Las diarreas son la segunda mayor causa de muerte en niños menores de cinco años
Se define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. La deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida) no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y «pastosa» por bebés amamantados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que una indigestión es un término usado para describir uno o más síntomas entre los que tenemos una sensación de plenitud durante la comida, plenitud incómoda después de la comida y ardor o dolor en la parte superior del abdomen. La indigestión es común en los adultos y puede ocurrir de vez en cuando o tan a menudo como diariamente, explica la American College of Gastroenterology.
La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente, tal y cómo matiza la propia OMS.
Sin embargo, la indigestión tiene unos síntomas un poco distintos como son: plenitud durante una comida (la persona se siente demasiado llena poco después de comenzar la comida y no puede terminarla), plenitud molesta después de una comida ( la persona se siente demasiado llena después de la comida), dolor epigástrico y ardor epigástrico. Otros síntomas menos frecuentes que pueden ocurrir con la indigestión son las náuseas y la distensión abdominal, cuenta la American College of Gastroenterology.
Según datos de la OMS, las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte de niños menores de cinco años, y ocasionan la muerte de 525 000 niños cada año. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.
Asimismo, la Dra. M. Angélica Rivera Núñez, médico de Urgencias adultos del Hospital Universitario La Paz explica que «los niños menores de 5 años tienen mayor probabilidad de presentar una infección gastrointestinal. Sin embargo, muchas de estas infecciones son de transmisión intrafamiliar. Por lo tanto, puede afectar a niños y adultos, sobre todo, a personas vulnerables».
Más frecuentes en verano
El calor acelera la descomposición de los alimentos que están a temperatura ambiente y, de hecho, las infecciones que desencadenan las diarreas pueden deberse en gran parte al hecho de comer alimentos en mal estado.
La doctora Rivera específica porque las dolencias intestinales son más frecuentes en verano: «Hay varias causas que pueden explicar esta variación estacional de las diarreas: en primer lugar, el calor acelera la descomposición de los alimentos que están a temperatura ambiente y, los alimentos en mal estado pueden desencadenar episodios de diarrea. Por otro lado, el calor favorece la diseminación de microorganismos productores de cuadros diarreicos. También durante la época de verano hay una mayor proliferación de insectos que pueden ser vectores de infecciones».
«Asimismo, las altas temperaturas pueden afectar a todos los sistemas de nuestro organismo. Es así como se ha descrito en distintos estudios que, las olas de calor pueden aumentar el riesgo de requerir un ingreso hospitalario por problemas gastrointestinales. También algunas investigaciones han descrito que las infecciones digestivas son más frecuentes los días posteriores a una ola de calor. Incluso, se ha postulado que las temperaturas extremas, podrían alterar la flora intestinal normal, determinando la aparición de enfermedades gastrointestinales. Por otro lado, es esperable que una ola de calor provoque un cambio en la rutina de alimentación de las personas, pudiendo esto ser causa de alteraciones gastrointestinales que influyan en la aparición de las diarreas», matiza la doctora.
Las más peligrosas
La diarrea suele durar varios días y de acuerdo a su frecuencia puede privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia. Hay tres tipos clínicos de enfermedades diarreicas, según el Ministerio de Salud:
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- La diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días, como en el caso del cólera.
- La diarrea con sangre aguda, también llamada diarrea disentérica o disentería.
- La diarrea persistente, que dura 14 días o más.
Por su parte, la experta explica algunas de las diarreas más peligrosas: «Hay algunos aspectos clínicos que nos hacen pensar que la diarrea puede ser más perjudicial o de riesgo: más de 10 episodios al día, que se asocie a la aparición de heces con sangre, color rojo brillante o negra, que puede traducir también un sangrado digestivo; que se asocie a un dolor abdominal muy intenso o fiebre de más de 38ºC. También, aquella diarrea que, a pesar del tratamiento, se prolonga en el tiempo y se asocia a síntomas de deshidratación, como: sequedad intensa de mucosas, dolor de cabeza, disminución de la diuresis (orina), fatiga, debilidad, tendencia a estar dormido, o que se asocia a vómitos intensos, pues será muy difícil evitar la deshidratación».
Consejos y recomendaciones
Entre las medidas claves para prevenir las enfermedades diarreicas la OMS recomienda las siguientes:
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- Consumir solamente agua potable y apta para beber.
- Lavarse las manos con jabón de manera frecuente.
- Una higiene personal y alimentaria correctas.
- En el caso de los bebés, se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida.
- Lavar adecuadamente las mamaderas. Éstas constituyen un excelente medio de cultivo para las bacterias causantes de la diarrea, por lo que es importante desechar todo resto de alimento que quede en ellas, lavarlas cuidadosamente con agua segura y jabón o detergente.
- Mantener los alimentos bien tapados y refrigerados.
- Limpiar los alimentos como el pollo y el pescado antes de consumirlos.
- Usar servicios de saneamiento mejorados.
La doctora Rivera recomienda que durante los viajes vacacionales es importante: no compartir cubiertos y vasos, lavarse las manos con frecuencia antes de comer y manipular cualquier alimento, lavar muy bien frutas y verduras, y refrigerar correctamente la comida.
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