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¿Cuándo y cómo debemos usar el Omeprazol?

Son muchos los errores que la gente comete a la hora de consumir el medicamento

Junto al ibuprofeno y el paracetamol, el omeprazol lidera la lista de medicamentos imprescindibles del botiquín. Además de ser el representante de un grupo de fármacos conocido como inhibidores de la bomba de protones. Un nombre que hace referencia a su papel protagonista dentro de los tratamientos de enfermedades del estómago relacionadas con el exceso de acidez. Como es el caso de la úlcera péptica o la gastritis. Sin embargo, por culpa de la tendencia a automedicarse, muchos pacientes recurren al omeprazol sin saber realmente para qué sirve.

La importancia de usar correctamente el medicamento

No debes recurrir al omeprazol para paliar los síntomas del consumo excesivo de alcohol.

Como ya hemos visto con anterioridad, el omeprazol se utiliza principalmente para paliar los síntomas severos del reflujo gastroesofático o la gastritis. No obstante, otras afecciones como el síndrome de Zollinger-Ellison, la infección por Helicobacter pylori, la dispepsia funcional o las úlceras pépticas también necesitan el influjo de dicho medicamento. Este ayuda al paciente protegiendo la pared del estómago y el duodeno, e impidiendo que la acidez dañe aún más las secuelas de la enfermedad.

El omeprazol solo requiere una dosis diaria de 20 miligramos, preferiblemente por la mañana y en ayunas. A excepción de los casos de extrema gravedad, cuando la cantidad puede multiplicarse. Eso sí, jamás se debe masticar ni triturar, y mucho menos mezclar con otros alimentos. Si, por algún motivo, el paciente toma más cápsulas de las recomendadas, puede sufrir episodios de confusión, somnolencia, vómitos, sudoración o dolor de cabeza.

Errores comunes en el consumo de omeprazol

Solo una única cápsula es necesaria para seguir el tratamiento.

Que el omeprazol sea un antiácido de gran eficacia no significa que debamos hacer un uso generalizado de él. Entre los errores más comunes destacan: