Qué es una madre gestante y por qué tienen mayores riesgos de salud que otras embarazadas
Las portadoras gestacionales experimentaron tasas elevadas de hemorragias posparto y trastornos hipertensivos
Las mujeres gestantes, también conocidas como madres sustitutas, experimentan un riesgo elevado de morbilidad materna grave y resultados adversos del embarazo en comparación con las mujeres que conciben de forma natural o mediante fertilización in vitro (FIV).
Una madre gestante se define como una mujer que tiene un hijo genéticamente no relacionado para otra persona o pareja. Por lo general, se utiliza la FIV para fertilizar el óvulo del futuro padre y el embrión resultante se coloca en el útero de la portadora gestacional. Desde la introducción de este método, el uso de portadores gestacionales ha ido en aumento debido a una serie de factores, incluidos los crecientes niveles de infertilidad, un número cada vez mayor de parejas masculinas del mismo sexo que buscan tener hijos, una mayor aceptación social de diferentes formas familiares, avances en la tecnología médica y un aumento de las clínicas de fertilidad en todo el mundo.
El estudio de base poblacional analizó 937.938 nacimientos de fetos únicos en Ontario, Canadá, entre 2012 y 2021, comparando los resultados entre concepciones sin asistencia, concepciones por FIV y gestantes sustitutas. Los resultados revelaron marcadas variaciones en los resultados según los diferentes métodos de concepción. Las gestantes sustitutas se enfrentaron a una tasa de morbilidad materna grave del 7,1%, notablemente superior a las tasas observadas en las concepciones sin asistencia (2,4%) y las concepciones por FIV (4,6%).
En concreto, las portadoras gestacionales experimentaron tasas elevadas de hemorragias posparto y trastornos hipertensivos, ambas complicaciones graves durante el embarazo. Entre las portadoras gestacionales, las tasas de hemorragias posparto fueron del 13,9%, en comparación con el 5,7% en las concepciones sin asistencia y el 10,5% en las concepciones por FIV. De manera similar, los trastornos hipertensivos, el problema médico más común encontrado durante el embarazo, afectaron a las portadoras gestacionales a una tasa del 13,9%, en comparación con el 6,6% en las concepciones sin asistencia y el 11,6% en las concepciones por FIV.
«Si bien algunas publicaciones proponen que las portadoras gestacionales se eligen cuidadosamente en función de las características favorables para un embarazo saludable, nuestra cohorte no reflejó de manera consistente esta idea», advierte la doctora María Vélez, supervisora del estudio y autora principal. «Las portadoras gestacionales también tenían menos probabilidades de pertenecer al grupo de ingresos más alto, y sabemos que un nivel socioeconómico más bajo se asocia con tasas más altas de morbilidad materna grave. Sin embargo, en el análisis se tuvieron en cuenta las características sociodemográficas y los resultados fueron similares, lo que sugiere posibles mecanismos diferentes».
A pesar del elevado riesgo de morbilidad materna grave y resultados adversos del embarazo, el estudio no encontró ninguna diferencia significativa en los resultados de salud de los bebés de hasta 28 días de vida entre las mujeres gestantes, las concepciones sin asistencia y las concepciones por FIV. Se observaron problemas de salud graves en el 6,5 %, el 6 % y el 9,1 % de los neonatos, respectivamente.
Marina Ivanova explica que, «aunque las mujeres que llevan a sus hijos gestantes tienen un mayor riesgo de sufrir una morbilidad materna grave, nos sorprendió no encontrar un aumento significativo de la morbilidad neonatal grave en comparación con las mujeres que llevan a sus hijos gestantes sin ayuda. Si bien las mujeres que llevan a sus hijos gestantes experimentan más complicaciones, estas no necesariamente conducen a peores resultados para los recién nacidos, lo que es un hallazgo positivo.
Todas las madres gestantes deben:
Según cada país, las madres gestantes tienen una serie de requisitos. Aquí mostramos algunos que son aplicados en la mayoría de los casos.
- Tener entre 21 y 32 años de edad (en algunos casos, como una experiencia de gestación subrogada previa, se permite que la mujer tenga hasta 34 años)
- Gozar de buena salud fisica
- Tener un ciclo menstrual regular
- Haber dado a luz previamente y, en la actualidad, vivir con su hijo
- No fumar ni consumir ningún tipo de drogas
- Tener un IMC inferior a 27
- Tener una licencia de conducir o un medio de transporte confiable
- No tener antecedentes de problemas de salud mental, como esquizofrenia, trastorno bipolar o un diagnóstico de trastorno de la personalidad
- No estar tomando ningún medicamento por problemas de salud mental, incluidas ansiedad o depresión
- No tener un DIU ni estar usando inyecciones anticonceptivas.
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