Así se fraguó el acuerdo del ‘caso Julen’

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El padre de Julen, José Roselló, abrazado a su mujer y madre del pequeño que falleció tras precipitarse a un pozo en la localidad malagueña de Totalán. Foto: Europa Press

Un largo camino de dolor, arrepentimiento y diálogo cerró el pacto de última hora que ha desembocado hoy en la condena de conformidad del ‘caso Julen’. Fueron necesarios varios intentos fallidos hasta el acuerdo final. La rápida sentencia ha evitado el juicio que iba a reavivar el dolor de la pérdida para todas las partes implicadas, y como todo pacto éste también tiene una historia detrás.

El juez acaba de condenar a David Serrano, dueño del pozo donde murió el pequeño, a un año de cárcel en vez de a los tres y medio que se pedían. También la indemnización a los padres del niño será mucho menos cuantiosa que la reflejada por las acusaciones. Un escenario que ni de lejos podían adivinar los más optimistas tras la ruptura de las relaciones entre los padres de Julen y el que era su gran amigo David Serrano. David es el dueño de la finca donde murió Julen, pero también el mismo que socorrió a un hijo anterior de la pareja en una de sus peligrosas recaídas antes de fallecer por enfermedad.

No tardó mucho en romperse la amistad tras el rescate de Julen, en febrero de 2019 la tensión entre los padres del pequeño inmersos en el duelo y el dueño de la finca se acrecentó y las relaciones quedaron rotas dando paso a un escenario previo a la batalla judicial. Los padres centrados en pedir responsabilidades por la muerte de Julen. Serrano, tras pedir perdón públicamente y admitir parte de la responsabilidad por no haber sellado el pozo ilegal, insistía en que se trataba de un desafortunado accidente. Los padres de Julen rechazaban la postura de Serrano y éste no quería renunciar a defenderse porque se sentía vapuleado y señalado como si fuera él el monstruo que se tragó a Julen y no la montaña. Ambos se pusieron en manos de sus abogados, en el horizonte asomaba un juicio mediático que iba a ser tan duro como doloroso.

Durante meses la investigación judicial continuó su marcha, los padres se alejaban cada vez más de David muy molestos con el informe de la defensa que planteaba la hipótesis de que los rescatadores podían haber golpeado de forma fatal a Julen con una piqueta durante las tareas de rescate. El pico de tensión más alto entre las partes se registró entre los meses de mayo y junio con un cruce de acusaciones entre Serrano y los padres que se referían a su antiguo amigo como “el dueño de la finca”.

Llamadas infructuosas

En verano de 2019 se sucedieron las llamadas de amigos comunes a través de los cuales Serrano intentaba ponerse en contacto con la familia de Julen. Fueron infructuosas pero algo comenzaba a cambiar en la familia. Sin embargo el primer empujón a un futuro acuerdo llegó desde los despachos en noviembre de 2019 cuando los abogados de Julen Antonio Flores y Juan Martínez intentaron resolver de forma pacífica el caso cuestionando al fiscal la posibilidad de un futuro acuerdo entre partes. Sorprendentemente el fiscal no se opuso e incluso, como el juez, veía posible un acuerdo siempre que Serrano aceptara declararse culpable. La propuesta se trasladó de forma rápida a la defensa de la familia de Julen, Antonia Barba, pero el principio de acuerdo naufragó antes de comenzar a navegar. Los padres se centraban en pedir justicia y antes preferían arreglar el enfado con David.

Así se llegó al jueves de la semana pasada cuando los abogados de David Serrano volvieron a intentar pactar con la familia a cinco días del comienzo del juicio. Actuaban en defensa de su cliente pero también intentaban evitar que todas las partes revivieran el drama terrible expuestos ante todo el país. La perspectiva de tanto sufrimiento estaba justificada, tras la guerra entre amigos se avecinaba lo que ellos llamaban “una guerra de togas” que iba a ser cruenta. David fue el que rompió el hielo y el jueves acudió a la casa de los padres de Julen para hablar con ellos, fueron varias horas a puerta cerrada en las que les pidió perdón, lloraron y se abrazaron.

Lo siguiente fue llamar al fiscal que dio el visto bueno y contactar con la defensa de Julen que por primera vez no se opuso. La tarde del lunes 20, a menos de doce horas para el inicio del juicio, los tres abogados y el fiscal acabaron los trámites y desde el despacho de los abogados de David Serrano se hizo una transferencia con un primer pago de 25.000 euros al juzgado, no a la familia, porque como insisten los abogados de Serrano, los padres de Julen nunca quisieron hablar de dinero. El resto hasta 180.000 euros lo pagaría a plazos de 50 euros que podría aumentar en caso de encontrar trabajo. Según los abogados del acusado, fue un donante anónimo cliente del despacho que también había conocido de cerca un accidente terrible, quien le dió el dinero a un David Serrano declarado insolvente. El certificado de la transferencia se envió vía procurador al juzgado. Faltaba celebrar el acuerdo con el permiso del juez en la sala.

Hoy martes antes de las 10:00 AM las partes se presentaron puntuales en el tribunal. Juan Martínez, abogado de David Serrano, aportaba una copia del escrito acreditativo del primer pago a la cuenta del juzgado del importe de 25.000 euros. El juez ha dado el visto bueno y dictado la sentencia acordada. Así termina el proceso penal por la muerte de Julen gracias al perdón y la inmensa comprensión de los padres del pequeño, a la actitud humilde y humana del dueño de la finca y al trabajo insistente de los abogados.

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