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Un primer examen en el embarazo para descartar una patología tiroidea

La patología tiroidea es una patología frecuente en mujeres en edad reproductiva, de forma que, tras la diabetes, es la endocrinopatía más frecuente en mujeres gestantes. A este respecto, las doctoras Verónica Sánchez RivasRaquel Miguel Toquero y Simone Furió Collao del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José señalan que, «el embarazo es una situación que puede favorecer la aparición de patología tiroidea, debido fundamentalmente a que durante el embarazo disminuyen los niveles de yodo, lo que propicia la formación de nódulos, al tiempo que aumenta la producción de hormonas que estimulan la actividad del tiroides».

Las principales patologías de la función tiroidea asociadas al embarazo son:

¿Puede prevenirse la aparición de nódulos tiroideos durante el embarazo?

Los datos sugieren que bajos niveles de yodo predisponen para el desarrollo de nódulos tiroideos, por lo que resultaría recomendable complementarlos mediante la ingesta de suplementos de yoduro potásico durante el embarazo.

Tratamiento conservador o quirúrgico

«Si hablamos de cáncer diferenciado de tiroides, y siempre que las características del mismo lo permitan, en la mayoría de las pacientes la recomendación será posponer la tiroidectomía hasta después del parto, habida cuenta de que los estudios realizados sugieren que el retraso en la cirugía no tendría un impacto significativo en el pronóstico», afirma el Dr. Jorge Martín Gil, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y experto en cirugía endocrina. Sólo en algunos casos muy tasados no debería posponerse la intervención quirúrgica.

Los casos en los que no debería posponerse la cirugía serían aquéllos en los que los estudios histológicos determinen que se trata de nódulos agresivos o localmente avanzados, en casos de aparición de ganglios cervicales metastásicos, cuando aparezcan síntomas compresivos graves y cuando se produzca un crecimiento significativo del nódulo maligno superior al 50% del volumen o al 20% de diámetro en 2 dimensiones antes de la semana 24 de gestación.

En estos casos la cirugía debería realizarse, a ser posible, durante el segundo trimestre del embarazo, que es cuando menores riesgos asociados comporta, dado que durante el primero aumenta exponencialmente el riesgo de aborto espontáneo y durante el tercero el de parto prematuro.

Cribado de la patología tiroidea

Teniendo en cuenta todo lo anterior el Dr. Juan José López Galián, Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia concluye que es conveniente llevar a cabo una exploración tiroidea de rutina, un cribado de la función tiroidea y un examen físico cervical tan pronto como la mujer conozca que está embarazada.