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Cómo evitar los calambres al correr

En los maratones o durante la preparación de competiciones exigentes es posible que sometamos al organismo a tal esfuerzo que acabemos con calambres, que son las contracciones involuntarias de los músculos que pueden llegar a resultar muy dolorosas y que en cierta manera influirán sobre el resultado final. En este artículo te enseñamos cómo evitar los calambres al correr.

Por lo general, estas contracciones tienen lugar en gemelos o cuádriceps, pero también pueden darse en torso, mandíbula o brazos. Estas molestias se producen cuando las fibras musculares se tensan y contraen, resultando bastante complicado relajarlas.

El principal motivo que explica la aparición de los calambres es en realidad la sobrecarga a la que soportan los músculos. Para evitarlos sería conveniente calentar correctamente antes de la sesión y estirar al término del ejercicio. No hay olvidar que todo el peso de esta actividad recae sobre las piernas.

Para calmar los calambres cuando estés inmerso en un entrenamiento o competición se suele detener la marcha y apoyar el talón del pie en el suelo, levantando hacia arriba con la ayuda de la mano los dedos del pie, formando un ángulo de 45 grados. Conseguiremos de esta forma reducir las molestias, que irán remitiendo poco a poco. La otra opción que hay es caminar para que la musculatura se destense.

Cómo decimos, suele resultar muy frecuente este tipo de problemas físicos sobre todo en las competiciones de larga duración y que exigen un gran esfuerzo al corredor.

Para que los calambres permanezcan lo más alejados de nosotros, también sería conveniente hidratarse correctamente. Los músculos necesitan reponer energías, así que no dudes en beber agua e isotónicos tanto antes, como durante y después de la carrera. Con las bebidas isotónicas se consigue que las sales minerales no alcancen una situación de límite.

Además de la bebida, también se hace necesario seguir una adecuada alimentación con productos ricos en magnesio y potasio, como pueden ser los plátanos, frutos secos, legumbres o manzanas. Algunos de ellos, como pueden ser los dos primeros, se pueden tomar sin ningún tipo de problema durante la propia sesión de running.

La mejor medida para evitar los calambres es la prevención. Si llevas a cabo un entrenamiento adecuado, te marcas unos objetivos realistas, llevas una alimentación muy equilibrada, estiras correctamente después de la actividad física y descansas las horas pertinentes por la noche, tendrás mucho ganado en este sentido.

Si sigues nuestros consejos posiblemente no tengas que lamentar más estas contracciones. Resultan muy dolorosas, sobre todo cuando se producen en gemelos. Basta con ver las imágenes de muchos futbolistas en las prórrogas de los partidos cuando se tiran al suelo e intentan estirar las piernas. Por mucho que lo intenten, a veces resulta complicado recuperarse en tan poco espacio de tiempo.