Descubren el tercer caso documentado de cura funcional del VIH: un hito en la investigación mundial

Un equipo internacional de investigadores ha documentado el que ya se considera el tercer caso mundial de cura funcional del VIH, un avance excepcional que abre nuevas vías para comprender cómo algunas personas pueden controlar de forma natural el virus.

El estudio, liderado por el Laboratorio de Investigación en VIH y Hepatitis Víricas del Instituto de Investigación Sanitaria-Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) junto con el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, y en estrecha colaboración con el Hospital Universitario Gregorio Marañón, así como investigadores del Hospital Clínico San Carlos, Hospital Vall d’Hebron y la Universidad de Sydney, describe a una paciente que ha vivido 22 años con VIH sin necesidad de tratamiento antirretroviral (TAR).

La paciente, cuyo caso ha sido cuidadosamente documentado, presenta un control natural del virus, lo que los científicos denominan cura funcional, en la que el VIH permanece en el organismo, pero de manera controlada y sin causar daño, permitiendo una vida prácticamente normal sin medicación. Según los investigadores, este hallazgo aporta pistas cruciales sobre los mecanismos inmunológicos y genéticos que podrían guiar el desarrollo de terapias curativas para personas con infección crónica por VIH, un objetivo que ha sido hasta ahora esquivo para la medicina moderna.

El equipo internacional destaca la importancia de este descubrimiento no solo por su singularidad, sino también por su potencial para revolucionar el abordaje terapéutico del VIH, ofreciendo esperanza a millones de personas en todo el mundo. El hallazgo se suma a los dos casos previos documentados de cura funcional, reforzando la idea de que, aunque extremadamente raro, el control natural del virus es posible y merece un estudio profundo que podría transformar el futuro de la lucha contra esta infección.

Dos casos más

El primer caso documentado de cura funcional del VIH se conoce como el Paciente de Berlín, un hombre que en 2007 consiguió eliminar el virus de su organismo tras un trasplante de médula ósea para tratar una leucemia. Este procedimiento, altamente complejo y riesgoso, permitió que su sistema inmunológico se reconstruyera con células resistentes al VIH, logrando un control duradero del virus sin necesidad de tratamiento antirretroviral. El caso abrió la puerta a la investigación de estrategias curativas basadas en la modificación genética y la inmunoterapia, aunque su aplicación clínica general sigue siendo limitada.

El segundo caso, conocido como el Paciente de Londres, se confirmó en 2019 y replicó parcialmente los hallazgos del primer caso. Tras recibir un trasplante de médula ósea compatible con resistencia natural al VIH, este paciente logró una cura funcional, manteniendo niveles indetectables del virus sin medicación durante varios años. Estos casos demostraron por primera vez que, aunque extremadamente rara, la eliminación o control sostenido del VIH era posible, lo que motivó una investigación más profunda en terapias curativas y alternativas menos invasivas para las personas con infección crónica.