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Enfermedades hepáticas

El hígado graso afecta a un 75% de las personas con sobrepeso y a un 90% con obesidad grave

«El hígado es el laboratorio del cuerpo, se encarga de procesar los alimentos y las medicinas ingeridas; a veces, su función no es perfecta y se produce un acumulo o estancamiento de grasa dentro de sus células. Lo que habitualmente reconocemos como hígado graso se conoce en medicina como “enfermedad hepática grasa no alcohólica” (EHGNA). Se denomina así para diferenciarla de las lesiones que provoca en el hígado el abuso de alcohol», tal y cómo detalla en su web el Hospital de Cruz Roja de Córdoba.

«Hablamos de EHGNA cuando más del 5% de las células del hígado (que llamamos hepatocitos) contienen grasa. Esto lo podemos ver en una biopsia o suponerlo por las alteraciones que presenta el paciente en la analítica hepática o en las radiografías y ecografías que le hagamos», continúa explicando fuentes del propio hospital.

Por su parte, la red de Salud de La Rioja en su web define esta enfermedad de la siguiente forma: «El hígado graso es una enfermedad que se caracteriza por acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas (hepatocitos)».

«La grasa puede estar dentro del hígado sin producir daño (esteatosis) pero, en algunos casos y con el paso del tiempo, la grasa provoca una inflamación del hígado (lo que llamamos esteatohepatitis). A la inflamación le sigue una cicatrización o fibrosis, de modo que el tejido sano y funcionante es sustituido lentamente por bandas de cicatrices que surcan el hígado y lo deforman. La superficie lisa y blanda del hígado se transforma en abollonada y dura. Esto es la cirrosis del hígado», sigue detallando en su web.

¿Qué causa el hígado graso?

Existen varios factores que pueden causar o contribuir para desarrollar hígado graso, tal y cómo detalla Heatline en su web:

  1. Obesidad: causa inflamación de grado bajo que puede promover la acumulación de grasa en el hígado. Se estima que del 30% al 90% de los adultos con sobrepeso tienen EHGNA.
  2. Exceso de grasa abdominal: las personas con un peso normal pueden desarrollar hígado graso si tienen “obesidad visceral”, esto significa que tienen mucha grasa alrededor de la cintura.
  3. Resistencia a la insulina: se ha demostrado que la resistencia a la insulina y los niveles altos de insulina aumentan la acumulación de grasa en el hígado en personas con diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
  4. Ingesta elevada de carbohidratos refinados: promueve la acumulación de grasa en el hígado, especialmente cuando personas con sobrepeso o resistentes a la insulina los consumen en cantidades elevadas.
  5. Consumo de bebidas azucaradas: como las sodas y las bebidas energéticas son altas en fructosa, que ha mostrado ser la causa de acumulación de grasa en el hígado.
  6. Deterioro de la salud intestinal: investigaciones recientes sugieren que tener un desbalance en las bacterias intestinales, problemas en la función de la barrera intestinal (“intestino permeable”) u otro problema de salud en esta zona puede contribuir para desarrollar la EHGNA.

¿Cómo prevenirlo?

La Asociación Española para el Estudio del Hígado ha advertido de la «preocupante» progresión de esta patología, también denominada enfermedad hepática metabólica, que que afecta a más de diez millones de españoles, de los que se calcula que cerca de dos millones presentan inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 cirrosis hepática. Los profesionales sanitarios deben tenerla en cuenta en su día a día y los ciudadanos necesitan conocer tanto los factores de riesgo como los hábitos de vida que más contribuyen a prevenirla.

Algunas medidas para prevenir esta enfermedad son:

Durante las vacaciones de verano, al cambiar la rutina de nuestra vida, también se suelen modificar para mal los hábitos alimenticios, por este motivo desde la Clínica Fehv aconsejan lo siguiente:

Datos estadísticos

El hígado graso se ha vuelto con el paso del tiempo en una enfermedad cada vez más frecuente pero, hay personas que tienen más posibilidades de padecerla que otras. Según cifras de National Institutes Health, las personas con obesidad o con diabetes tipo 2 tienen mayor riesgo de tener la enfermedad del hígado graso no alcohólica. Afecta a un 75% de las personas que tienen sobrepeso y a un 90% de las personas que tienen obesidad grave.

La enfermedad por hígado graso no alcohólico es muy frecuente: tiene una prevalencia del 20-30% en la población general y de entre el 60 y 80% en poblaciones de riesgo. Se ha convertido en un problema de salud relevante que requiere de acciones específicas para su detección, diagnóstico, seguimiento y tratamiento, según datos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado.