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Príncipe Kubrat de Bulgaria, cirujano general y coloproctólogo

Dr. Sajonia: «Cada vez son más los pacientes con patología proctológica por una mala alimentación»

“Con sólo 9 años pedí de regalo de cumple un botiquín de los de antaño, con mercromina, gasas y pinzas para curar a los de mi entorno... ¡aquellos que se atrevieran!”

Kubrat Sajonia-Coburgo y Gómez-Acebo, también conocido Príncipe Kubrat de Bulgaria, es un aristócrata, médico y miembro de la familia real búlgara. Nacido en Madrid en 1965, es hijo del último zar de Bulgaria, Simeón II, y de la aristócrata española Margarita Gómez-Acebo. Desde joven combinó su formación académica con un profundo interés por la medicina, especializándose en Cirugía General y sub-especializándose en Coloproctología.

El doctor Sajonia -como se le conoce en el mundo médico- desarrolla su carrera profesional principalmente en España y trabaja en el Hospital Rúber 39, actualmente del Grupo Quirón, en Madrid. Además de su faceta médica, su vida ha estado marcada por la discreción y un fuerte compromiso con causas sociales y mantiene un perfil bajo en los medios, a pesar del interés que despierta por su origen real, de su doble identidad como médico y príncipe, algo que aprovecha, fundamentalmente, para volcar la excelencia clínica con valores de servicio y entrega a la sociedad, inspirados en su educación y en los principios familiares.

Precisamente por este perfil bajo en los medios, OKSALUD le agradece esta entrevista, mediante la que pretende acercarse a Kubrat Sajonia-Coburgo como especialista en Coloproctología, a la vez que conocer su experiencia y visión sobre la relación entre Medicina, humanidad y responsabilidad social.

PREGUNTA.- ¿Por qué decidió estudiar Medicina?

RESPUESTA.- Pura vocación. No hay médicos en mi familia. Con sólo 9 años pedí de regalo de cumple un botiquín de los de antaño, con mercromina, gasas y pinzas para curar a los de mi entorno…  ¡aquellos que se atrevieran!

P.- ¿Y especializarse en Cirugía General? 

R.- En Medicina hay dos mundos: el médico y el quirúrgico. Siempre me atrajo el segundo. Cirugía general porque es como la medicina interna de la cirugía. Una especialidad preciosa. 

P.- ¿Qué le ocupa el tiempo laboral en la actualidad? ¿Y personal/familiar? ¿Qué importancia tiene para usted el equilibrio entre la vida personal, la vocación médica y el compromiso social?

R.- Me considero un privilegiado en la medida en que trabajo para mí. Soy mi propio jefe. Y muy vocacional. Eso hace que termine por cargarme la agenda más de lo debido. Son más de 12 horas diarias dedicadas a mis pacientes de lunes a jueves. A cambio, tener todos los fines de semana libres me permite dedicarme a mi familia y a mis aficiones. 

P.- Concretamente, ¿cómo influye su identidad médica y aristocrática en su forma de ejercer la Medicina? 

R.- Trato de no ‘dar pistas’ a mis pacientes sobre mis orígenes familiares. De hecho, mi primer apellido es triple pero desde mis inicios sólo usé uno, Doctor Sajonia, a secas. Si a posteriori averiguan que llevo un título, eso no habría sesgado la relación de cercanía médico paciente, tan importante para nuestra profesión. 

P.- ¿Qué valores cree que son esenciales para un médico hoy en día? 

R.- Humildad, saber escuchar y sobre todo, mucha paciencia. 

P.- ¿Qué proyectos humanitarios o sociales han sido especialmente significativos en su trayectoria? 

R.- Todos procuramos colaborar con proyectos benéficos. Hace tiempo que soy jurado de los premios Telva de la solidaridad (Grupo Unidad Editorial). Eso me ha permitido conocer de primera mano multitud de proyectos tanto a nivel nacional como internacional. 

P.- Alguna anécdota en consulta que nos quiera compartir…

R.- Son tantas… pero me va a permitir que guarde la confidencialidad de mis pacientes. Es algo básico en mi especialidad. 

P.- ¿Cómo ve la evolución de la cirugía proctológica en los próximos años? Concretamente, ¿cuáles son los avances tecnológicos? 

R.- Cada vez son más los pacientes con patología proctológica, probablemente debido a malos hábitos de alimentación. Eso ha hecho que la especialidad se dé a conocer. Y sobre todo, que deje de ser algo tabú.  Tecnológicamente hemos progresado mucho. Existen nuevos tipos de bisturís (láser, ultrasónicos ). La analgesia postoperatoria también ha mejorado mucho con la llegada de nuevos fármacos analgésicos, así como de antibióticos mejor tolerados. También estamos pendientes de la aprobación final de las terapias en fase 2 de ensayo con células madre; muy esperanzadoras para el tratamiento de fístulas complejas. 

P.- ¿Qué consejo daría a los jóvenes médicos que comienzan su carrera en un mundo cada vez más globalizado y en una Medicina cada vez más ‘microespecializada’?

R.- Yo siempre he sido un defensor de la súper especialización; pero no solo en cirugía, sino en todo ámbito profesional: abogacía, ingeniería… El mundo está globalizado. Y los pacientes buscan en internet quién es la persona que mejor trata una patología concreta. Y no dudan en desplazarse de continente para dar con las mejores manos. 

P.- ¿En qué queda ese médico holístico de antaño? ¿No es bueno tener una visión global sobre el paciente?

R.- Siempre serán necesarios, sobre todo en Atención Primaria. Un buen médico de cabecera (de familia) siempre será pieza clave en la estructura sanitaria de cualquier país. 

P.- Pida un deseo en el marco de la Coloproctología. Quizás que sea reconocida como especialidad médica…

R.- Sería fantástico. Pero por desgracia, lo dudo. Tenemos en nuestro país un magnífico sistema de formación médica: el sistema MIR. Pero ya es lo suficientemente largo y complejo como para poner un obstáculo más a nuestros profesionales a la hora de poder ejercer.