¿Puede el agua contagiar enfermedades?
¿De qué forma puede el agua contagiar enfermedades? Aquí te mostramos algunas de las principales vías de contagio a través del líquido elemento. Toma nota.
“El agua es vida”. Una frase repetida hasta el cansancio y que sintetiza la importancia que tiene para el planeta y todos los seres que la habitan. Pero no hay que olvidarse de que el agua también puede contagiar enfermedades. Aunque la mayoría de estas patologías son el resultado de la acción contaminante de los seres humanos, algunas son el producto del ciclo natural de organismos que tienen en ‘el vital líquido’ su hábitat.
Es cierto que las cifras más alarmantes de casos graves de enfermedades hídricas se registran en países en vías de desarrollo. Lo que no implica que ciudadanos de otras regiones, como dentro de la Comunidad Europea, estén exentos de contraer alguna de las muchas dolencias relacionadas directa o indirectamente con agua.
Clasificación general
Las enfermedades que ‘utilizan’ el agua para instalarse dentro de los seres humanos se dividen en cuatro grupos. El primero de ellos corresponde a las afecciones relacionadas directamente con la contaminación. Cólera, hepatitis y diarrea son solo tres ejemplos de una lista mucho más extensa.
De menor riesgo, aunque en su mayoría sí provocan incomodidades entre los contagiados, el segundo grupo lo conforman aquellas causadas por microorganismos que de manera natural se encuentran en los sistemas acuíferos.
Dengue, fiebre amarilla o malaria son algunas de las enfermedades vectoriales. Son transmitidas por mosquitos que se reproducen en ambientes húmedos, sin importar si se trata de áreas contaminadas o no. Por último, un servicio hidrológico deficitario es el detonante de otro tipo de los problemas relacionados con la ausencia de aguas limpias.
¿Cómo puede el agua contagiar enfermedades?
Son dos las formas en las que, de manera directa, se produce el contagio de enfermedades por el agua. La primera sería a través del consumo de líquidos contaminados, bien sea por desechos en general, restos fecales o que contengan de parásitos y bacterias.
El contacto es la segunda vía de transmisión. Los problemas dermatológicos son los más comunes, aunque los ojos también están en riesgo de terminar afectados. Esto puede ocurrir en playas, ríos o piscinas públicas. También en el hogar, debido malos manejos en la distribución del agua potable.
Siempre es mejor prevenir que curar
La prevención es fundamental para evitar la propagación de las enfermedades de origen hídrico. Todas las aguas destinadas para el consumo humano, bien sea como fuente directa de hidratación o como parte de los ingredientes de las comidas, deben ser debidamente tratadas. El almacenamiento correcto es otro punto importante. Los recipientes utilizados deben permanecer cerrados para evitar la entrada de cualquier agente externo.
Los hábitos de limpieza en el hogar son también necesarios para evitar complicaciones. Esto incluye lavar siempre todos los alimentos antes de su preparación y mantener limpias todas las áreas de la vivienda.
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