¿Conoces los riesgos del aceite recalentado?
A veces lo barato puede salir caro. Así se podrían explicar los riesgos que provoca la utilización de aceite recalentado en nuestras cocinas, una práctica muy común en algunas cocinas y que presenta una serie de peligros que muchas personas desconocen por completo. Si no conoces los riesgos del aceite recalentado, estate atento a este artículo.
Nadie pone en duda la calidad del aceite y los enormes beneficios que tiene para nuestra salud desde el punto de vista nutricional. Sobre todo queremos hacer referencia al aceite de oliva y al de girasol. Lo más adecuado, según los expertos, es consumir el aceite crudo para sacarle un mayor rendimiento a todos sus beneficios nutricionales. Con una rebanada de pan para desayunar o en las ensaladas es cuando más se suele comer al natural. Sin embargo, el aceite también se aprovecha para cocinar los alimentos fritos o a la plancha, cometiendo algunos errores bastante graves. En primer lugar hay que destacar que mucha gente guarda en un recipiente metálico el aceite que le sobra después de cocinar para volver a reutilizarlo en otro momento. Es decir, lo que se utiliza para freír por ejemplo unas patatas fritas se aprovecha para preparar otro día unas salchichas. Sin embargo esto tiene una serie de consecuencias malas para la salud que la mayoría desconocen. También hay que destacar que calentar en exceso el aceite de oliva, por ejemplo, con unas temperaturas muy altas, tampoco se recomienda.
¿Sabes por qué no se aconseja la reutilización de los aceites? En primer lugar porque se producen ácidos grasos trans, que consiguen entre otras cosas acelerar el proceso de coagulación de la sangre y de esta manera provoca que haya una mayor predisposición a sufrir infartos y ataques cardíacos.
Con el recalentamiento del aceite también aparecen distintas sustancias nocivas, poco aconsejables para el organismo. Al no haber una temperatura demasiado elevada se acaba generando acrilamida, que es una sustancia de gran toxicidad para el cerebro, que también se acaba convirtiendo en unos de los agentes cancerígenos más importantes. Además surgen sustancias oxidantes que provocan la aparición de enfermedades neurodegenerativas y favorecen el envejecimiento prematuro. Como acabamos de ver hay unos cuantos factores que nos deberían echar para atrás a la hora de reutilizar el aceite en la cocina. Está claro que nos supondrá un ahorro importante, pero no merece la pena poner en peligro a la salud.
El consumo en exceso de estos aceites recalentados provocan una acumulación de grasa en el hígado, que puede acabar originando otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, obesidad o cirrosis hepática.
Mejor en crudo
Nutricionalmente hay que decantarse siempre que se pueda por los aceites crudos, porque de esta manera conseguiremos beneficiarnos de todos los nutrientes esenciales que tienen. No olvidemos que son ricos en antioxidantes, como la vitamina E y los polifenoles, que al final se acaban perdiendo en el momento en que pasan por el calor de la cocina.
Por lo tanto, siempre que se pueda hay que evitar calentar varias veces el mismo aceite.
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