Sociedad

El violador del Eixample condenado a 66 años y a indemnizar a las víctimas con 110.000 euros

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 66 años y medio de prisión al conocido como violador del Eixample por atacar a cuatro mujeres en 2004, 2015 y 2016, además de tener que indemnizar a las víctimas con un total de 110.000 euros.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la Sección 21 de la Audiencia de Barcelona condena a Francisco Javier C.M. por cuatro delitos de agresión sexual -tres de ellos con agravante de reincidencia- y tres delitos de robo con violencia, uno en grado de tentativa.

Sin embargo, la Audiencia le absuelve de la acusación de una quinta víctima por agresión sexual y robo con violencia al no haberse podido practicar la prueba preconstituida de la mujer, que no reside en España, y que no se presentó en el juicio, con lo que no pudo prestar declaración en sede judicial.

Las asaltaba en el portal con un cuchillo

El tribunal le prohíbe acercarse a menos de 1.000 metros a las víctimas por un tiempo superior en dos años a la pena de prisión impuesta, y además le impone, por cada uno de los delitos de agresión sexual, la medida de libertad vigilada con una duración de ocho años que se ejecutará con posterioridad a la pena de prisión.

La Audiencia considera probado que el acusado violó a las cuatro mujeres de madrugada los días 25 de septiembre de 2004, el 12 de octubre de 2015, el 21 de enero de 2016 y el 31 de enero de 2016, abordándolas en el portal de casa cuando regresaban solas.

Sobre la agresión de 2004, la Audiencia no la considera prescrita, tal y como reclamaba la defensa, ya que, al enfrentarse a penas de prisión tan elevadas, su plazo de prescripción es de 20 años según el redactado del artículo 131 del Código Penal vigente en el momento de los hechos, argumenta.

En tres de los casos el hombre aprovechó para entrar con ellas en el recibidor del edificio y las amenazó con un cuchillo para obligarlas a que le practicaran una felación, insultándolas y en tres casos les robó el dinero que llevaban encima.

Como consecuencia de las agresiones, las víctimas sufrieron trastorno por estrés postraumático y necesitaron tratamiento psicológico.