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Fisioterapeuta especialista en tratamiento del dolor de Onelife Center

Carlos Barragán: «El hombro congelado afecta al 2-5% de la población»

Actividades como ducharse, vestirse, coger algo de la despensa, entre otras, pueden ser muy complicadas para un paciente que padece hombro congelado. Se trata de una afección patológica que se conoce también como capsulitis adhesiva o periartritis del hombro de causa múltiple y es una inflamación crónica del tejido conectivo que recubre toda la articulación del hombro produciendo dolor y rigidez. Afecta al 2-5% de la población, con más prevalencia entre los 40-65 años. Afecta más a las mujeres

El fisioterapeuta especialista en tratamiento del dolor de Onelife Center, Carlos Barragán, explica a OKSALUD los detalles de esta patología, que afecta de manera variable según la fase en la que se encuentra y cuyos síntomas principales son un dolor altamente invalidante en el hombro afectado y la restricción de movilidad.

PREGUNTA.- ¿Qué es el hombro congelado? 

RESPUESTA.- Es una afección patológica del hombro, también conocida con capsulitis adhesiva, de causa múltiple que afecta de manera variable según la fase en la que se encuentra y cuyos síntomas principales son un dolor altamente invalidante en el hombro afectado y la restricción de movilidad del mismo habitualmente atribuible a una restricción de movimiento de las estructuras pasivas como la cápsula articular (estructura que envuelve la cabeza del húmero y la superficie articular de la escápula) y los ligamentos que recubren la articulación.

P.- ¿Por qué aparece?

R.- Existen dos tipos de hombro congelado según la evidencia científica: primario o idiopático, y secundario. En el caso del primario, no se conocen las causas específicas de esta condición, aunque pueden atribuirse a desequilibrios bioquímicos u hormonales, cambios en el sistema inmunológico, trastornos vasculares o neurológicos. Entre estas posibles causas, se ha relacionado el hombro congelado de manera más clara con la diabetes mellitus, donde existe hasta 5 veces mayor riesgo de desarrollar la enfermedad que la población general. Según algunos estudios, el 30% de los pacientes que cursan esta enfermedad son diabéticos. También nos podemos encontrar pacientes con alteración de la tiroides que, según la bibliografía, tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad, en concreto el hipotiroidismo, con casi 3 veces más probabilidad de desarrollar la enfermedad. Por otro lado, tenemos el hombro congelado o capsulitis adhesiva secundaria, que suele estar supeditada a un traumatismo que suele cursar con dolor e inmovilización. También podemos desarrollarlo tras una intervención quirúrgica en el hombro.

P.- ¿Cuál es la incidencia de esta patología? ¿Afecta más a mujeres u a hombres? 

R.- El hombro congelado es un síndrome patológico que afecta al 2-5% de la población general. Su prevalencia es más alta en mujeres en la 4ª, 5ª y 6ª década de la vida y, habitualmente, nos encontramos una mayor incidencia en el brazo no dominante del paciente y un aumento de probabilidades de padecerlo en el hombro contrario tras un evento patológico previo.

P.- ¿Está infradiagnosticado?

R.- Aún tenemos mucho que investigar sobre esta patología debido su origen multifactorial e idiopático, pero es verdad que el razonamiento clínico, la exploración clínica y las pruebas de imagen pueden ayudarnos a hacer un buen diagnóstico funcional, además del tiempo de evolución, que en este cuadro clínico suele ser más dilatado en el tiempo que otros síndromes que cursan con dolor y limitación en el hombro.

P.- ¿Cuáles son los síntomas principales?

R.- Los síntomas principales del hombro congelado son el dolor y la limitación de la movilidad del hombro, pero dependiendo del tiempo de evolución estos varían en intensidad.

P.- ¿Cómo empieza y cómo van desarrollándose en el tiempo?

R.- Todo comienza habitualmente con una restricción leve de la movilidad y dolor al movimiento del brazo, lo que conocemos dentro de una fase 1 como precongelación. Dentro de esta fase evolucionamos hacia una congelación donde encontraremos una restricción más importante de la movilidad con dolor tanto en reposo como al movimiento activo y pasivo.  En esta primera fase se produce una inflamación de estructuras importantes de la articulación como la cápsula articular y que puede durar hasta 8-9 meses.

En una segunda fase o fase congelada el hombro presenta limitación de movilidad variable según evolución en fases iniciales donde el dolor no va a ser tan importante como en las primeras etapas. Esta segunda fase puede llegar a durar hasta los 15 meses desde el inicio de la patología. Por último, tenemos una fase de descongelación donde el paciente mejora sustancialmente tanto en dolor durante las actividades diarias, laborales o deportivas y la movilidad mejora significativamente. 

El tratamiento en fases iniciales es determinante para producir cambios en el tiempo de evolución de la enfermedad como en los síntomas acontecidos durante la misma. El trabajo interdisciplinar donde diferentes profesionales sanitarios trabajan en el tratamiento y control de la evolución de la enfermedad es la clave para una buena evolución clínica.

P.- ¿Puede llegar a ser una patología incapacitante?

R.- El hombro congelado es una patología que cursa con una gran limitación funcional que, además, en etapas iniciales fundamentalmente el paciente presenta grandes limitaciones en su día a día. Actividades con ducharse, vestirse, coger algo de la despensa, dormir tumbado obligando al paciente a dormir sentado… entre otras se ve comprometido, lo que puede ser muy incapacitante. La intervención clínica en esta primera etapa es clave para el tratamiento del dolor donde el tratamiento interdisciplinar se hace indispensable.

En etapas más avanzadas el síntoma principal como ya hemos citado antes es la pérdida de movilidad, pero el dolor pasa a un segundo plano por lo que el paciente suele llevarlo mejor a pesar de encontrar mucha limitación en actividades principalmente por encima de la cabeza o que implican de manera importante a la rotación del hombro. 

P.- ¿Cómo se diagnostica?

R.- El diagnóstico del hombro congelado principalmente va a estar basado en la historia clínica del paciente, en la exploración y las pruebas de imagen. Como hemos citado antes hay antecedentes que pueden aumentar la prevalencia en el desarrollo de la enfermedad, por lo que conocer los antecedentes del paciente, puede ser importante de cara a orientar la exploración física.

Los pacientes con hombro congelado, ya sea primario o secundario, van a presentar limitación de movimiento del hombro en rangos por encima de la cabeza, en casos más graves por debajo de la misma, limitación de la rotación y dolor al movimiento pasivo y activo.

Por otro lado, podemos encontrar en pruebas de imagen alteraciones de la cápsula articular en concreto fibrosis de la parte antero superior e inferior de la cápsula que equivalen anatómicamente al intervalo de los rotadores y el receso axilar.

P.- ¿Cuál es el tratamiento del hombro congelado?

R.- Para el tratamiento del hombro congelado tenemos tanto herramientas conservadoras como invasivas para su mejora clínica. La evidencia científica pone de manifiesto que tanto las intervenciones quirúrgicas como la fisioterapia van a tener un efecto relevante en la consecución del cuadro clínico, por lo que habrá que poner foco en las necesidades del paciente y en aspectos más biopsicosociales (características del paciente, contexto en el que se desarrolla la enfermedad, variables psicológicas…)

Una vez analizados estos aspectos se puede optar por una liberación capsular artroscópica donde el objetivo de la intervención es darle mayor amplitud de movimiento a la articulación interviniendo sobre la capsula articular y los ligamentos que rodean a esta. 

El objetivo de la fisioterapia va a poner foco en el control del dolor y la ganancia de rango de movimiento interviniendo sobre el sistema neuromusculoesquelético. Para esto, tanto la terapia manual como el ejercicio van a ser herramientas relevantes para devolver la funcionalidad al paciente. La intervención médica con hidrodilatación en combinación con la terapia manual y el ejercicio puede ayudar a mejorar los rangos de movimiento y a acortar los tiempos de tratamiento.

No debemos olvidar la labor de psicólogos y anestesistas que van a ser claves en el control de la sintomatología del paciente.

P.- ¿Se puede prevenir?

R.- No hay evidencia de que podamos evitar el desarrollo de la enfermedad, pero sin duda mantener unos hábitos de vida saludables y una vida activa ya se ha relacionado con la prevención de numerosas enfermedades sistémicas y en el caso de enfermedades como la diabetes o el hipotiroidismo tenerlas reguladas por nuestro médico.