OkSalud
alimentos

Te contamos porqué introducir la mozzarella en tu dieta habitual

Aunque son muchas las personas que hasta hace unos años todavía la relacionaban sobre todo con la cultura de la pizza, con la creciente consciencia saludable que está inundando las redes y los espacios especializados en nutrición, cada vez son más quienes piensan en mozzarella y empiezan a imaginar una ensalada caprese de lo más natural, colorida y variada pero sobre todo saludable y deliciosa. Así que te contamos porqué introducir la mozzarella en tu dieta habitual.

Y es que esta especialidad de queso fresco elaborado a partir de la leche de vaca, (aunque la de mejor calidad es la que se hace a partir de la búfala), no solo la base de múltiples platos que nos encantan como también es el caso de las berenjenas a la parmesana, sino que ha conseguido ser un producto referente de la alimentación mediterránea sobre todo por sus múltiples propiedades y beneficios para nuestra salud.

¿No conoces las ventajas de introducir la mozzarella en tu dieta?

Si es un ingrediente tan bien valorado por los cocineros y los nutricionistas de diversas partes del mundo, es porque además de tener un sabor suave y lechoso que suele gustar a la mayoría, este queso fresco destaca por su elevado contenido en proteínas (28gr), necesarias y muy importantes tanto para el desarrollo de unos músculos sanos como para asegurar un correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Además, contiene hierro (por lo que permite combatir problemas de anemias, aunque no es el alimento más rico en este mineral) y es rica tanto en fósforo como en calcio, ambos vitales para asegurar que nuestro cuerpo puede hacer una digestión ligera y también para preservar  la buena salud de huesos y dientes.

Lo cierto es que también contiene hidratos de carbono (3,1 gr), potasio (95 mg) y magnesio (26 mg), pero definitivamente una sus características más valoradas es su contenido en vitaminas, pues este previene la aparición de ciertos tipos de cáncer, aporta antioxidantes que combaten el envejecimiento de las células, contribuye a regular la circulación sanguínea y reduce problemas relacionados con la hipertensión.

Escógela de la mejor calidad pero inclúyela en tu dieta sin abusar

Lo último que debes tener en cuenta si ya te has decidido por incluir este estupendo ingrediente a tu lista de la compra, es que si quieres que la mozzarella sea de la mejor calidad, debes fijarte en su forma y color, y es que idealmente debe ser ovoidal (presentando una estructura uniforme, consistente y algo elástica) y con una tonalidad blanco leche que no presente zonas con otras coloraciones.

En definitiva, sabrás que has escogido una mozzarella de calidad si sus capas más superficiales no se «pelan» al pasar el dedo y si huele a leche fresca o a mantequilla e incluso también -ligeramente- a yogur o a nata). Por último, si suelta un poco de líquido al cortarla ¡sabrás que es de las buenas!

Y recuerda que, aunque estamos hablando de un queso fresco, eso no quiere decir que la mozzarella no engorde, pues lo cierto es que se trata de un alimento graso -el de búfala más aún que el de vaca- y es por ello que su consumo debe ser parte de una dieta variada y sin abusos sobre todo entre quienes presentan problemas de sobrepeso.