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Fertilidad masculina: también existe y es un gran problema

Hay una creencia errónea de que los problemas de fertilidad están más asociados a la mujer, y no es tanto así, ya que la mitad de los casos de infertilidad tienen el origen en el hombre y en su alteración espermática. Antonia González es experta en fertilidad en Onêt fertilidad y lleva muchos años tratando a parejas que buscan el deseado bebé.

“Hemos de recordar que el espermatozoide es el responsable de la fecundación del óvulo y que juega un papel crucial en el desarrollo de ese embrión, ya que afectará al 50% del embrión”, explica la experta. “Hoy en día se hacen estudios del líquido seminal valorando la concentración de espermatozoides por mililitro, movilidad progresiva del mismo y estudiamos su morfología. Pero en muchos casos este estudio es insuficiente, ya que en consulta nos encontramos con espermiogramas que aparentemente están correctos pero que tienen un problema interno, ya sea en el ADN o en los cromosomas”.

Por otra parte, en el caso de que sí que haya alteración en alguno de los parámetros anteriormente mencionados, “sí se hace imprescindible ampliar el estudio de fertilidad masculina, no solo para poder descubrir el origen de la alteración, sino para evitar futuros problemas en el embrión o en el desarrollo de este”.

Para conocer con mayor profundidad qué ocurre dentro de la cabeza del espermatozoide tenemos dos técnicas diagnósticas que son de gran ayuda:

Los expertos, continúa, “sabemos que el esperma se regenera cada 90-100 días, por lo que el hombre tiene la oportunidad de mejorar la muestra espermática, ya que al tener una nueva formación trimestral podemos interferir positivamente en ella a excepción de la alteración de los cromosomas”. En la consulta, reconoce la embrióloga, “vemos a diario a hombres que tienen una inflamación crónica de bajo grado, que no da grandes síntomas y que pasa muy desapercibida pero que sabemos que afecta a la calidad espermática, y esta inflamación la podemos resolver con un tratamiento integral. Pero no solo eso afecta a la formación del esperma, el hecho de que el hombre tenga unos niveles elevados de estrés sostenido en el tiempo también afecta a la fertilidad masculina o si tiene alteraciones en el sueño, por ejemplo”.

Además, “si hubiera una infección en la próstata, glándulas seminales, testículo… también puede empeorar la calidad y tiene fácil tratamiento, por lo que es recomendable estudiar más a fondo al hombre porque podemos encontrar razones de esas alteraciones y en 3 meses poder solucionarlas mejorando así su fertilidad. Es importante decir que no siempre las infecciones dan síntomas, por lo que siempre es recomendable estudiarlas cuando nos encontremos un problema de fertilidad”, advierte Antonia González.

El esperma no se escapa de la exposición a tóxicos que sufrimos hoy en día, también estos pueden alterar el sistema hormonal masculino (disruptores endocrinos), además de afectar a la fragmentación del ADN espermático.

Otro dato que el hombre que busque ser papá debe tener en cuenta es la temperatura testicular. Los testículos están fuera del cuerpo para tener menor temperatura, y que así la “fábrica” de esperma funciona correctamente, pero “en el caso de estar mucho tiempo sentado hace que los testículos estén más pegados al cuerpo y por tanto aumenten de temperatura. Además, la ropa interior muy ajustada pega los testículos y también aumentan su temperatura, y por supuesto el hecho de someterse a grandes temperaturas, como una sauna, no ayuda a la fertilidad masculina”.

Puede ocurrir que el varón tenga un varicocele (variz testicular), explica la experta, “que también hace aumentar la temperatura testicular, y puede estar afectando, por lo que en estos casos debe consultarse con un experto para valorar si es necesario realizar una cirugía o no, esto dependerá del grado del varicocele y de la afectación del esperma”.

La edad también importa en el hombre, ya que se ha visto que “a partir de los 45 años la calidad espermática empeora, por lo que el varón también tiene su reloj biológico y tanto pacientes como profesionales debemos tenerlo en cuenta”. Y, por supuesto, no podemos dejar de lado la nutrición, ya que una alimentación más proinflamatoria, siempre irá en detrimento de la fertilidad masculina o si existen déficits de minerales y vitaminas también interfieren en la formación del espermatozoide.

Por ejemplo, “el zinc es un mineral indispensable para la fertilidad del hombre, y un déficit de este ya podría afectar a la muestra. Y la Vitamina D, el ácido fólico, la vitamina B12, Vitamina E, Selenio… todos ellos son importantes para la fertilidad”.

Sabemos que un tratamiento integral de mínimo tres meses puede mejorar notablemente muchos de los casos, partiendo siempre de la base de un buen estudio de análisis clínicos, una correcta anamnesis, una dieta personalizada, complementos alimenticios adaptados, eliminación de tóxicos, práctica de ejercicio (sin abusar) y trabajando sobre el estrés y promoviendo una buena higiene del sueño, serán armas a nuestro favor para poder conseguir una mejor calidad espermática, ya sea para aumentar los porcentajes de éxito de la Fecundación in Vitro o para conseguir un embarazo natural”.

Así que es muy importante saber si el origen de la alteración la podemos tratar y ponernos manos a la obra, porque en muchos casos hay una notable mejoría. “Por lo complejo de la situación siempre es recomendable asesorarse con profesionales especializados en fertilidad masculina, para así evitar pérdida de tiempo, que en estos casos el tiempo juega un papel muy relevante”, concluye la embrióloga.