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Joseba Arguiñano cuenta la verdad de su familia y dice lo que todo el mundo pensaba

El hijo de Karlos Arguiñano ha dado unas declaraciones muy interesantes

Joseba Arguiñano asegura que tiene buena relación con todos los miembros del clan

Joseba trabaja con Karlos Arguiñano y tienen muchas cosas en común

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La imagen cercana que transmite el clan Arguiñano no es sólo fruto de los años de televisión ni del carisma inagotable de Karlos. Así lo dejó entrever Joseba Arguiñano en su visita al programa Y ahora Sonsoles, donde el repostero y cocinero habló sin reservas sobre su educación, la relación con sus seis hermanos y la influencia determinante de haber crecido dentro de uno de los entornos culinarios más emblemáticos del País Vasco. Lo hizo con la naturalidad que lo caracteriza y con esa forma de mirar que inevitablemente recuerda a la de su padre, demostrando que hay rasgos que trascienden generaciones.

Durante la entrevista, el chef ha compartido vivencias muy personales que arrojaron luz sobre la forma en que su familia ha construido un modo de vida propio. Lejos de artificios y poses televisivas, su relato dibujó el retrato de un núcleo familiar amplio, variado y profundamente unido, forjado entre los fogones del histórico restaurante familiar en Zarautz. Fue allí, entre cocineros, camareros y el bullicio constante del negocio, donde cimentó una vocación que hoy es parte esencial de su identidad.

La verdad sobre la familia Arguiñano

Uno de los momentos más reveladores de su entrevista llegó cuando Joseba Arguiñano trató de explicar la diversidad que convive dentro de un hogar con siete hijos. «Todos no somos iguales», afirmó, antes de describir con sencillez cómo cada hermano tiene un ritmo y una forma de ser distinta. Señaló que «uno será más hábil, el otro será más tranquilo, el otro será más movido, el otro es más parado… Pero nada es mejor o peor», aclaró, subrayando que en esa diferencia reside la esencia del vínculo familiar: «es diferente».

A partir de ahí, resumió en una frase lo que para él define a los Arguiñano: «Y la riqueza es lo diferente. Que se junte eso y que seamos una familia, una tribu maravillosa». Sus palabras, pronunciadas con una sonrisa sincera, evidenciaron que el secreto de la familia no es tanto la exposición pública, sino la convivencia diaria construida sobre el respeto y la libertad desde que eran niños.

Joseba Arguiñano con su padre, Karlos Arguiñano. (Foto: Gtres)

Ese espíritu de tolerancia y autenticidad estuvo presente durante su infancia. «Me dejaban hacer cualquier cosa, ya veías las pintas que tenía. Nosotros hemos nacido allí y entre fogones, con mi tía, los cocineros, los camareros… en un entorno de hostelería», recordó con humor. Fue una niñez marcada por la informalidad propia del negocio familiar, pero también por una educación práctica que más tarde lo llevaría, tras terminar la ESO, a formarse en la escuela de cocina de su padre.

Joseba trabaja en el negocio familiar

A pesar de su carácter inquieto en la adolescencia, siempre permaneció vinculado al negocio familiar. «Igual era más rebelde, tienes menos cabeza de joven y todo lo que pasaba en la casa era siempre por mí», confesó entre risas, antes de dedicar unas palabras emocionadas a sus padres y hermanos: «Nos han querido un montón. Alegrías les hemos dado, hemos salido una familia trabajadora, al pie del cañón y nos queremos mucho».

El camino profesional de Joseba también comenzó entre las paredes del Restaurante Karlos Arguiñano de Zarautz, donde asumió múltiples labores hasta que en 2011 sustituyó a su tía Eva al frente de la repostería. Durante cinco años se dedicó a perfeccionar técnicas, impulsar nuevas propuestas y consolidarse como una figura imprescindible en el restaurante. Esa etapa, sin embargo, no fue el punto final de su trayectoria, sino un trampolín hacia nuevos proyectos con los que comenzó a construir su propio nombre dentro de la gastronomía.

A lo largo de los años, Joseba ha alternado su presencia en televisión con iniciativas empresariales que demuestran su capacidad para diversificar y evolucionar sin desprenderse del espíritu familiar. Aunque mantiene una cercanía innegable con su padre, su carrera ha ido tomando un rumbo propio, marcado por la inquietud creativa y el deseo de ampliar horizontes.

¿Quién es la pareja de Joseba Arguiñano?

En lo personal, el cocinero vive alejado del foco mediático gracias al discreto perfil de su pareja, Natali Fuentes. Su relación comenzó con un gesto tan sencillo como simbólico: él la enamoró con un plato de berenjenas rellenas, una receta humilde pero elaborada con el cuidado que caracteriza a la familia. Aquel momento, anecdótico pero determinante, dio comienzo a una historia que lleva años asentada en la estabilidad y en la vida tranquila en Zarautz.

Natali ha elegido mantenerse al margen de los medios y de la exposición que rodea a Joseba, una decisión que él respeta profundamente y que le permite equilibrar sus compromisos públicos con una vida familiar protegida. Juntos han formado un hogar donde la normalidad es la norma, rodeados de sus hijos y vinculados a la tierra en la que ambos crecieron. Lejos de alfombras rojas y fiestas, su relación se sostiene en lo cotidiano y en la serenidad de quien valora más la privacidad que el reconocimiento público.