Sociedad

Profesionalización, continuidad asistencia e innovación, las claves para cuidar a los mayores

Los avances alcanzados por nuestro país en términos económicos y sociales han contribuido muy positivamente a aumentar la esperanza de vida de los ciudadanos hasta situarse en los 83,07 años en 2022. De hecho, la población mayor de 80 años representa un 6% de la población total.

El incremento de la esperanza de vida está generalmente acompasado por un incremento de las enfermedades crónicas: vivimos más años, pero con más problemas de salud. Esto se une a que en España sufren algún tipo de discapacidad 4,3 millones de personas, de las que 60,9% tiene 65 y más años, lo que está provocando que se necesiten más cuidados, haciendo de las residencias de mayores un servicio esencial y cada vez más demandado.

Según el informe “Observatorio del sector sociosanitario privado” se hace necesaria una mayor coordinación y definición de servicios conjuntos entre servicios sociales y servicios de salud, respaldado por unos presupuestos adecuados. Sin embargo, con la financiación pública no se llegan a cubrir las demandas actuales (y futuras) de la sociedad, – el 87% de las personas no están en residencias y su cuidado depende de los cuidadores informales y con pocos medios (solamente un 29% percibe prestaciones de ayuda a la dependencia).

El sector privado cuenta con el 70% de las residencias y el 74% de las camas para el cuidado de mayores, lo que aporta sustento para facilitar la calidad de vida de nuestros mayores. Por ese motivo, es fundamental realizar una apuesta decidida por el trabajo conjunto entre el sector público y privado para abordar las disparidades en la disponibilidad de plazas residenciales, reducir la presión hospitalaria y la ocupación de camas en el SNS, así como un marco de Atención Sociosanitaria/Atención Intermedia en centros, donde se traten determinados procesos de convalecencia, rehabilitación y cuidados paliativos”.

Así lo ha asegurado Juan Abarca, presidente de Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante la presentación del informe, que ha sido presentado hoy en Madrid, en el marco de una jornada que ha inaugurado la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Ana Dávila.

Analizar este reto de futuro, teniendo en cuenta los recursos disponibles, es uno de los objetivos de este informe que muestra que, a pesar del papel tan relevante que juega el sector de las residencias en lo que se refiere a atención a mayores, solo alrededor del 9% de las prestaciones para la dependencia se destina a la atención residencial; es decir, prestaciones por las que a un residente se le asigna una plaza de financiación pública en una residencia de mayores.

Situación de las residencias privadas y la aportación de valor al sector en España

En España, las residencias privadas desempeñan un papel crucial en la atención a largo plazo de la población mayor, ofreciendo una variedad de opciones que se adaptan a las necesidades individuales. Estas residencias se presentan en una amplia gama de capacidades, proporcionando una atención personalizada y de calidad a sus residentes. En total, el número de residencias privadas en España en 2022 es de 5.567 y las plazas en residencias privadas suponen un 73,5% (289.471), que se concentran principalmente en centros residenciales de más de 100 camas. Para Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, “el acceso a plazas residenciales adecuadas y de calidad es un aspecto crucial para garantizar el bienestar de los mayores, que además en buena medida enfrentan problemas como la vulnerabilidad y la policronicidad. Por lo tanto, es esencial trabajar conjuntamente entre los dos ámbitos de provisión, garantizando que todas estas personas tengan acceso a los servicios de atención a largo plazo que necesitan y merecen en esta etapa de su vida”.

Nuevos modelos de atención

El sector privado de las residencias de mayores en España está realizando un esfuerzo en la dotación de plazas, evidenciado con la previsión de creación de 47.363 camas nuevas distribuidas en 503 centros residenciales. Este crecimiento refleja el compromiso del sector privado con la mejora y ampliación de la oferta de atención a largo plazo para la población mayor en el país. Asimismo, es destacable que el sector privado de las residencias cuenta con estándares de calidad muy elevados, consolidándose como prestadores de servicios de calidad y atención completa para los residentes. Según Patxi Amutio, secretario general de la Fundación IDIS, “el sector privado apuesta por la innovación, desarrollando nuevos modelos de atención, convivencia y aseguramiento a través de la tecnología para mejorar la sostenibilidad del sector a largo plazo. Además, trabaja en aspectos como la profesionalización, la continuidad asistencial y el fomento de la creación de redes de apoyo social entre los residentes”.

De igual forma, el informe destaca modelos que ofrecen alternativas de vivienda para personas mayores que pueden mantener su autonomía, como es el senior living, y productos financieros para proporcionar cobertura económica en caso de ser necesario, como son los seguros de dependencia o la hipoteca inversa, modalidad que consiste en convertir a dinero el valor que representa una vivienda, sin perder la titularidad de la misma.

En cuanto a las tendencias de futuro se observa que uno de los objetivos es el acercamiento de las residencias de mayores a los hospitales, lo que permite múltiples beneficios en la atención médica, facilita la coordinación entre profesionales de la salud, brinda acceso inmediato a servicios especializados y promueve una gestión integral de la salud de los residentes. Además, proporciona tranquilidad tanto a los residentes como a sus familiares al saber que tienen atención médica cercana y de alta calidad en caso de necesidad. Esta proximidad física y colaboración entre ambos tipos de instalaciones optimiza los cuidados y mejora la eficiencia en la atención.

Otra de las necesidades que plantea el documento es la necesidad de las residencias de contar con el personal adecuado, tanto en número como en cualificación, y la necesidad de impulsar de las Unidades de Atención Geriátrica a Residencias (UAGR) que, además, potencian la colaboración privada-pública para mejorar la atención y evitar que sobre las residencias recaigan cuidados propios de hospitales.