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Una maravilla manchega: el pueblo medieval que oculta misterio y belleza a partes iguales

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Buendía, un encantador pueblo ubicado en la comarca de La Alcarria manchega, cautiva a los visitantes con su nombre y su belleza natural. Con poco más de 400 habitantes, ofrece una escapada de fin de semana para toda la familia.

Situado en la frontera entre Cuenca y Guadalajara, destaca por su impresionante embalse y los bosques de pinos que lo rodean, así como por los espectaculares paisajes que crea el río Guadiela a través de su hoz fluvial.

Descubre Buendía, uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha

Situado junto al Pantano de Buendía, rodeado de extensos pinares, ofrece diversas actividades turísticas como la famosa Ruta de las Caras. Según la leyenda, durante la reconquista de la provincia, el pueblo recibió su nombre actual luego de una victoria cristiana liderada por el rey Alfonso VIII, quien exclamó: «Buen día hemos echado», en agradecimiento a la Virgen de los Desamparados. Desde entonces, Buendía se mantuvo como nombre del pueblo.

Entre los lugares de interés se encuentra la Plaza de la Constitución, donde se ubican el ayuntamiento y la iglesia. La iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora es una de las más grandes de la comarca, de estilo gótico con fachadas barrocas. Las antiguas murallas de la ciudad y sus cinco puertas de acceso también son parte de su patrimonio, al igual que el Museo del Carro, que exhibe una colección de carruajes y objetos antiguos.

Ruta de las Caras

Las Caras de Buendía, situadas junto al Pantano de Buendía en Cuenca, son un paraje natural caracterizado por pinares y rocas areniscas. Este lugar alberga alrededor de 20 esculturas y bajorrelieves, con alturas que oscilan entre uno y seis metros, creadas entre 1992 y la actualidad por Eulogio Reguillo y Jorge J. Maldonado.

Conocido como la Ruta de las Caras, este circuito ofrece un recorrido circular señalizado, de acceso libre y gratuito. El nombre de la ruta proviene de los primeros años, cuando los visitantes se referían al lugar como Las Caras. Estas esculturas fusionan arte y naturaleza, trascendiendo las fronteras de los museos y las zonas urbanas.

Algunas de las más impresionantes incluyen a Krishna y Maitreya, con alturas de cuatro y seis metros respectivamente, cuya esculpida tomó ocho años debido a la dureza de la roca; El Chamán, que llevó cuatro años y dirige su mirada hacia la calavera De Muerte; y otras como El Extraterrestre, Las Caras de Cristina y Los Extraños. Para recorrer todas las caras se necesita aproximadamente una hora a pie, aunque se puede acceder en coche hasta un aparcamiento cercano desde donde comienza la ruta.

El paisaje que rodea las esculturas varía desde terrenos de cultivo hasta pinares y rocas areniscas que llegan hasta la orilla del pantano. La vegetación incluye plantas aromáticas como romero, salvia, tomillo, perpétua amarilla y espliego, así como árboles y arbustos propios del clima mediterráneo.

Para llegar a la Ruta de las Caras desde Buendía, se deben seguir las indicaciones de los carteles dentro del pueblo hasta llegar a una pista asfaltada, la cual lleva a las esculturas a cuatro kilómetros de distancia. En el camino, se encontrará un desvío señalizado hacia la izquierda, que conduce a un depósito de agua en lo alto de una colina. Desde allí, se debe girar a la derecha hacia el último cartel rodeado de olivos, que indica el camino hacia la izquierda.

El camino finaliza en una explanada con aparcamiento junto a los pinos, donde se encuentra un cartel explicativo de la ruta y sus esculturas. La entrada a la ruta está marcada con un arco de madera en el merendero. Desde allí, una senda señalizada conduce a las primeras esculturas, distribuidas por la zona hasta llegar casi al pantano.

Priego, un pueblo con mucho encanto

A 50 kilómetros de Buendía se encuentra Priego, el portal que conecta la Serranía con la Alcarria, ubicado en un plano rodeado por el valle, mientras que la puerta hacia el surco del río Escabas se encuentra en el Estrecho de Priego. Desde sus puntos más altos, se puede contemplar tanto la sierra como el valle, marcando la vista la frontera entre ambos paisajes.

El pueblo de Priego cuenta con innumerables rincones que reflejan la fisonomía de los pueblos de abolengo de Castilla, salpicados de arte y vestigios de tiempos pasados. Partir desde la Plaza de los Condes es casi obligatorio, donde destacan la casa Pernia con su entrada adintelada y balcón barroco, y el palacio de los Condes de Priego con su galería de tres arcos de medio punto.

En cuanto a los monumentos religiosos, sobresalen la iglesia de San Nicolás de Bari y los cenobios, tanto en pie como en bellas ruinas, de San Miguel de las Victorias y Nuestra Señora del Rosal. El Castillo se asoma a la garganta del Escabas desde la torre del homenaje de planta pentagonal, conocido como el Torreón.