Opinión

Vacaciones Santillana

Terminado el Tour de Francia ya estamos en tiempo de vacaciones y, en la España de Pedro Sánchez, las vacaciones para algunos son sagradas. Casi como en el ferragosto franquista. Nada más adecuado que utilizar ese término, que tiene su origen en el Feriae Augusti -el reposo del emperador Augusto-, para reconocer a nuestro augusto líder el derecho a su merecido descanso. Y así lo entiende también él; desde la remodelación de gobierno de hace 10 días, el presidente, aunque todavía no ha empezado su periplo por los palacios del Patrimonio Nacional, ya lleva el meyba debajo del pantalón. 

Ya acabó de cloquear; con el huevo puesto, ya no es preciso que guarde su puesto. Es tiempo para que los nuevos ministros empiecen a ganarse el sueldo y se hagan merecedores de las numerosas gratitudes que van a recibir, especialmente los que hasta hace nada paseaban por su pueblo sin ni siquiera soñar con que les iba a tocar el especial de verano de la lotería sanchista. Pues aunque lo lógico es que los méritos precedan a los nombramientos, en el caso del actual gobierno los ministros empiezan por serlo y los merecimientos, sí eso, los hacen después. 

De todas formas, nadie espera de estos ministros nada distinto que el más fiel alineamiento con la estrategia y la más acrítica vocería del mensaje oficial. Y  nadie debe creer que con la salida del rasputín Redondo y la pareja de pitbulls se descabeza el movimiento de protección y relanzamiento del sanchismo. Para lograr esa meta se van a reforzar los esfuerzos, también en vacaciones. Bolaños y Santos Cerdán van a poner a trabajar a todo el entorno socialista en la defensa del gobierno y de su presidente, exigiendo además un frenético activismo en redes sociales. Miguel Barroso, como importante pieza en los medios de Prisa, es fundamental para cerrar la pinza de comunicación de los mass-media. La brutal y unánime reacción a la sentencia del TC es primera muestra; la maquinaria se puso en marcha y a los pocos minutos se habían inundado redes y medios con críticas y ridiculizaciones. Resultado: el que hizo algo mal no fue el Gobierno, sino el TC, y, en deducción lógica, es inadmisible que sigamos teniendo unos magistrados franquistas y una justicia que se empeñe en ser independiente.

En el PP y en Ciudadanos, sin embargo, han completado este fin de semana las pendientes faenas internas de reencuentro de espacios y auto confirmación de liderazgos y, con la satisfacción del deber cumplido, ya se han puesto a cargar la baca del coche. Esperemos que los barones del PP con mando en plaza hayan convencido a sus compañeros de que hay que dar la pelea y que solamente el logro y ejercicio del poder justifica la permanencia en política. Algunas veces te puedes encontrar con una victoria inesperada porque el contrincante, consciente o inconscientemente, te la entrega, pero en esta etapa, si no se aplican a la tarea sin hora y sin descanso, en cualquier lugar y en cualquier momento, solamente podrán aspirar a escoltar -como ha pasado con Pogaçar en el tour- a alguien con un enfermizo convencimiento de que está donde está para cumplir su destino, y que, como ha demostrado recientemente, tiene la brutal y contundente capacidad de lucha de quien no tiene escrúpulos ni piedad con propios y ajenos.

Y además de marcar y creerse el objetivo, y de no cerrar por vacaciones, sigue siendo necesaria la adopción y ejecución planificada de una estrategia. Mal que bien la acción por inacción arriolista tuvo algún éxito, como lo ha tenido Miguel Ángel Rodríguez acompañando a Ayuso, pero es muy difícil que en este caso sea suficiente aplicar estrategia política bajándose un tutorial. Además de esperar el fallo del contrario, y confiar en los revolcones de la justicia o de Bruselas y en el papel crítico de algunos medios, de vez en cuando hay que salir al ataque, especialmente en las redes sociales. 

Aunque a veces cueste creerlo, un enorme grupo de españoles solo consume la información que se muestra, ya interpretada, en los memes divulgados por las redes. El PSOE lo ha entendido bien, y ya contrarresta el activismo de Vox y Podemos, pero en el PP no han pasado de mensajes institucionales que resultan largos y aburridos para la usual impaciencia de nuestro tiempo.   

Por eso Sánchez va a subirse al Falcon con la tranquilidad de saber que Bolaños mantiene encendida la lucecita de Moncloa, asegurando que, ayer con la verdad de Rociíto, hoy con los memes del TC y mañana con las Olimpiadas, las declaraciones de Florentino o con lo que sea, no dejamos de hacer todos los días -nunca mejor dicho con Barroso en Prisa- la tarea de Vacaciones Santillana