La falta de descanso hace que se confiesen mentiras
En los interrogatorios a detenidos uno de los métodos más empleados consiste en la tortura psicológica, en donde se les priva del descanso para que acaben confesando. Un nuevo estudio que publica esta semana la revista PNAS desvela por primera vez que las personas que no duermen son mucho más propensas a firmar confesiones falsas. La falta de descanso hace que se confiesen mentiras.
Se estima que entre el 15% y el 25% de las declaraciones que se hacen en las comisarías de Estados Unidos son erróneas. En algún momento ya se había dudado de estos métodos utilizados en los interrogatorios para sacarle información a los sospechosos. La responsable de este estudio, Kimberly M. Fenn, admite que gracias a esta investigación se demuestra por primera vez de que la falta de sueño incrementa la posibilidad de confesar algo que nunca ocurrió. Por lo tanto se pone en duda los métodos usados en los interrogatorios tanto con las personas culpables como con las inocentes.
Según se descubrió en esta investigación, las posibilidades de ofrecer una declaración falsa fueron 4,5 veces mayores entre aquellas personas que habían permanecido durante las últimas 24 horas despiertos que entre los habían dormido ocho horas en la noche anterior.
Para evitar los efectos nocivos de las confesiones inciertas, los especialistas en la materia aconsejan que se graben en vídeo los interrogatorios para que se le suministre una información más amplia sobre el estado psicológico de los sospechosos a jueces, abogados y miembros del jurado.
La privación de sueño es una táctica muy utilizada para conseguir la declaración deseada del sospechoso. Hay un cierto interés en rentabilizar su cansancio y agotamiento. Los expertos, además, analizaron el comportamiento de 88 universitarios durante dos sesiones separadas por una semana.
Después de la segunda sesión, la mitad de los voluntarios durmieron esa noche en el laboratorio durante ocho horas, mientras que la otra mitad se mantuvo despierta, sin pegar ojo. A la mañana siguiente se les pidió a todos que firmasen una declaración falsa justificando que el participante había presionado la tecla ‘escape’ del teclado del ordenador en la primera sesión.
Se les reclamó que hicieran esto una sola vez. La mitad de los que no habían dormido nada durante la noche firmaron la declaración mientras que de los participantes descansados solo lo realizó el 18%. Con esto, los autores de esta investigación quieren demostrar que la falta de sueño puede comprometer en cierta medida la fiabilidad de los interrogatorios y en muchos casos condenaría a muchas personas inocentes.
La autora de este estudio reconoce que “una confesión falsa de culpabilidad puede acarrear consecuencias desastrosas en un sistema legal repleto ya de fallos”. Confían en que este trabajo sea solo el primero de muchos que ayuden a descubrir “los factores relacionados con el sueño que influyen en los procesos declarativos”.
Lo que no aclara del todo esta investigación son los motivos que llevan a la declaración errónea después de no dormir lo suficiente, aunque es de suponer que se deberá a la falta de descanso y al agotamiento mental.
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