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Toda la verdad sobre los azúcares artificiales

Los sustitutos del azúcar pueden ayudar a las personas que están tratando de adelgazar

Desde hace algunos años existe una guerra abierta contra el azúcar, ante los riesgos para la salud que la comunidad científica ha relacionado con su consumo. Afecciones como la hiperactividad infantil, la diabetes o la obesidad son solo algunos de los componentes de esta extensa lista. Un movimiento que se ha visto motivado por el reinado de los productos dietéticos y un estilo de vida mucho más saludable y equilibrado. Es en este punto cuando entran en acción los famosos azúcares artificiales, bajos en calorías y cuyo cuestionable origen hace honor a su nombre.

Son muchos los mitos que han hecho mella en la reputación de este tipo de edulcorantes.

Durante el proceso de creación, este tipo de edulcorantes son procesados químicamente y se presentan al consumidor ya incluidos en los alimentos o como complemento adicional. Sin embargo, a pesar del dulzor que proporciona a la comida, el paladar distingue notablemente sus muchas diferencias. El neotamo, el acesulfamo, el aspartamo o la ya famosa sacarina forman parte de este lucrativo grupo de azúcares artificiales. Pero, ¿realmente son tan malos como parecen?

Efectos de los azúcares artificiales

Los expertos siempre recomiendan un consumo moderado.

Además de ayudar a frenar la epidemia de la obesidad, los edulcorantes artificiales poseen otras muchas ventajas. Por ejemplo, resultan muy útiles para el control del azúcar en sangre, la prevención de caries en la dentadura y la eliminación de alimentos procesados de nuestra dieta.

No obstante, al igual que con el resto de alimentos, los expertos recomiendan el consumo responsable de este tipo de azúcares. Sobre todo en el caso del aspartamo, que contiene fenilalanina, un aminoácido que puede ser letal para aquellas personas diagnosticadas de una enfermedad hereditaria conocida como fenilcetonuria.

Falsos mitos sobre los azúcares artificiales

Uno de los azúcares artificiales más populares es la sacarina.

Este tipo de edulcorantes tampoco se salvan de los mitos y controversias que han hecho mella en su reputación: