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El nuevo objetivo para evitar las resistencias: prescribir (y vender) cada vez menos antibióticos

Autoridades, representantes de la industria farmacéutica y pacientes comparten en Santander su visión sobre los retos a los que hace frente Europa en los próximos meses con la reforma de la legislación del sector. En este marco, Nathalie Moll, directora general de la patronal europea del medicamento (Efpia), ha expuesto algunos de los aspectos positivos del proyecto legislativo, entre los cuales ha mencionado la adaptación del mercado de antibióticos, que ahora requiere vender menos fármacos y gastar más dinero en la investigación de nuevos medicamentos de esta familia.

Ante la preocupación por las bacterias resistentes a los antibióticos, que causan 33.000 muertes al año en Europa y no dejan de aumentar, autoridades y expertos propugnan y ya han puesto en marcha diversas medidas orientadas al control de las prescripciones. Se trata de evitar el uso superficial de estos medicamentos para que las resistencias dejen de aumentar al vertiginoso ritmo actual.

Al tiempo, se busca que las compañías inviertan cada vez más en el desarrollo de antibióticos innovadores. Las ventas de antibióticos deberían ser cada vez menores, y la inversión para desarrollar nuevos antibióticos cada vez mayor.

Para dar solución a esta disparidad, el plan de reforma de la legislación farmacéutica europea propone incentivos diferentes a los convencionales para las compañías que encuentren y desarrollen nuevos antibióticos. Se llaman bonos transferibles, y consisten en ofrecer a esas compañías extensión de la exclusividad de comercialización de otros productos diferentes a los antibióticos. La industria, por boca de Nathalie Moll, considera que esta es una buena propuesta.

Inversores a la fuga

No sucede lo mismo con los incentivos a la innovación, «que se verán recortados si el plan sale adelante tal como está redactado en la actualidad». La representante de la EFPIA ha advertido que los inversores llevan dos décadas dejando proyectos en Europa en beneficio de Estados Unidos y China, donde las condiciones son más favorables. Si en estas circunstancias se eliminan aún más incentivos en Europa, la caída de la inversión en el sector será mucho mayor.

Ha explicado que no es un problema exclusivo de la industria: «Sin incentivos no hay innovación, ni ensayos clínicos, el acceso a las nuevas terapias acabaría siendo peor para los pacientes; no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras los inversores se van de Europa”, ha advertido.

Según el seguimiento que su organización realiza sobre los mercados de la Unión Europea, los obstáculos para lanzar medicamentos innovadores son diferentes en cada uno, y para resolverlos será clave cooperar con las autoridades, los pacientes y todos los que participen en el sector