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Las claves para los diabéticos recién diagnosticados: deporte planificado, monitorización y educación diabetológica

La prevalencia de la diabetes en España ha alcanzado el 14,8% y ya afecta a uno de cada siete adultos y es la segunda tasa más alta de Europa, según datos de la Sociedad Española de la Diabetes. Además, destaca también que casi un tercio (30,3%) de las personas que viven con diabetes en nuestro país no están diagnosticadas.

Es importante conocer si sufrimos o no de diabetes, ya que de ello dependerá nuestra buena salud y la opción de tener un tratamiento óptimo que nos haga la vida más sencilla, sin complicaciones y sin sustos. 

Pero ¿qué pasa si el resultado del diagnóstico es positivo? ¿Qué hacer si de repente nos confirman que somos diabéticos? Según los expertos, lo primero es tener claro que es importante llevar a cabo un control detallado y planificado para evitar subidas y bajadas de la glucemia.

También es conveniente practicar deporte como parte del tratamiento, ya que va a mejorar su perfil glucémico y su capacidad cardiovascular, como explica el doctor Joaquín Gómez Vázquez, jefe de la Unidad de Diabetes Infantil del Hospital Quirónsalud Córdoba, centro que junto con la Asociación para la Diabetes de Córdoba (Adicor) ha organizado una jornada destinada a resolver las dudas que les surgen a los pacientes diagnosticados de diabetes para enfrentarse al día a día de esta enfermedad, así como de los padres de los niños que debutan en la misma.

Deporte, sí; controlado y planificado, también

Con respecto al deporte, el Dr. Gómez Vázquez ha especificado que puede ser tanto «aeróbico como anaeróbico», aunque «lo ideal es la mezcla de los dos, ya que el primero tiende a bajar la glucemia y el segundo, a elevarla».

No obstante, apunta, el ejercicio que haga el enfermo diabético debe estar «bien controlado», ya que de no ser así empeoraría la glucemia con un aumento o disminución de la misma, «lo que le llevaría al riesgo de padecer una hipoglucemia o una cetoacidosis». Así, el ejercicio debe ser planificado y a ser posible realizarse a diario con una duración de entre 30 y 60 minutos.

La alimentación también es un asunto de especial revelancia, ya que el índice glucémico y la carga glucémica de los alimentos tienen la capacidad de elevar la glucosa en sangre después de las comidas.

Los alimentos con un índice glucémico bajo aumentan lentamente la glucosa en sangre mejorando las cifras de glucemia por lo que es más fácil que se mantengan dentro de los parámetros normales con el tratamiento de insulina, mientras que esto no ocurre con los productos con un alto índice glucémico, como por ejemplo la sandía, el pan blanco o las galletas, entre otros.

El índice glucémico de un alimento va a depender de múltiples factores como son el tipo de alimento, su contenido en fibra, proteínas y grasas, la forma de procesarlos y la manera de cocinarlos, entre otros, por lo que el paciente de diabetes debe tomar alimentos con un índice glucémico bajo para mejorar su control metabólico, como es el caso de las legumbres, entre otros alimentos.

La vida más fácil con una monitorización continua con sensores de glucosa

Un gran avance en el tratamiento y seguimiento del enfermo diabético, añade el Dr. Gómez Vázquez, ha sido la monitorización continua de glucosa mediante los sensores de glucosa.

«Esto ha llevado a que el paciente no tenga que hacerse punciones en los dedos para determinar su glucemia con tiras reactivas. Esta monitorización, además de informar de la glucemia en cada momento, indica lo que va a pasar posteriormente. De este modo, podemos adelantarnos con medidas correctoras a una subida o bajada de glucemia».

Por tanto, añade, la tecnología es «un gran avance» para el tratamiento de esta enfermedad, pero «no debemos olvidar que la base fundamental es una buena educación diabetológica, tanto en niños como en sus familias y también en pacientes adultos».

La importancia de la educación en diabetes

La educación en diabetes permite establecer un plan de acción individualizado para ayudar al paciente a afrontar el diagnóstico de la enfermedad y conseguir un adecuado control, evitando descompensaciones y complicaciones de la enfermedad.

Por ello, el Dr. Gómez Vázquez insiste en que «esta educación diabetológica es tan importante como la dieta, la insulina y el ejercicio en el abordaje de la diabetes, y debe actualizarse, ya que los tratamientos están en evolución constante».