El caso Imane Khelif en los Juegos Olímpicos: qué significa ser intersexual y su diversidad cromosómica
Los cromosomas sexuales X y Y son designados para el hombre y XX para la mujer, en la intersexualidad pueden aparecer como XXY
Una nueva polémica ha estallado en los Juegos Olímpicos de París tras el abandono de la italiana Angela Carini de su combate olímpico contra la boxeadora argelina Imane Khelif a los 46 segundos y tras señalar: «Tenía que preservar mi vida». Estas manifestaciones y este escándalo vienen secuenciados en el tiempo porque Khelif es una de las dos atletas que han sido autorizadas a competir en el boxeo femenino, tras anunciarse que eran intersexuales y haber comprobado el COI que sus niveles de testosterona se encontraban en los límites para competir.
El boxeo olímpico alcanzó la paridad de género por primera vez este año, con 124 hombres y 124 mujeres compitiendo en París. «Todas las personas que compiten en la categoría femenina cumplen las normas de elegibilidad para la competición», declaró Mark Adams, portavoz del COI. «Son mujeres en sus pasaportes y así consta que son mujeres».
Por el contrario, preguntadas repetidamente a las boxeadoras sobre Khelif y Lin, en la mayoría de los casos han expresado su preocupación, y en otras versiones, han instado a una mayor consideración de un asunto bien complicado. La australiana de peso medio, Caitlin Parker, ha respondido que «no estoy de acuerdo con que eso se permita, especialmente en los deportes de combate, ya que puede ser increíblemente peligroso».
Varios deportes han actualizado sus normas de género en los últimos tres años y el COI lo defiende para permitir su inclusión. Sin embargo, tanto biológicamente como desde el punto de vista psiquiátrico, el género está causando distintos debates en todo el mundo.
La primera pregunta tras este escénico debate es abordar qué es una persona intersexual, como se ha definido a la boxeadora argelina. En primer lugar, significa que alguien nace con características sexuales que no se ajustan a las definiciones típicas de masculino o femenino. Así, esto marca una variedad de términos de anatomía genital, cromosomas, glándulas sexuales (ovarios o testículos) y niveles hormonales. La intersexualidad es un término amplio que engloba diversas condiciones médicas, y puede ser evidente al nacer o manifestarse durante la pubertad.
Desde una perspectiva médica, la intersexualidad no se considera una enfermedad, sino una variación natural de las características sexuales humanas. Históricamente, algunas personas intersexuales han sido sometidas a intervenciones médicas no consensuadas con el objetivo de «normalizar» su anatomía, una práctica que ha sido ampliamente criticada por organismos de derechos humanos y por la propia comunidad médica en años recientes.
En estos momentos, hay un creciente consenso en la medicina para respetar la autonomía de la persona intersexual y retrasar intervenciones quirúrgicas y hormonales innecesarias hasta que la persona pueda tomar decisiones informadas.
Lo habitual es considerar los cromosomas sexuales X y Y para el hombre, y XX para la mujer, pero si nos centramos en la intersexualidad, estos cromosomas se mezclan y pueden aparecer combinaciones como XXY, por ejemplo.
Legislación sobre la intersexualidad
La legislación relacionada con las personas intersexuales varía considerablemente entre países y regiones porque, en muchos lugares, los derechos y el reconocimiento de las personas intersexuales han sido tradicionalmente limitados. Sin embargo, en los últimos años, ha habido cambios en algunos países:
Alemania: en 2013, se convirtió en el primer país europeo en permitir un tercer género en los certificados de nacimiento. Más tarde, en 2018, el Tribunal Constitucional Alemán dictaminó que debe permitirse a las personas intersexuales registrarse oficialmente con un género que no sea ni masculino ni femenino.
Malta: en 2015, Malta aprobó la Ley de Identidad de Género, Expresión de Género y Características Sexuales, que prohíbe las intervenciones médicas no consensuadas en personas intersexuales.
Australia y Nueva Zelanda: estos países también reconocen legalmente un tercer género en documentos oficiales y han implementado protecciones contra la discriminación basada en la variación de características sexuales.
Argentina: con la Ley de Identidad de Género de 2012, este país permite a las personas intersexuales modificar sus documentos para reflejar su identidad de género percibida, sin necesidad de intervenciones quirúrgicas o diagnósticos médicos.
Protección contra la Discriminación: En algunos países, como Sudáfrica, existen protecciones legales explícitas contra la discriminación basada en características sexuales, lo que incluye a las personas intersexuales.
En general, existe un arduo debate sobre qué derechos deben tener en las competiciones deportivas las personas intersexuales. También se habla sobre las intervenciones médicas no consensuadas y el reconocimiento de identidades de género no binarias.
Los cromosomas son estructuras que se encuentran en el centro (núcleo) de las células que transportan fragmentos largos de ADN. El ADN es el material que contiene los genes y es el pilar fundamental del cuerpo humano. Los cromosomas también contienen proteínas que ayudan al ADN a existir en la forma apropiada.
Cromosoma XY
Los cromosomas vienen en pares, así normalmente cada célula en el cuerpo humano tiene 23 pares de cromosomas (46 cromosomas en total), de los cuales la mitad proviene de la madre y la otra mitad del padre.
Dos de los cromosomas (el X y el Y) se denominan cromosomas sexuales y en casi todas las personas:
Las mujeres tienen 2 cromosomas X y los hombres tienen un cromosoma X y uno Y. En el momento de la concepción, la madre le aporta un cromosoma X al hijo y el padre puede contribuir ya sea con un cromosoma X o con un cromosoma Y. Es el cromosoma del padre el que determina si el bebé es hombre o mujer. En la mayoría de los casos, un niño nace como hombre o mujer según sus cromosomas. Sin embargo, los niños con diferencias del desarrollo sexual pueden nacer con genitales que no coinciden con sus cromosomas. O pueden tener menos o más de 46 cromosomas. Todas estas condiciones pueden causar problemas con el desarrollo sexual. Los cromosomas restantes se denominan autosómicos y se conocen como pares de cromosomas del 1 al 22.
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