Viajes

Durmiendo bajo la hierba en paraísos escandinavos

En nuestro afán por encontrar alojamientos y lugares especiales, ya dimos con casas con tejados vegetales en Irlanda y Asturias. Pues bien, en esta ocasión exploramos aquellas cuyos techos son… de hierba. Y es que desde hace siglos, la construcción de casas con el tejado de hierba ha sido utilizada en países escandinavos. Los viajeros podrán encontrarlos en Noruega, Islas Feroe o Islandia. Lo más espectacular es la sensación al verlas, porque estas casas se mimetizan con el entorno. De hecho, en un rápido vistazo desde el cielo, lo único que se verá serán cascadas, fiordos y montañas.

Tejados de hierba en Noruega

En el considerado valle más bonito de Noruega (Innerdalen) se puede encontrar una zona de granjas llamada Renndolsetra. Situadas entre abruptas laderas, estas granjas se dedican a producir productos de manera tradicional. Y todas ellas parecen pertenecer al mismísimo terreno, como se puede observar.

También en Noruega se encuentra Roros, que parece sacado de una postal. Este pueblo nació hace siglos en torno a una granja y fue creciendo en torno a una explotación minera. Pero a día de hoy sigue conservando en buena parte su aspecto medieval.

Tejados de hierba en Islas Feroe

En las Islas Feroe hay varios poblados de casas con tejados de hierba en entornos increíbles. Uno de ellos es Saksun cerca de la isla de Streymoy, en su costa noroeste. Se halla en una entrada de mar rodeado de montañas. Su iglesia fue desmontada de su lugar original y vuelta a reconstruir allí.

Otro poblado es Kirkjubour en la costa oeste de la misma isla Streymoy. En la Edad Media fue un centro religioso importante, pero en la actualidad apenas está poblado.

Hace dos siglos fue arrasado por tormentas y reconstruido. Así que en la actualidad está tal y como era anteriormente. Poner hierba en los tejados se debía a los materiales de que disponían y a que, además, protegía del frío y del viento.

Tejados de hierba en Islandia

En Islandia, en la granja Glaumbaer se construyeron las casas con los tejados de hierba a lo largo de mil años. Si el viajero lo visita, también podrá acercarse al museo de Glaumbaer en Skagafjöróur, en el que puede verse cómo se vivía en el siglo XIX en una granja.