Zelenski, líder del mundo libre
El líder del mundo libre al agonizar el 2022 no es Joe Biden, ni el Papa Bergoglio, ni Von der Leyen, ni Justin Trudeau, ni Enmanuel Macron. Es el presidente de un hasta ahora irrelevante país, ex satélite de la extinta URSS, llamado Ucrania. ¡Quién la iba a decir al antiguo cómico que el destino le reservase tamaña vocación! Volodímir Zelenski es líder porque se ha mimetizado con los valores de su pueblo. Porque les dice la verdad, aún en las peores circunstancias, no les miente, vive y se conduce como uno más de los ciudadanos ucranianos que no están dispuestos a volver ser subyugados por la bota de Moscú. Es líder porque se abraza a la razón para ser el mismo y que sus compatriotas puedan demostrar de qué pasta están hechos.
Frente a una agresión tan ilegal como injusta y descompensada militarmente, el presidente de Ucrania se levanta en armas dando ejemplo de austeridad, sacrificio, valor y determinación. Esto es lo que le ha convertido en el líder del mundo libre. No es el primer caso de este tipo que ocurre en la larga historia de la humanidad; sí, el último. Frente a las palabras hueras y huecas de los teóricos aliados -mucho verbo, poca ayuda-, Zelenski mantiene inhiesta la bandera de la libertad nacional, de la permanencia de la nación; un ejemplo para todos aquellos gobernantes en posiciones infinitamente más cómodas que entregan la cuchara ante las pretensiones de romper lo que los siglos hilaron con fibra de alambre.
Un presidente que es uno más; que, pudiendo huir, decidió quedarse al frente del coraje popular que le adora. Es uno de ellos; vive como ellos; padece como ellos y no abusa de sus privilegios. Zelenski ya ha ganado frente al sátrapa ‘locoide’. El oso prepotente y fatuo puede derrotarle, pero nunca vencerle. Se suele decir que detrás de un gran líder hay un gran pueblo. Lo escribe un español de la hora actual que deambula por su país y apenas le reconoce. Aquí existen dirigentes o que cobran por ello -mucho más que Zelenski, desde luego- y viven con mayores comodidades sin merecerlas, que aconsejaron al iniciarse la agresión putinesca que Ucrania debía entregar la cuchara porque la victoria de Moscú sería rápida y dolorosa. Es lo que ellos hacen aquí jaleando a los perdedores secesionistas que no se merecen vivir en este país. 2022 nos deja un líder, un gran líder. De la libertad de todos y un ejemplo que no se puede meter debajo del celemín: de entrega limpia a una causa noble y de vivir como se predica. ¡A ver si cunde el ejemplo!
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