar todas ellas, pero hay una que llama la atención por encima de todas. Se trata de la Pirámide del Adivino, donde se practicaban rituales de sacrificio o autosacrificio. Sí, al estilo de la película Apocalypto.
Pero eso no es todo. En Uxmal hay que destacar el Cuadrángulo de los Pájaros y el colindante Cuadrángulo de las Monjas, la zona donde se practicaba el Juego de Pelota, así como la Casa de las Tortugas o el Templo de las Guacamayas. Es más, el Palacio del Gobernador es uno de los más elegantes y consta de tres plataformas. Aunque si hay un aspecto que llama mucho la atención son las obras hidráulicas que servían para recoger el agua en cisternas.
Los mayas en Dzibanché y Ek Balam
Dzibanché está considerada como una ciudad mística (aparece en la imagen superior del artículo). Es el asentamiento más grande del sur de Quintana Roo. De hecho, el tamaño de la acrópolis es inmenso. El viajero deberá madrugar para recorrerla entera.
Por otro lado, la Ciudad del Jaguar Negro, Ek Balam, está sumergida en la selva. Comparada con Chichen Itzá o Uxmal, es pequeña, pero no por ello menos interesante. Cuenta con dos pirámides gemelas y pequeñas que están una frente a la otra. Eso sí, lo mejor es la Acrópolis, a la que se accede por unos escalones grandes que merece la pena subir. Arriba se disfrutan unas hermosas vistas.