Televisión, cine y series
¿Por qué nos gustan tanto los crímenes reales?

Netflix se hace de oro con la España negra: el viernes se estrena ‘El Rey del Cachopo’

Los true crime están de moda: De 'El caso Asunta' a 'El cuerpo en llamas'

La madre de Gabriel 'El pescaíto' carga contra este tipo de producciones: ¿Tiene razón?

Los true crimes están de moda y, en concreto, Netflix se está haciendo de oro con la España negra. El próximo viernes 10 de mayo se estrena El Rey de Cachopo, uno de los casos policiales más famosos de los últimos años y que Netflix espera convertir en un nuevo exitazo. Esta docuserie se une así a una larga lista de producciones que indagan en los crímenes más relevantes de nuestro país: desde El caso Asunta a Las cintas de Rosa Peral, pasando por las adaptaciones a ficción de ambas o el Caso Biondo. Hay un claro interés popular en este tipo de productos; el morbo vende pero el precio a pagar es alto. Se puede pensar que las productoras o plataformas se lucran gracias a las tragedias y que, sobre todo, reabren heridas en los implicados y las víctimas. Un claro ejemplo es el de Patricia Rámirez, la madre de Gabriel El pescaíto, quién ha hecho un llamamiento para que nadie se lucre del asesinato de su hijo.

‘El Rey del Cachopo’

El próximo viernes 10 de mayo se estrena El Rey del Cachopo, nueva docuserie de Netflix producida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega de Dadá Films & Entertainment. El Rey del Cachopo fue uno de los casos más mediáticos de los últimos años. Las televisiones de toda España se hicieron eco de la truculenta historia, en la que César Román, conocido coloquialmente como El Rey del Cachopo, fue condenado por asesinar y descuartizar a su pareja Heidi Paz. Esto destapó una telaraña de secretos, falsas identidades, crímenes y el relato de un personaje que vive entre la fantasía y la realidad.

Cartel de ‘El Rey del Cachopo’.

Román Parrado (El asesino de la baraja, Salvados) dirige los tres episodios de esta miniserie documental, que cuenta con declaraciones desde la cárcel de César Román junto a otros testimonios que dan cuenta de esta historia, como el de Gloria Francis Bulnes, madre de Heidi Paz, que habla por primera vez del caso.

Tras el éxito de la serie el Caso Asunta y de El Cuerpo en llamas (basado en el llamado Crimen de la Guardia Urbana) así como de cientos de ficciones y documentales basado en casos reales, Netflix vuelve a apostar por un género que está en más auge que nunca. Eso sí, la demanda de este tipo de producciones debería hacernos reflexionar.

El dolor de una madre y la cara B del ‘true crime’

«Nuestros peces no están en venta», este es el lema con el que Patria Ramírez ha convocado una concentración el próximo 11 de mayo para rechazar las producciones audiovisuales de quienes «se están intentando lucrar”con la muerte de su hijo Gabriel, el cual fue asesinado por la expareja de su padre, Ana Julia Quezada, el 27 de febrero de 2018.

En sus redes sociales, Ramirez dijo: «Muchos sabéis que desde el principio no hemos querido protagonismo con esto. Hemos rechazado todo tipo de ofertas que se nos han hecho, y hemos manifestado continuamente que no queríamos participar de hacer ni documentales ni series con la muerte de Gabriel. Desgraciadamente, en este momento están existiendo irregularidades y personas que se están intentando lucrar de su muerte, dañando no solo su memoria después de habernos arrancado su vida, sino obviando nuestro dolor y no atendiendo a las normas. Creo que estas circunstancias tenéis derecho a saberlas, a juzgarlas, y así veis que son injustas con nosotras u otras víctimas. O simplemente que no deberían permitirse en una sociedad. Una vez que las escuchéis, si estáis de acuerdo o creéis que nos podéis echar una mano, os ruego que nos ayudéis una vez más, porque solos este viaje no podemos, y podamos darle vuelta a todo esto para poder tener por lo menos un futuro un poco más transitable y esperanzador. Porque, sino, lo que se nos avecina va a ser difícil de soportar».

Con este sentido alegado, la madre de Gabriel ha señalado algo deberíamos plantearnos como sociedad. ¿De qué sirven los true crime? Si son documentales, se da por hecho que su valor es periodístico. Deberían ser, en este caso, fieles a los hechos, sin manipulaciones, rigurosos y con el único objetivo de ordenar y dilucidar la verdad de los casos. Hay ejemplos como los de Muerte en León ( en RTVE Play) o The Jinx (HBO) en los que incluso se han aportado pruebas que han dado un giro a la investigación.

En el caso de la ficción, el objetivo es ver los hechos desde un prisma más íntimo y subjetivo. Como todas las historias (si están bien hechas) su fin es el de hacer reflexionar desde un punto de vista humanista, nunca dictar sentencia.

Tristán Ulloa y Candela Peña en ‘El caso Asunta’.

Ambos formatos son necesarios siempre y cuando no nazcan del morbo y el mercantilismo. También es cierto que son productos de consumo, hay una industria detrás. De hecho, hoy por hoy, el audiovisual está prácticamente dominado por las adaptaciones de novelas o de casos reales. La razón es sencilla: en ambos casos, las historias ya están testadas y son reconocidas por el gran público.

¿Entendemos a la madre del niño Gabriel? Obviamente. El estreno de cualquier true crime supone revivir el horror para todos los implicados, es volver a poner el foco en la tragedia. Por eso, los productores, como mínimo, han de tener sentido de la responsabilidad. En el caso de Netflix, donde se prima la cantidad a la calidad, sólo podemos pedirle algo de pudor y mesura. Por ejemplo, El caso Asunta es un producto estupendo (tanto la ficción como la docuserie) al igual que El cuerpo en llamas, no tanto Las cintas de Rosa Peral o El Caso Biondo, documentales sesgados y pobres de producción.  Esperamos que El rey del Cachopo sea mejor.