Sociedad

El creador de la cafetera italiana se despide del mundo dentro de su invento

  • Iñigo Artola
  • Portadista. Redactor de cultura, internacional, política, sociedad y lo que haga falta. Devorador insaciable de series y películas.

El nombre de Renato Bialetti probablemente no diga mucho a la mayoría de nuestros lectores. Aunque fue idea de su padre, fue el propio Renato el que desarrolló uno de los objetos que se han vuelto imprescindibles para mucha gente en sus cocinas: la cafetera moka o cafetera italiana.

El conocido como «rey de la cafetera» falleció la semana pasada en Ascona (Suiza) y sus familiares celebraron el funeral con sus cenizas dentro de una urna con forma de su producto estrella. En una cafetera italiana de las grandes, las de 24 tazas, sus tres hijos lo despidieron, acompañados de prensa y amigos, en la iglesia de Casale Corte Cerro, en su pueblo natal de Omegna, al norte de Italia.

La imagen de la cafetera cerca del altar durante el funeral rozaba el surrealismo, pero los compatriotas de Bialetti no se sorprendieron ya que todos conocían su voluntad de dar el último adiós a este mundo dentro de la popular cafetera. En el inusual «féretro» figuraba el logo de la marca ‘Bialetti’, una caricatura de un hombre con bigote, del propio Renato, que un dibujante de cómics realizó como parte de una estrategia de marketing en los años 50 para comercializar el invento.

El diseño y la funcionalidad de este invento, unidos a la forma de hacer y ser del empresario italiano consiguieron que más de 300 millones de hogares, y prácticamente Italia entera, tengan una cafetera moka en alguno de sus múltiples tamaños. Estas cifras superan con creces a las cafeteras de cápsulas y, a diferencia de estas modernas monodosis, la moka ha llegado a convertirse en una pieza de diseño en el mismo museo Moma de Nueva York.

Más aún, la moka llegó a convertirse en un icono «made in italy» y le reportó grandes beneficios a Bialetti cuando en 1986 vendió la empresa, que había heredado de su padre, a Faema. Hoy en día estas cafeteras se producen en Rumanía, pero gracias a este hombre, curiosamente parecido a Albert Einstein, casi todo el mundo tiene un pedazo de Italia en su cocina.