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Inflamación de los pulmones

Qué es la neumonía bilateral: síntomas, tratamiento y cómo afecta a personas mayores

Cuando los pulmones se infectan, se llenan de líquido, lo que dificulta el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre el aire y la sangre

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La neumonía bilateral es una infección pulmonar grave que afecta ambos pulmones simultáneamente. Es una condición seria que puede poner en riesgo la vida de quienes la padecen, especialmente de las personas mayores, cuyos sistemas inmunológicos son más frágiles.

Esta enfermedad es una infección que inflama los pulmones, y puede ser causada por diversos agentes patógenos como bacterias, virus, hongos o parásitos. Así, ambas partes de los pulmones se ven afectadas, lo que incrementa considerablemente los riesgos para la salud. Esta condición puede desarrollarse de manera repentina o progresiva y es más peligrosa si no se trata adecuadamente a tiempo.

Cuando los pulmones se infectan, se llenan de líquido o pus, lo que dificulta el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre el aire y la sangre. Esto puede causar dificultad respiratoria y otros síntomas graves. La neumonía bilateral puede derivar de una infección que comienza en un solo pulmón y se disemina a ambos, o puede surgir directamente como una afección bilateral

Síntomas de la neumonía bilateral

Los síntomas de la neumonía bilateral suelen ser más intensos que los de una neumonía unipulmonar, y pueden incluir:

¿Por qué es más peligrosa en los mayores?

Las personas mayores tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves debido a la neumonía bilateral. Esto se debe a varios factores entre ellos cuando se tiene un sistema inmunológico debilitado: con la edad, el sistema inmunológico tiende a volverse menos eficiente en responder a infecciones, lo que hace que los adultos mayores sean más susceptibles a desarrollar infecciones graves y de difícil control.

Factores de riesgo

La neumonía puede afectar a cualquiera. Pero los dos grupos de edades que presentan el mayor riesgo de padecerla son los siguientes:

Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:

Estar hospitalizado: tienes un mayor riesgo de contraer neumonía si te encuentras en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, especialmente, si estás conectado a una máquina que te ayuda a respirar (ventilador).
Enfermedad crónica: eres más propenso a contraer neumonía si tienes asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o una enfermedad cardíaca.
Fumar: fumar daña las defensas naturales que tu cuerpo presenta contra las bacterias y los virus que causan neumonía.
Sistema inmunitario debilitado o suprimido: las personas que tienen VIH/SIDA, que se han sometido a un trasplante de órganos o que reciben quimioterapia o esteroides a largo plazo, están en riesgo.

Complicaciones

Incluso habiendo recibido tratamiento, algunas personas que tienen neumonía, especialmente aquellos que se encuentran en los grupos de alto riesgo, pueden experimentar complicaciones, incluidas las siguientes:

Bacterias en el torrente sanguíneo (bacteriemia). Las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo desde los pulmones pueden propagar la infección a otros órganos y, potencialmente, provocar una insuficiencia orgánica.
Dificultad para respirar. Si la neumonía es grave o si tienes enfermedades pulmonares crónicas ocultas, posiblemente tengas problemas para obtener suficiente oxígeno al respirar. Es posible que debas hospitalizarte y utilizar un respirador artificial (ventilador) hasta que tus pulmones sanen.
Acumulación de líquido alrededor de los pulmones (derrame pleural). La neumonía puede causar la acumulación de líquido en el fino espacio que hay entre las capas de tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica (pleura). Si el fluido se infecta, es posible que deban drenarlo a través de una sonda pleural o extraerlo mediante una cirugía.
Absceso pulmonar. Un absceso tiene lugar si se forma pus en una cavidad en el pulmón. Normalmente, los abscesos se tratan con antibióticos. A veces, se necesita una cirugía o un drenaje con una aguja larga o una sonda que se coloca en el absceso para extraer el pus.

Tratamiento antibiótico

Las tres claves, para seleccionar el antibiótico oral adecuado en las infecciones respiratorias, son: 1) la efectividad, con el objetivo de lograr la  máxima erradicación microbiológica utilizando el antibiótico con el espectro más restringido posible a los microorganismos más habitualmente aislados en este tipo de infección; 2) la seguridad, minimizando la probabilidad de aparición de efectos adversos relacionados con el antibiótico, especialmente aquellos más graves y 3) la microbiota, procurando tener el menor impacto posible sobre ella, ya que la pérdida de su diversidad conduce a una mayor vulnerabilidad a la infección ya la selección de resistencias