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Cuidemos a las enfermeras

El 2020 fue el año elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proclamar el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona. En ese momento, nadie podía imaginar lo que nos esperaba ni cómo el mundo iba a ir afrontando, a medida que fueran transcurriendo los días, las consecuencias derivadas de una crisis mundial de salud pública.

Es evidente que todas las acciones y actividades planificadas se vieron desbordadas por la realidad y que la visibilidad que la OMS esperaba para las
enfermeras y matronas de cara al año 2020 no era la que al final aconteció. Sin embargo, esta situación ha servido para poner en valor el papel que juegan día tras día el conjunto de los profesionales sanitarios y, entre ellos, las enfermeras. La pandemia ha puesto de relieve ante toda la sociedad su papel «fundamental» en los cuidados y la necesidad de empoderar a las enfermeras de cara a la toma de decisiones estratégicas y operativas.

Nunca como en este momento, el liderazgo de las enfermeras se ha hecho
más evidente. La pandemia de la Covid-19 nos ha mostrado la fragilidad del
mundo y la necesidad de repensar nuestro estilo de vida y nuestro sistema
sanitario. La capacidad de reacción de las instituciones sanitarias, gracias a
grandes profesionales y gestores ha sido uno de nuestros aciertos. Las
enfermeras somos uno de los principales agentes de la sanidad y lo hemos
demostrado de manera especial desde que comenzó esta situación
excepcional, tanto con la aportación de nuestros conocimientos y habilidades en la gestión de los cuidados como en la propuesta de medidas que han permitido hacer frente a la pandemia de la Covid-19. El compromiso con el paciente y la sociedad, la capacidad de sacrificio, y liderazgo, al igual que el de otros profesionales y directivos ha sido de forma general muy relevante.

Por otro lado, todos coincidiremos en que, en estos últimos años, existe una
transformación de la sociedad, de sus necesidades y expectativas que hacen
emerger nuevos escenarios y áreas de actuación, y que suponen un reto para
los profesionales sanitarios, al tener que implementar nuevas competencias
para atender de la manera más eficiente, las necesidades emergentes de los
ciudadanos, es por ello, que también la aportación profesional de las
enfermeras debe ampliarse.

Sin duda, son muchos los retos a los que tenemos que enfrentamos, en primer lugar, garantizar un Sistema Sanitario Sostenible para todos los ciudadanos. Centrándonos en el ámbito de los cuidados podemos reseñar los siguientes:

Crear espacios de crecimiento y desarrollo profesional que faciliten un
mayor protagonismo de las enfermeras en la toma de decisiones
estratégicas.

Potenciar entornos en los que los pacientes, sus familias y cuidadores
sean de verdad, el centro del sistema Sanitario y los verdaderos
protagonistas del proceso asistencial.

Adecuar las plantillas de enfermería del SNS, para disminuir la sobre
carga de trabajo y, por lo tanto, mejorar la calidad de los cuidados e
incrementar la seguridad de los pacientes a los que se atiende.

Promover la creación de Espacios de cuidados saludables.

Trabajar activamente para que la Seguridad en el puesto de trabajo sea
un objetivo permanente en todos los ámbitos laborales.

Generar una alianza entre las enfermeras y la sociedad que resalte el
valor de estratégico de los cuidados para el SS y el impacto del trabajo
de las enfermeras en los resultados en salud.

Es necesario que la sociedad tome conciencia del valor de las enfermeras, al
desarrollar su liderazgo se facilitara la inclusión en todos los ámbitos donde se planifican y concluyen las políticas que afectan a la salud de la población.

Presidente de la Asociación Nacional de Directivos de
Enfermería (ANDE)
Director de las Clínicas Universitarias de la Universidad
Europea