¿Quieres prevenir la demencia?: el secreto está en controlar la hipertensión
Las probabilidades de desarrollar demencia aumentan cuando la presión arterial está fuera de control
Investigadores de la Universidad de Yale (New Haven, Estados Unidos) han analizado dos factores de riesgo conocidos de desarrollar demencia, uno de ellos genético y otro relacionado con la presión arterial, y el daño que se produce en el cerebro. Su propósito era saber cuánto aumenta el riesgo si una persona tiene ambos.
La buena noticia, que se ha dado a conocer con la publicación del estudio en la revista científica Annals of Neurology, es que si bien el riesgo se eleva cuando una persona tiene estos dos factores, el componente vascular (la hipertensión), que puede controlarse, abre una puerta para reducir las probabilidades de padecer demencia en el futuro, incluso cuando tenemos la genética en contra.
El término demencia no se refiere a una enfermedad única, sino a un conjunto de ellas que tienen ciertos síntomas en común, como la pérdida de memoria y el deterioro de las capacidades cognitivas. No obstante, tener alguna pérdida de memoria no significa necesariamente que una persona padezca demencia, ya que puede deberse a alguna otra circunstancia. La causa más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer. Algunos tipos de demencia pueden remitir con el tratamiento adecuado.
La hipertensión es una condición que se define porque la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es excesiva. Si no se trata de forma adecuada, la hipertensión puede causar muchas complicaciones: enfermedades del corazón, ictus (infarto cerebral), insuficiencia renal y problemas de visión, entre otras.
Controlar los factores de riesgo
Adam de Havenon, profesor de neurología en la facultad de medicina de la Universidad de Yale, y uno de los autores de la investigación, ha explicado que el equipo se propuso analizar si estos dos factores de riesgo «suman» o bien «multiplican» el riesgo de demencia por cualquier causa cuando se dan en un único individuo: «Queríamos demostrar que controlar los factores de riesgo vascular, como la hipertensión arterial, puede evitar que se produzcan cambios dañinos en el cerebro, lo que significa que incluso para las personas con una carga genética negativa (en términos de demencia) es posible evitar el peor resultado».
Los investigadores recopilaron y analizaron los datos disponibles en un gran estudio llamado «Riesgo de aterosclerosis en la comunidad» y del Biobanco de Reino Unido. A partir de esa información, evaluaron dos medidas: la hiperintensidades de la materia blanca (WMH, por sus siglas en inglés, una indicación de lesiones en el tejido del cerebro) y si la persona era portadora de una variable específica del gen APOE, que está asociada con un riesgo mayor de desarrollar demencia en comparación con los individuos que no son portadores.
Las lesiones WMA son ‘cicatrices’ que pueden detectarse en imágenes obtenidas por resonancia magnética, donde se aprecian en forma de puntos brillantes. Se han asociado con daños en pequeños vasos sanguíneos del órgano, y una de sus causas es la hipertensión. Tienen la característica de que pueden ir acumulándose con el tiempo.
Cómo prevenirlo
Los científicos observaron que los sujetos que tenían WMH y al menos una variante del gen en cuestión tenían un riesgo de demencia más elevado que quienes no tenían ninguna de estas dos características. No obstante, ese efecto de elevación de riesgo no se multiplica, sino que sencillamente se suma. Eso significa, según han explicado, que cada factor se añade al otro, pero no hace que su efecto sea aún mayor.
En palabras de Havenon: «Incluso si uno tiene la mala suerte de ser portador de una variante de APOE que lo pone en una situación vulnerable, no está condenado a tener demencia, ya que el factor vascular es modificable».
Por ejemplo, los factores que contribuyen a desarrollar WMH pueden prevenirse o hacer que se presenten más despacio con un control adecuado de la presión arterial, de la diabetes y de otros factores de riesgo cardiovascular.
Hay dos escenarios posibles, continúa el experto: «Si tienes el gen y no cuidas de tu salud cardiovascular, entonces estás en un grupo de riesgo algo. No obstante, si tienes ese gen eso no significa que vayas a padecer demencia».
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