Opinión

Tapemos con banderas toda esta mierda

Decía Casado, del Partido Popular, refiriéndose al escándalo que protagoniza el Clan Pujol, que “algunos quieren taparlo con la estelada”. Y a mí me recuerda a esa enorme bandera de la Plaza de Colón de Madrid. Supongo que todo lo que tiene que tapar el Partido Popular es más grande aún que lo que tenga que tapar la estelada… En sus declaraciones critica la arrogancia, la prepotencia con la que se comportan. Dice contemplar con “tristeza” cómo esta familia “se ha creído por encima de la ley mientras gobernaba de forma irresponsable y delictiva una comunidad tan próspera como la catalana”. Sí, eso lo ha dicho Casado. Hasta se ha permitido el lujo de hacer un símil entre el Clan Pujol y la película de ‘El Padrino’. Y ojo, estoy muy de acuerdo con sus apreciaciones. Pero es que resulta que, parafraseando a Casado, a mi me sonroja también la arrogancia y la prepotencia con la que se comporta el Partido Popular al hablar de otros presuntos chorizos, como si a ellos la lluvia no les mojase.

¿O es que no hay prepotencia, arrogancia y altanería en el comportamiento de un partido político al frente del Gobierno? No ya de una comunidad tan próspera como la catalana, sino de un país tan maravilloso como España que según señalan los jueces se ha comportado como una organización mafiosa, que ha robado presuntamente todo lo que ha podido, que además ha aplicado recortes, que ha metido coches de lujo en los garajes de exministras, que se ha dejado maletines llenos de millones en altillos de casas familiares, que ha presionado —presuntamente— a la justicia, que ha influido en medios de comunicación falseando y ocultando información, que se ha dedicado a malgastar dinero público y a esconderlo en paraísos fiscales mientras aquí creaba leyes de amnistía para traerlo de vuelta… ¿De verdad el señor Casado tiene el valor de dar semejantes titulares con lo que él tiene en su propia famiglia?

No entiendo cómo hemos llegado al punto de luchar para sobrevivir, de ser afortunados por tener un trabajo que nos permita pagar impuestos que van a parar a manos de semejantes sinvergüenzas. No alcanzo a comprender cuál es el mecanismo por el cual a los chorizos les pagamos sus comidas, sus juergas, sus volquetes de putas, los colegios privados en algún lugar lejano a sus hijos, sus áticos, sus casas en la playa, sus paseos en yate. Porque son muchos, muchísimos. Tampoco entiendo cómo ahora sale toda esta mierda a la luz. ¿Nadie lo sabía antes? ¿Los Pujol chorizaban solos? Los púnicos, los gurtelinos, los erenses campaban a sus anchas por este país mientras nos cerraban hospitales, colegios y construían autopistas de peaje, compraban empresas en paraísos fiscales… ¿Y nadie sabía nada? Con lo listos que han sido todos estos para trincar y resulta que nadie se enteraba de nada. Podría ser que estuvieran todos tan preocupados por su propio trinque que, claro, no se percatasen del trinque de los demás. Aunque justo el día que la «Madre Superiora» hacía una transferencia de dos millones de pesetas en sus cuentas de Andorra, Vidal Cuadras avisaba al president de que en un futuro no muy lejano su vida cambiaría y sería muy excitante.

Podríamos pensar, porque los hechos así lo sugieren, que en este país se ha buscado siempre tener presidentes que bien pudieran pasar por faltos de visión para que aquí siguiera la fiesta. Sin embargo, permítanme que dude cuando me viene González a la cabeza sentado en un yate, puro en boca; Aznar y su Botella, jugando al monopoly con los fondos buitre; Rajoy haciendo footing mientras todo su partido está enfangado hasta el cogote. Permítanme que dude un poco sobre los tiempos, sobre quiénes estaban al frente mientras todo esto sucedía. Permítanme que piense en Aznar, en González, incluso en el propio Rey, que siempre estuvo ahí….